La Liga de las expectativas no cumplidas: Betis, Celta, Málaga, Valencia y Sevilla
- El Betis confía en que la vuelta de Rubén Castro les saque del pozo
- Los fichajes de verano pusieron el listón alto en Vigo
- En Málaga tienen asumido que los tiempos de gloria han pasado
- Emery y Djukic no dan con la tecla en el Sevilla y el Valencia
En esta Liga de dos —aunque esta temporada el Atlético de Madrid se ha empeñado en que sea de tres— no hay tregua por arriba y mucho menos por abajo. La lucha por salvarse de la quema del descenso ha comenzado desde la primera jornada y, pasadas trece, encontramos equipos a los que sus aficionados no esperaban tenerlos en esa pelea.
Son los casos de equipos como el Betis (colista de la tabla), el Celta (16º con los mismos puntos que el Rayo), o el Málaga (tan solo un punto por encima del descenso). Hay otras aficiones como la del Valencia o la del Sevilla, noveno y undécimo respectivamente, que se encuentran en la misma situación.
El Betis, un colista con afición de líder
1-4 en el marcador y la afición del Benito Villamarín cantaba el himno de su Betis con más rabia que nunca. Una afición de primera que sabe que su equipo está donde está debido al infortunio traducido en lesiones de hombres clave.
El jugador franquicia del equipo de Pepe Mel, Rubén Castro, solo ha podido jugar veinte minutos en lo que va de campaña —en ese tiempo consiguió un gol— y tiene que notarse el no poder contar con un delantero que la temporada pasada anotó 18 goles.
Está planeado que el canario reaparezca en el derbi ante el Sevilla pero aún así, Mel deberá hacer frente a las bajas de Nosa (recién lesionado) y Perquis (baja hasta final de año). El cambio de tendencia es necesario que llegue a Sevilla cuanto antes porque nadie quiere que se repita la situación vivida hace años con el descenso, precisamente la última vez que el equipo andaluz compatibilizó la competición con la competición europea.
En Vigo se espera mucho más del Celta de Luis Enrique
En Vigo se fomentó una ilusión durante el pasado verano —tal vez desmesurada— a raíz del cambio en el banquillo de Luis Enrique por Abel Resino y de fichajes como los de Nolito, Charles o Rafinha Alcántara.
De un equipo del que se espera que juegue al estilo Barça solo se ha visto hasta ahora una irregularidad preocupante, combina victorias sorprendentes como la de Málaga o la del Sánchez Pizjuán con victorias decepcionantes como las cosechadas frente a Levante, Elche o Rayo.
El camino pasa porque el entrenador se vuelva a ganar la confianza de la afición y, entre todos, se pueda encauzar la senda de los buenos resultados.
A Schuster se le puede atrgantar "la salsita"
En Málaga la situación es diferente. Los aficionados se veían venir que los tiempos de Pellegrini y en la Champions se habían quedado ya muy lejos. La venta de jugadores como Isco permitió traer jugadores de un nivel inferior pero solventes. A esto se le unía el fichaje de Schuster que estaba llamado a suplir como pudiera al adorado Pelegrini.
Por ahora el único héroe está siendo el portero Willy Caballero y Schuster ya se encuentra en "la salsita" en la que mejor se encuentra. Esperemos que la salsa no se desborde antes de tiempo ya que se acentuaría la desilusión instalada en la afición.
Emery y Djukic no dan con la tecla
Dos aficiones que se han visto obligadas a acostumbrarse a no ver a sus equipos en la parte alta son la del Valencia y la del Sevilla. Y es que es difícil no acostumbrarse cuando del Valencia salen su entrenador (Valverde) y su estrella (Soldado) y del Sevilla los dos campeones de Europa en Kiev del equipo (Navas y Negredo).
Tanto Djukic como Emery no han dado todavía con la tecla para que sus equipos jueguen como ellos quieren. Hasta ahora los presidentes de ambos equipos han mostrado su confianza en ellos pero como empiece a acentuarse el rún rún en Mestalla y el Pizjuán…