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Mundial de Balonmano Femenino

Brasil se proclama por primera vez campeona mundial ante Serbia en Belgrado

  • La selección sudamericana rompe la hegemonía Europea en el torneo (22-20)
  • La brasileña Eduarda Amorim es elegida mejor jugadora del Mundial

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La jugadora brasileña Alexandra Nascimento celebra la victoria.
La jugadora brasileña Alexandra Nascimento celebra la victoria.

Ficha técnica:

22 - Brasil: Barbara; Alexandra (6, 3p), Deonise (2), Ana Paula (4), "Duda" Amorim (3), Fernanda (4) y Dara (-) -equipo inicia- Mayssa (ps), Samira (-), Dani Piedade (1), Hannah (2) y Mayara (-).

20 - Serbia: Tomasevic; Milosevic (-), Popovic (1), Eric (-), Cvijic (5, 1p), Damnjanovic (4) y Ognjenovic (1) -equipo inicial- Risovic (ps), Krpez (1), Lekic (4, 2p), Zivkovic (2), Rajovic (-), Filipovic (-) y Nisavic (2).

Dieciocho años después de que Corea del Sur se convirtiese en el primer equipo no europeo en ganar un Mundial, la selección brasileña volvió a romper la hegemonía europea, tras proclamarse en Belgrado campeona del Mundo, al vencer por 22-20 a Serbia en la gran final.

Un histórico triunfo que recompensó la espectacular evolución vivida en los últimos años por el conjunto brasileño, que ya se quedó a las puertas de poder pelear por las medallas tanto en el último Mundial como en los Juegos Olímpicos de Londres, donde cayó eliminado en dos agónicos partidos de cuartos de final. Dos encuentros en los que Brasil careció de la madurez de la que mostró hoy ante Serbia en la gran final y que permitieron a las del danés Morten Soubak superar peligrosas situaciones, que en anteriores campeonatos le hubieran llevado irremediablemente a la derrota.

Y es que los fantasmas de lo ocurrido en 2012 en la capital británica, donde Brasil cayó eliminada (22-20) en los cuartos de final del torneo olímpico ante Noruega, tras dilapidar una renta de seis goles, sobrevolaron durante muchos minutos por las abarrotadas gradas del Kombank Arena. Máxime cuando Serbia, liderada por una inconmensurable Katarina Tomasevic bajo los palos, fue reduciendo minuto a minuto la ventaja de cinco goles (16-11) de la que Brasil llegó a disponer a los cinco minutos de la segunda mitad hasta igualar (19-19) la contienda a cinco minutos para la conclusión.

Pero esta selección brasileña, la vigente campeona panamericana, poco o nada tiene que ver en cuanto a fortaleza mental con el equipo que cayó en 2011 ante España (27-26) en cuartos de final y un año más tarde ante Noruega, tras el desembarco masivo de jugadoras brasileñas en Europa.

Una política que tiene su máximo exponente en el Hypo NiederOsterreich austríaco, vigente campeón de la Recopa, donde militan ocho internacionales brasileñas además del seleccionador nacional, el danés Morten Soubak.

Coincidencia que permite a Brasil vivir casi en una concentración permanente, lo que se nota en momentos decisivos, como los que las campeonas panamericanas tuvieron que afrontar en los minutos finales del encuentro de hoy.

Tiempo en el que la selección brasileña pareció condenada a una amarga derrota, tras la exclusión de la lateral "Duda" Amorim, elegida mejor jugadora del torneo, a poco más de cuatro minutos para la conclusión.

Pero Brasil, pese a conceder el momentáneo empate (20-20), con un gol de Andrea Lekic de penalti, no se vino abajo, y mostró la madurez necesaria para alzarse, incluso con una jugadora menos, con la victoria.

Un triunfo en el que jugó un papel determinante la jovencísima Hannah, de tan sólo 20 años, una de las recién llegadas al equipo en este Mundial, que con una espectacular finta, que rompió a su defensora, puso de nuevo a Brasil por delante en el marcador (21-20) a poco más de dos minutos para el final.

Renta que Brasil no sólo supo defender, tras forzar la portera Mayssa el error de la pivote Dragana Cvijic, sino que incluso logró ampliar con un último lanzamiento de Ana Paula, que puso el definitivo 22-20 y otorgó a Brasil y a Sudamérica su primera corona mundial.