Las estaciones abren la temporada ofreciendo nieve y mucho más para combatir a la crisis
- Las tempraneras nevadas han permitido abrir las pistas antes de lo previsto
- El objetivo es ofrecer opciones y que el visitante pueda estar activo todo el día
- El gran reto de las estaciones españolas será atraer al turista extranjero
Contradiciendo al refranero español, 2013 está siendo un año de nieves pero no tanto de bienes. El favorable comportamiento de la meteorología fue una bendición por la que algunas estaciones invernales de la península ibérica permanecieron abiertas hasta bien entrada la primavera (más de una echó el cierre el 5 mayo) y por la que ahora han podido algunas adelantar la apertura de la nueva temporada al pasado fin de semana.
No es año de bienes de manera rotunda ya que, según la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem), las estaciones españolas cerraron la temporada pasada con 4,8 millones de esquiadores y una facturación neta por remontes por encima de los 100 millones de euros.
Evaluación correcta pero lejos de las cifras de 2008-2009, la mejor temporada registrada con 6,7 millones de esquiadores y una cifra de negocio de 126,5 millones de euros (la crisis que vive el país tiene mucho que ver aunque los datos aún así son mejores que los de la temporada anterior debido a la gran cantidad de nieve caída).
Para esta nueva temporada que está arrancando las estaciones lo tienen claro, no solo se puede ofrecer nieve a los visitantes, hay que ofrecer mucho más. Y si puede ser a precios bajos, mejor aún.
Con ese objetivo, con el de sorprender y fidelizar a la nieve al deportista, se inyectan parte de los 14 millones que el sector ha invertido de cara a la nueva andadura. Nuevas tecnologías aplicadas, alternativas al tiempo libre o nuevas y llamativas pistas destacan entre las propuestas.
Una completa red wifi, el mejor escaparate
Si en verano la foto más compartida en las redes sociales es en la que aparecen dos pies en una playa con el mar de fondo, la del invierno es —con permiso del popular gyn-tonic— la de dos esquiadores o snowborders, cabeza con cabeza, en un telesquí o en lo alto de una montaña nevada.
Para una estación invernal, esta acción tan simple es una gran forma de promocionarse de manera viral pero para llevarla a cabo es condición indispensable ofrecer una buena red wifi en todos los rincones del dominio. Así es como lo han entendido desde hace un tiempo las estaciones andorranas Vallnord y Grandvalira.
La primera mantiene la apuesta por las redes sociales y las nuevas tecnologías, con el lanzamiento de una nueva app interactiva que permite al usuario registrar los kilómetros esquiados, la velocidad media o el desnivel acumulado. Como novedad, incorpora un sistema para orientar a los esquiadores dentro de la estación e indicarles el mejor recorrido para llegar a los puntos de interés: otras pistas, restaurantes o el parking.
Grandvalira por su parte puede presumir de ser la sexta estación invernal con más seguidores en su página de Facebook del mundo (más de 100.000) y la décima en número de followers en su cuenta de Twitter (más de 11.000).
Su inversión este año ha sido de casi nueve millones de euros (40 % más que en el pasado ejercicio) dedicados principalmente a la ampliación de pistas y las mejores en la red de innivación y la oferta de ocio.
Fórmulas para unir a toda la familia en la nieve
Las dos estaciones que más deportistas recibieron la temporada pasada fueron Baqueira Beret (780.000) y Sierra Nevada (1.000.000). Su objetivo esta temporada será potenciar sus puntos fuertes y para ello es necesario, aún en tiempos de crisis, una inversión.
El paraíso invernal del Valle de Arán ha invertido este verano 3 millones de euros en comprar dos máquinas pisapistas (dos de las cuatro que se han adquirido este verano en España) y en mejorar sus instalaciones (74 pistas que equivalen a 120 kilómetros esquiables y 611 cañones de nieve) y servicios (remodelación de cafeterías, alquiler de material…).
En Sierra Nevada apuestan por alcanzar esta temporada el millón de visitantes. La fórmula para conseguirlo es mantener a los fieles nacionales y vender el deporte de la nieve bajo el sol en Gran Bretaña (el año pasado abrió una oficina permanente en Londres), Alemania, Polonia y Rusia.
La principal novedad será una nueva zona familiar denominada 'Pista del Mar' llamada a convertirse en un lugar de encuentro y diversión para padres e hijos.
Tener alternativas cuando te descalzas las botas
Una de las preocupaciones de las estaciones es la de convencer a los visitantes para que elijan la montaña en su tiempo libre no solo por el esquí o el snow sino también por las actividades que se pueden realizar una vez finalizada la jornada.
Este aspecto es algo en el que han trabajado mucho las estaciones francesas de los Pirineos (agrupadas en el dominio NPY) con el objetivo de atraer al público español y tenerlo ocupado todo el día. En Gourette por ejemplo, una vez quitado el mono y las botas, se puede alquilar un vehículo oruga para subir a lo más alto y contemplar desde allí la puesta del sol.
En esta línea de actividades se enmarcarían las travesías en trineo, con raquetas o en motos de nieve, conducción de turismos sobre nieve, la oferta gastronómica, el ocio nocturno… pero la gran novedad de la temporada viene desde el Pirineo catalán, más concretamente desde la estación de La Masella, en forma de pistas iluminadas para poder esquiar cuando ya no hay sol.
Se podrá utilizar todo un sector de trece pistas junto a un Snowpark los viernes y sábados (más algunos festivos o días navideños) desde el 20 de diciembre al 1 de marzo —entre las 18:00 horas y las 21:30h. aproximadamente) y tendrá unos costes desde 15 euros, con ventajas para los esquiadores con abono de temporada, estudiantes, etc.
Esta novedad convertirá a La Masella en el punto invernal donde más kilómetros se podrán esquiar de noche del sur de Europa.
Precios congelados
Prácticamente todos los complejos invernales abren la temporada sin aplicar subidas en sus precios. Aunque sus gastos no van a ser menores, la crisis que azota a España obliga a las estaciones a congelar las tarifas.
El grupo Aramón, que engloba las estaciones de Cerler, Formigal y Panticosa, en la provincia de Huesca, y de Javalambre y Valdelinares, en Teruel, es el más atrevido a la hora de ofertar sus instalaciones. Precios reducidos entresemana de los forfaits y los alquileres de material, los 'miércoles locos' y el 'Snow Boom' para conseguir que llegue el eslogan de la marca Aramón: 'Queremos que esquíes'.
Otras combinaciones de ahorro son las ofertas de las estaciones hermanadas como la estación de Navacerrada, el dominio galo Nouvelles Pyrénées (NPY) y la Madrid SnowZone del CC Xanadú. O la posibilidad de esquiar una jornada en más de 60 estaciones de todo el mundo con el forfait de temporada de La Masella.
España como destino turístico también en invierno
Estas son las apuestas más destacadas de los grandes complejos invernales de la península. Aquellas de menos renombre esperan igualmente que la temporada que ahora llega cargada de nieve haga olvidar la crisis económica —origen principal de todos los males en aquellas estaciones que dependen de las administraciones públicas—.
El crecimiento del sector pasa por convencer a los visitantes españoles para que elijan la montaña como lugar de vacaciones y por la internacionalización de las pistas ya que hasta ahora es bajo el número de esquiadores extranjeros que eligen España en invierno. Conquistar al público más próximo (Francia y Portugal) y a los que más les gusta el sol hispano (Reino Unido, Alemania y Rusia) será el reto.