Victoria incontestable de Chris Froome en el Tour del centenario
- El gran favorito cumple los pronósticos a pesar de no contar con un gran Sky
- Froome se convierte en el segundo británico que triunfa en París tras Wiggins
- Desde los tiempos de Armstrong no se recordaba una superioridad parecida
- Blog 'En Ruta': No le veo como el gran dominador, por Carlos de Andrés
- Blog 'En Ruta': Ha quedado patente la casta, por Pedro Delgado
Chris Froome se ha convertido en el segundo británico que sube al escalón más alto del podio de los Campos Elíseos. Un año después que su compatriota Bradley Wiggins fuera el primero en conseguir el hito, el ciclista nacido en Nairobi ha hecho buenos los pronósticos el año que se celebran las 100 ediciones de la carrera por etapas más importante del mundo: el Tour de Francia. [Blog 'En Ruta': No le veo como el gran dominador, por Carlos de Andrés]
El británico afirmó en meta que "la palabra felicidad no es suficientemente fuerte para expresar" lo que sentía. "Creo que voy a necesitar mucho tiempo para darme cuenta de que este sueño es realidad", afirmó el ciclista del Sky. [Blog 'En Ruta': Ha quedado patente la casta, por Pedro Delgado]
La superioridad del ciclista del Sky en este Tour ha sido incuestionable desde el primer día. Tanto es así que antes de que se llegara a la semana decisiva, el interés de la ronda gala se ha relegado a la lucha por los otros dos puestos del podio.
Froome ha sido el más fuerte en todos los lugares. El mejor escalador, con las victorias logradas en Ax 3 Domaines y en el Mont Ventoux; el mejor en la lucha contra el crono, con su triunfo en Chorges y su segunda plaza en el Mont-Saint-Michel, solo superado por un especialista en la materia como el alemán Tony Martin, pero muy por encima del resto de favoritos.
Tan solo en la segunda ascensión al Alpe D’Huez durante la etapa reina mostró una sensación de estar en problemas hasta que su lugarteniente Richie Porte le facilitó un gel de glucosa que evitó la hipoglucemia del británico.
"No es la primera vez que me pasa, es una hipoglucemia. Todo el mundo puede pasar un mal momento", aseguró Froome en lo alto del coloso. Ese sería su único día malo y aún así amplió su ventaja con el segundo clasificado en más de un minuto.
El Sky ha decepcionado
El equipo de Froome, el Sky inglés, no ha sido la fortaleza inexpugnable del año pasado pero el papel del australiano Richie Porte ha sido clave. Como ya hiciera Froome en 2012 a favor de Wiggins, Porte ha tenido disponible su rueda para el jefe todos los días menos uno, en la ascensión del Col de Menté. Ha dado a pensar incluso –como Froome el año pasado- que tal vez hubiera podido optar a la victoria del Tour de no tener la misión de gregario que tenía.
"Froome está por encima y luego estamos los demás", resumió 'Purito' en Le Grand Bornand y acertó de pleno porque la victoria final de Froome no se ha puesto en duda ni siquiera sabiendo las dificultades de su equipo para arroparle, tras las caídas de Boasson Hagen y Geraint Thomas o el fuera de control de Kiryienka.
El ritmo asfixiante con el que la escuadra inglesa sometió al pelotón en 2012 no se ha visto en esta edición excepto el primer día de montaña en Ax 3 Domaines.
Bajo sospecha sin ninguna prueba
Si difícil es ganar un Tour de Francia más aún es luchar contra la desconfianza de la gente. Chris Froome ha conseguido vencer con unas diferencias que no se recordaban desde los tiempos de Lance Armstrong. Tal vez por eso y por su estilo sobre la bicicleta, la opinión pública ha aireado las posibles similitudes entre el británico y el tejano.
“No hago trampas, punto y final”, tuvo que afirmar en la rueda de prensa durante la segunda jornada de descanso a la tercera pregunta referida al dopaje. Froome ha tratado de lavar todo tipo de sospechas mostrando un ciclismo ofensivo, atractivo para el aficionado. Ha manifestado en varias ocasiones que con su victoria quiere lavar la dañada imagen de este deporte.
Su equipo, que ha revolucionado los métodos de entrenamiento con resultados visibles, está dispuesto, según su mánager Dave Brailsford, a jugar la carta de la transparencia para que médicos independientes analicen los niveles biológicos de sus ciclistas y evitar así la sospecha.