El Real Madrid y Cristiano homenajean a Eusébio venciendo al Celta
- El Celta paga los errores ante la portería blanca y se lleva un castigo excesivo
- Benzema abre el marcador y Cristiano Ronaldo marca los otros dos goles
- La afición reclama la participación de Jesé, que a la postre resulta clave
- Todos los datos y estadísticas del Real Madrid 3 - Celta 0
Ficha técnica:
3 - Real Madrid: Diego López; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Xabi Alonso (Illarramendi, m.46), Modric; Di María (Bale, m.65), Isco (Jesé, m.62), Ronaldo y Benzema.
0 - Celta: Yoel; Hugo Mallo, Cabral, David Costas, Jonny; Augusto (Nolito, m.69), Oubiña, Álex López (Krohn Dehli, m.15); Rafinha, Charles (Santi Mina, m.77) y Orellana.
Goles:
1-0, m.67: Benzema.
2-0, m.83: Ronaldo.
3-0, m.93: Ronaldo.
Cuando un equipo perdona en el Santiago Bernabéu, tiene muchas papeletas de acabar pagándolo. Eso es lo que le ha pasado al Celta de Vigo en su visita al campo del Real Madrid. Los gallegos gozaron de las mejores ocasiones para adelantarse pero al final se llevan un excesivo castigo en forma de tres goles (uno de Benzema y dos de CR7). [Todos los datos y estadísticas del Real Madrid 3 - Celta 0]
La victoria blanca le mantiene en la lucha por la Liga ante el inminente enfrentamiento entre los dos líderes de la clasificación.
El partido arrancó en el Bernabéu tras una tímida pitada a un viejo conocido como Luis Enrique y con un respetuoso minuto de silencio en memoria del fallecido Eusébio.
En el once titular de los blancos no estaban ni Bale (recién salido de una lesión) ni Jesé (el jugador más en forma del equipo en las últimas semanas) y sí Di María.
Como estaba escrito en el guión, el peso del partido lo llevaba el equipo de Ancelotti mientras enfrente se parapetaba un Celta que, cuando robaba el balón, mostraba un gran descaro a la hora de encarar la portería de Diego López.
La primera parte se convirtió con el paso de los minutos en un monólogo blanco gracias a un inspirado Modric, a los mandos del timón. Sin embargo, en 45 minutos, el Real Madrid tan solo disparó una vez entre los tres palos defendidos por Yoel.
Las mejores ocasiones las tuvieron los visitantes en las botas de Rafinha, tras un disparo en el minuto 36 que se envenenó al rebotar en Pepe; Oubiña, que no acertó a rematar al segundo palo en un córner (min. 31); pero sobre todo, en las botas de Charles en el minuto 6. El brasileño se plantó solo en el área blanca pero no supo materializar en gol el mano a mano ante López.
Luis Enrique movía la cabeza de camino a los vestuarios con la sensación de que su equipo había perdonado, algo que él sabe de primera mano que se puede acabar pagando.
Ancelotti mueve ficha ante el rún-rún del Bernabéu
Concluido el descanso, Illarramendi saltó al césped en el puesto de un desdibujado Xabi Alonso. El Real Madrid dio un paso adelante, obligando al Celta a recular pero aún así el gol no se acercaba. Todo lo contrario, de nuevo los gallegos rozaban el ponerse por delante.
Otra vez Charles solo, en un mano a mano, y otra vez que el balón se iba fuera para desesperación de sus compañeros y su entrenador. Esta ocasión hizo que se empezaran a escuchar silbidos en la grada blanca. La parsimonia de los jugadores ponía en riesgo el seguir peleando por la Liga.
Ancelotti entonces volvió a mover el banquillo. De un plumazo quitó a Di María e Isco e introdujo a Bale y a Jesé en el campo. La ovación que recibió el canario contrastó con los pitos a Di María.
Precisamente de las botas del canario llegó el primer gol de los locales en el minuto 66. El centro desde la derecha lo controló con clase para ceder a Benzema y este alojara el balón en las mallas. Por fin el banquillo merengue y la grada respiró.
El tanto obligaba ahora al Celta a buscar con más ahínco las inmediaciones del área madridista en busca del empate ya que la derrota le hacía empatar con el Elche en la tabla clasificatoria, un punto por encima del abismo del descenso.
Faltaba el gol de la tranquilidad para el madridismo y el gol que saciara el ansia para Cristiano Ronaldo, obsesionado con marcar para dedicárselo a su amigo Eusebio.
Acabó llegando y, además por partida doble. El primero de su cuenta particular llegó tras un preciso pase de Carvajal en el minuto 81, tan solo tuvo que empujarla, y el segundo lo marcó al adelantarse en el primer palo a la defensa celtiña ante el pase de la muerte de Bale. En las dos celebraciones, su mirada se dirigió al cielo junto con sus dedos índice. Era el gol número 400 de la carrera del crack luso, sin duda alguna el mejor homenaje posible para Eusébio.
“En realidad has sido tu quien los ha marcado“
"Te dedico estos dos goles a ti, Eusebio, pero en realidad has sido tu quien los ha marcado. Siempre estarás en mi corazón", escribió Ronaldo en su cuenta de twitter.