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Final NBA | San Antonio Spurs 114 - 104 Miami Heat

Una gran actuación grupal de San Antonio pone a Miami contra las cuerdas en la final de la NBA

  • Ginobili, titular por primera vez en la temporada, el factor clave del partido
  • Danny Green sigue en racha y rompe récords históricos de triples en finales
  • Ray Allen fue el único hombre de Miami que dio la alternativa a LeBron y Wade

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Danny Green (4), Tony Parker (9) y Tim Duncan (21), los tres mejores jugadores de los Spurs en las finales de la NBA
Danny Green (4), Tony Parker (9) y Tim Duncan (21), los tres mejores jugadores de los Spurs en las finales de la NBA

San Antonio Spurs volvió a ponerse por delante en las finales de la NBA tras vencer a Miami Heat por 114 - 104 en el quinto partido (3-2). Se mantiene así la alternancia en las victorias en lo que va de final, donde ningún equipo ha ganado dos partidos seguidos.

El entrenador de San Antonio, Gregg Popovich, volvió a ejercer de estratega realizando una jugada maestra moviendo las fichas en el tablero. Tras toda una temporada como suplente y unos playoff, especialmente la final, muy desacertado, el veterano escolta argentino Manu Ginobili fue alineado en el quinteto titular. El factor psicológico dio alas a 'Manudona', que anotó 24 puntos y repartió 10 asistencias. Además de la aportación de Tony Parker rindiendo a nivel habitual, destacó por encima del resto Danny Green, que de nuevo anduvo especialmente acertado desde la línea de tres, cuajando unas finales históricas.

De los 114 totales de San Antonio, los cinco titulares anotaron 107 puntos, con sólo 7 por parte de los suplentes. Por parte de Miami, los mejores volvieron a ser el alero LeBron James (25 puntos, 8 asistencias, 6 rebotes y 4 robos) y Dwayne Wade (25 puntos y 10 asistencias). Pero la estelar pareja no tuvo en esta ocasión grandes escuderos debido a la bajada del rendimiento de Chris Bosh respecto al cuarto encuentro de la serie y, en su lugar, brilló el escolta Ray Allen, que anotó el 70 por ciento de sus tiros (cuatro de cuatro en triples) para 21 puntos totales.

Popovich vuelve a ganar la batalla de los banquillos

Una noche más, Gregg Popovich, volvió a demostrar por qué es uno de los entrenadores más respetados de la liga, no sólo en la actualidad, sino en las últimas décadas, ganando la partida a su homólogo en los Heat, Erik Spoelstra.

Con un sólo movimiento, 'Pop' desequilibró por completo el partido a favor de los Spurs. Tras haberle alineado como suplente toda la temporada y postemporada (Playoffs), en esta ocasión decidió que Manu Ginobili saltase al parquet como parte del quinteto titular.

Este movimiento implicaba varios riesgos, ya que el argentino se encuentra en uno de los momentos más delicados de su carrera, planteándose la retirada y con un rendimiento lejos de su mejor versión. Además, Popovich rompía así su esquema de juego típico con dos hombres interiores, Duncan y Splitter (que viene repitiéndose desde que en el año 1999 lograse el anillo con "Las Torres Gemelas", Duncan y Robinson), para adaptarse al quinteto dispuesto por Spoelstra con un sólo hombre alto, Chris Bosh.

Pero la jugada salió redonda para el veterano 'Pop'. Las cualidades atléticas de sus aleros Danny Green y Kawhi Leonard permitieron al equipo mantener el nivel defensivo sobre la estrella rival, LeBron James, y la entrada de un jugador de la clase y visión de juego de Ginobili (10 asistencias) en lugar de Splitter aportó una dosis extra de fluidez al juego ofensivo.

Además, la decisión sirvió para que los Spurs recuperasen a 'Manudona', que, tras varios partidos a un nivel mediocre, parecía especialmente motivado, no sólo por la titularidad, sino, como él mismo afirmaba tras el partido, por "el hecho de haber anotado los dos primeros lanzamientos".

Miami fue incapaz de contener el ataque de los locales recibiendo un total de 114 puntos, algo poco habitual en los actuales campeones, que presumen de tener una de las mejores defensas de la liga.

Parker y Green se perfilan como MVP's

La inesperada estrella de las finales está siendo el alero Danny Green, que con un escalofriante acierto en el lanzamiento de triples ha logrado, en las primeras finales de su carrera, superar varios récords históricos de la liga.

Con 25 triples a falta de uno o dos encuentros por disputar, Green ha logrado ya superar la mejor marca histórica de triples en unas finales que Ray Allen había fijado en 22.

Pero más sorprendente aún que el número de triples conseguidos es el acierto que está logrando Green. Ha intentado 38 triples y ha conseguido anotar 25. Un porcentaje que supera ampliamente las aspiraciones de cualquier gran triplista. Como ejemplo, su ahora rival Ray Allen necesitó 42 lanzamientos para establecer el citado record en 2008. Green ha necesitado 10 menos.

Por su parte, el base francés Tony Parker, se está reafirmando como uno de los mejores bases de la liga, si no el mejor, en la actualidad, pero también en los últimos años. Aunque sus promedios en la final (13 puntos y 7 asistencias por partido) no sean tan llamativos como los de Green, la influencia sobre el juego del equipo es total y absoluta.

Parker, sin oposición en la defensa rival, está llevando la batuta en las finales, marcando el ritmo de juego al antojo y según las necesidades de su equipo y penetrando como cuchillo caliente en mantequilla entre la defensa de los Heat, lo que le sitúa como uno de los favoritos para alzarse con el que sería su segundo trofeo de Jugador Más Valioso de las finales de la NBA.

Los Heat, contra las cuerdas

"El sexto partido es el más importante. No podemos pensar ahora en el séptimo", ha declarado LeBron James en rueda de prensa.

De nuevo, Miami se aferra a su racha de cinco meses sin perder dos partidos seguidos, al carácter ganador que reaparece en algunas de sus estrellas en los momentos críticos y a la ayuda del "white heat (calor blanco)" de su público en el American Airlines Arena, para remontar una final que se les ha puesto cuesta arriba.

El equipo con mejor balance de victorias y derrotas de la temporada regular, se encuentra ante un partido de "ganar o irse a casa". Si consiguieran igualar la final, el séptimo partido se jugaría en Miami. Si San Antono vence en el sexto encuentro, se proclamará campeón de la NBA.