La victoria que desafía las leyes de la naturaleza
- Horner se convierte en el ciclista más longevo en ganar una gran vuelta
- Blog 'En Ruta': Esta vez no ha tenido ese día, por Carlos de Andrés
- Blog 'En Ruta': No le damos importancia a la edad, por Pedro Delgado
En tan solo 38 días, Chris Horner cumplirá 42 años pero el mejor regalo ya le ha llegado en forma de victoria en la Vuelta Ciclista a España 2013. No le ha caído del cielo ni mucho menos, se lo ha tenido que ganar en buena lid contradiciendo así a todas las leyes de la naturaleza. [Blog 'En Ruta': Esta vez no ha tenido ese día, por Carlos de Andrés]
Esta edad convierte a Horner en el ciclista más longevo en la historia en ganar una gran vuelta de tres semanas. Hasta ahora, el corredor más viejo en lograr el triunfo en la Vuelta fue el suizo Tony Rominger, que lo hizo a los 33 años en el 1994. En el Giro, el italiano Fiorenzo Magni, con 34 en 1955; y en el Tour de 1922, Firmin Lambot, con 36 años. [Blog 'En Ruta': No le damos importancia a la edad, por Pedro Delgado]
El camino hasta la victoria no ha sido de rosas para Horner. El primer escollo que ha superado es que a diferencia de sus rivales directos como Vincenzo Nibali (Astana), Alejandro Valverde (Movistar) y Joaquim "Purito" Rodríguez (Katusha), Horner no ha podido disponer de un gran equipo volcado en el trabajo para su líder. A pesar de contar con Fabian Cancellara, en los momentos clave ha tenido que sacar las castañas del fuego él solo.
Al tercer día dijo que venía a ganar la Vuelta
Llegó como tapado a la carrera y es que su edad y su afición por las hambuerguesas no le colocaban ni de lejos en las quinielas de los favoritos al triunfo final. Sin embargo él mismo fue el primero en mostrar su confianza cuandoen la tercera etapa se impuso en el Mirador de Lobeira y manifestó que no descartaba "ganar la carrera".
Al día siguiente perdió el maillot rojo de líder pero en la primera etapa de montaña volvió a imponerse de manera rotunda en Hazallanas en la décima etapa. Al día siguiente llegaba la única contrarreloj individual de esta 68ª edición, a priori era un terreno favorable para él pero tuvo que ceder por segunda vez el liderato a Nibali, su gran rival de ahí hasta el Angliru.
Su día clave llegó en una etapa que parecía inofensiva, la que concluía en Formigal. El propio Nibali ha declarado que tal vez "subestimó a Horner ese día" y los segundos que arañó el americano fueron un punto de inflexión. Quedó patente que al italiano se le podía hacer larga la vuelta.
Otra llegada parecida fue la del Alto del Naranco, ya en Asturias. Allí Nibali perdió el liderato por tres segundos y todo quedaría por decidir en el temible Angliru.
Su forma tan peculiar de escalar, siempre de pie en la bicicleta, hacía sospechar que el coloso asturiano le pasaría factura. Sin embargo Horner se sobrepuso a la dureza del Angliru y a la decena de ataques del tiburón siciliano Nibali. Allí ganó la Vuelta.
“No sabía si iba a ganar“
Se consumaba una realidad que pillaba de sorpresa hasta al propio protagonista: "La Vuelta me ha parecido fantástica, con un recorrido que me gustaba y me interesaba de antemano. No sabía si iba a ganar, pero me veía de rojo en alguna ocasión, sabía que en este recorrido iba a tener oportunidades", señaló.
Su futuro en el aire
Veremos qué pasa ahora con este ciclista residente en San Diego y padre de 3 hijos que tiene al País Vasco como su segunda casa. Su equipo pasará a llamarse Trek la temporada próxima al hacerse cargo en 2014 de la estructura del Radioshack y todavía no han llamado a Horner para hablar de su contrato. "Si tuviera 20 años tendría muchas ofertas", ha admitido Horner en Madrid.
Cualquier cosa antes que pensar en la retirada, eso se lo tienen prohibido sus hijos. "Si las piernas me responden como ahora, más años todavía. Mi cabeza es buena para la bici", ha comentado.
Adiós definitivo al Euskaltel
El ciclismo español se ha tenido que conformar con el tercer puesto de Valverde y tres triunfos de etapa: dos de Dani Moreno (Fisterra y Valdepeñas de Jaén) y la de Purito en el Naranco. El catalán no pudo subir al cajón. Se quedó en el siempre fatídico cuarto escalón. Flojo balance que deja dudas para el futuro.
La ceremonia de Cibeles tuvo un trago agridulce con el Euskaltel, que se despidió de la Vuelta después de 20 años en el pelotón. La escuadra vasca subió al podio como vencedora por equipos, pero se hizo una triste última foto que sonaba a punto final. "Se me ha saltado alguna lágrima", dijo su estandarte, Samuel Sánchez.