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Copa Confederaciones | Selección española

España asimila la lección de Maracaná

  • La selección española ya sabe cómo se las gasta Brasil en su mítico estadio
  • España tiene un año para regresar en el Mundial con más fuerza a Maracaná
  • Los de Del Bosque encajan su más amplia derrota de los últimos 28 años
  • Crónica del Brasil 3-0 España (Fran Mena) | Así lo hemos contado

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La afición brasileña rozó el extasis en Maracaná

España tendrá la ocasión de sacarse la espina que Brasil le dejó clavada en la final de la Copa Confederaciones: la cita es el 13 de julio de 2014, fecha de la final del Mundial. Los de Vicente Del Bosque sufrieron una derrota sin paliativos ante Brasil y ahora toca asumir las enseñanzas del duro correctivo recibido en el mítico estadio de Maracaná, templo sagrado de un Brasil en el que el fútbol es religión.

Gestionar la fatiga, mejorar la concentración, alcanzar un mayor nivel físico y aumentar la velocidad e intensidad del juego, son algunos de los aspectos de podrán ayudar a tomar cumplida revancha en el futuro. En Maracaná, España no fue un equipo acomplejado, pero sí quedo empequeñecido ante un espectacular Brasil.

Los de del Bosque llegaron cansados al encuentro final de un torneo en el que fueron de más a menos, en lo físico y en claridad de ideas. El reto de ser el pirmer equipo europeo capaz de ganar a Brasil en su terreno acabó en severa derrota. De cara al año próximo, siempre quedará el consuelo de esa estadística que dice que el ganador de la Copa Confederaciones nunca gana la siguiente edición del Mundial.

Al margen del penalti fallado o el gol salvado por David Luiz, ya saben cómo se las gastan los brasileños en su campo. Hipermotivados, con dos centrales regios, dos laterales de enorme recorrido, dos centrocampistas de estrecho marcaje, delanteros peleones y poderosos... y la desequilibrante estrella de Neymar, que necesita al menos dos jugadores el solito para pararlo.

Una experiencia inolvidable

Revancha, pero no con Brasil sino con nosotros mismos

Fernando Torres lo explicó bien al acabar el partido. "Si queremos sacar algo positivo del partido, es que nos llevamos la experiencia: se confirma algo que sabíamos, que no será fácil vencer a Brasil aquí. En un año volveremos y estaremos aquí como campeones del mundo para defender lo nuestro. Ojalá podamos estar aquí y tomarnos nuestra revancha, pero no con Brasil sino con nosotros mismos".

La presión que ejerció Brasil sobre Iniesta y los suyos fue asfixiante. Scolari superó tácticamente a Del Bosque y consiguió que España no llevase el ritmo del encuentro, a base de velocidad y de dejar sin espacios creativos a España, con líneas muy juntas y un eficaz marcaje de Paulinho y Luiz Gustavo.

España no logró realizar sus habituales posesiones largas, y las que tuvo las hizo muy lejos del área rival, en la que apenas apareció dos veces a lo largo del encuentro. Por el contrario, los brasileños estuvieron activos, concentrados, con rapidez, con corazón ante su público y 'mordieron' siempre que fue necesario, sin renunciar a las faltas continuas para frenar el juego rival.

En el propio comportamiento de la selección está la clave para evitar un varapalo semejante. El mejor Brasil de los últimos años arrolló a una España desconcertada desde que encajó el gol en el minuto dos del partido.

Un centro en el área pequeña, donde Casillas, Piqué y Arbeloa no atinaron a despejar y que Fred tuvo tiempo para rematar desde el suelo y a dos centímetros del portero. Hacía 38 años que a España no le metían un gol tan rápido.

Se acabó la racha, comienza el reto

A partir de ahí, España deambuló por Maracaná y no acertó con su juego. Los de Del Bosque no supieron si ir hacia arriba o hacia abajo y acabaron por encajar su derrota más amplia desde el 3-0 que metió Gales a España en 1985, en la fase de clasificación para el Mundial.

Otro gol a punto de ir al descanso, con un Neymar que volvió loco a Arbeloa, y otro más nada más regresar de los vestuarios, completaron el 3-0 de Brasil, que rompió una racha de 29 partidos oficiales sin conocer la derrota, desde el partido inicial del Mundial 2010 y aquel 0-1 contra Suiza.

Los campeones del mundo se leventarán, como bien dijo Iniesta, y regresarán con la lección bien aprendida del ambientazo especial que genera Maracaná, donde Brasil no ha perdido ninguno de sus 28 partidos posteriores al 'maracanazo' de Uruguay en 1950.

Un Brasil, donde brilla la estrella de Neymar, y que lleva 57 partidos sin perder en su país, desde 1975. El camino para llegar a ese 13 de julio de 2014 será muy difícil, pero el reto para la 'generación de oro' de futbolistas españoles está servido y tienen un año de margen de mejora; claro que también Brasil mejorará su conjunción.