Mourinho y Guardiola: distintas camisetas, el mismo guión
- Guardiola levanta su primer título con el Bayern a costa de Mourinho
- Chelsea y Bayern muestran el sello de los dos entrenadores
- Mourinho arremete contra el árbitro después del partido
- La crónica del partido, por Óscar López
El morbo del reencuentro entre Pep Guardiola y Jose Mourinho, ahora al frente de Bayern y Chelsea, se difuminó cuando el balón echó a rodar por el verde del Eden Arena de Praga, donde el Bayern levantó la Supercopa de Europa acabando con la maldición de los equipos alemanes en esta competición, y la fórmula Mourinho volvió a chocar de frente contra la de Guardiola.
De ideas futbolísticas completamente opuestas, la historia de los enfrentamientos entre ambos entrenadores viene de largo, y tuvo sus momentos álgidos en aquella semifinal de Champions en la que el Inter eliminó al Barça en el Camp Nou y en sus innumerables 'clásicos' entre Madrid y Barça. En todos se vio al equipo de Guardiola llevar la batuta y al de Mourinho esperar su turno para morder al contragolpe.
Recién llegados a los banquillos del Allianz Arena y Stamford Bridge respectivamente, Guardiola y Mourinho ya han empezado a poner su sello personal a Bayern y Chelsea, que desplegaron las armas que sus entrenadores ya habían puesto en práctica en sus duelos anteriores. Así, el primero en golpear fue el Chelsea de Mourinho, con una gran contra culminada por Fernando Torres.
El resultado no le pudo venir mejor al técnico luso, que replegó filas y entregó la posesión al Bayern. Todo en su sitio. Turno para los de Guardiola, que se hicieron con el dominio del balón en busca del tanto del empate.
Y con el Chelsea endurenciendo el partido, otra de las características habituales del método Mourinho, el Bayern de Guardiola consiguió el empate en la segunda parte gracias a un golazo de Ribéry que corrió a abrazarse al entrenador español. El de Santpedor ya tiene en el bolsillo a la estrella del equipo.
Guardiola se lleva el gato al agua
De nuevo con el empate en el marcador, aunque el Chelsea adelantó líneas, el Bayern mantuvo el control y el partido acabó abocado a una prórroga que se escribiría, de nuevo, con el guión que siempre acompaña a estos entrenadores. Un golazo de Hazard al comienzo del tiempo extra puso de nuevo por delante al Chelsea y los londinenses se encerraron en su campo.
Así, otra vez, el Bayern dispuso del esférico y acosó a Cech hasta que consiguió su objetivo, sobre la bocina, con un remate a bocajarro de Javi Martínez, mientras Mourinho no dejaba alentaba a sus seguidores al acariciar la Supercopa.
El Bayern, siempre impredecible en los últimos minutos de un partido, volvió a igualar la contienda y mandó el partido a los penaltis, un terreno inédito para Guardiola. Sin embargo, el fallo de Lukaku le acabó dando el título al equipo alemán, el primer éxito del entrenador español al frente del conjunto bávaro, y una nueva victoria, la octava, ante su 'colega' Mourinho.
El tercer tiempo: la sala de prensa
Aunque, como todos sabemos, con Mourinho de por medio, el partido no acaba en el terreno de juego. Aunque haya habido partido, prórroga y penaltis, siempre hay tiempo para extender el duelo en la sala de prensa. Allí, el portugués se mostró muy crítico con el colegiado y aseguró que "el mejor equipo perdió".
Mourinho arremetió contra el árbitro sueco, Jonas Eriksson, y le achacó haber "matado" la final al sacar la segunda cartulina amarilla al brasileño Ramises, lo que supuso su expulsión. "Sí, fue una segunda tarjeta, pero no se hace nunca de esa manera. Habría que apercibirlo, usando el inglés de caballeros. No es nuevo para mi", lamentó.
Y prosiguió: "Los que sentimos, los que vivimos en el fútbol, tenemos una regla muy importante: la pasión. Si estás enamorado, no matas una final con una segunda tarjeta", explicó portugués. El técnico de los Blues recordó su "experiencia fantástica jugando con diez en partidos de UEFA" e ironizó sobre la posibilidad de "entrenarlos así, para marcar gol", tras explicar que los suyos habían dado todo de sí y acabaron extenuados.
En ese contexto, recordó las veces que jugó con diez jugadores contra el Barcelona: en el Chelsea, en el Inter y en el Real Madrid y "aquí otra vez", para concluir con un "analiza y traza tus conclusiones". También sobre el árbitro, señaló que "hubo muchas tarjetas" y que "estaba encantado de añadir minutos" por lo que "nunca vi que el partido se acabara. Y el gol de Martínez fue inmerecido".
Por su parte, Pep Guardiola, satisfecho por el resultado final, dedicó el triunfo a Jupp Heinckes. "Está dedicada a él. Fue una experiencia increíble", dijo el español tras el partido. "El Bayern ahora tiene todos los títulos del mundo, y estamos muy orgullosos", declaró el de Sampedor.
Optó por no opinar sobre la actuación arbitral y se limitó a asegurar que estaba "feliz" porque "vencer al Chelsea y a Mourinho es muy difícil".