Juan Mata se va al Manchester United por 45 millones de euros
- El jugador español tiene previsto someterse al reconocimiento médico
- Es el fichaje más caro de la historia de los 'red devils'
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El español Juan Mata se convierte en nuevo jugador del Manchester United por 45 millones de euros, según anuncia el club, abandonando el Chelsea de Londres, donde ha militado las últimas dos temporadas y media. El equipo inglés ha calificado el montante del fichaje como "un precio récord para el club".
El acuerdo entre los clubes ya se ha producido y su incorporación está a la espera del reconocimiento médico al que será sometido este sábado.
El precio convierte al extremo zurdo asturiano en el fichaje más caro de la historia de los 'red devils', superando el récord que tenía el traspaso de Dimitar Berbatov, procedente del Tottenham (36 millones).
El club de Manchester se adelanta a otros como el París Saint-Germain o el Atlético de Madrid, que habían expresado su interés en los servicios del internacional español, de acuerdo con informaciones de la prensa británica.
Después de ganar una Champions y una Europa League con el Chelsea, la llegada de José Mourinho ha supuesto un cambio en el rol de Mata dentro de los 'blues'. El español ha entrado menos en los planes del portugués, viéndose relegado ante otros jugadores como Hazard o Schürrle.
Además, el egipcio Mohamed Salah, procedente del Basilea, está a punto de cerrar su llegada al Chelsea dentro de la nómina de centrocampistas ofensivos.
El final de su pulso con Mourinho
La salida del internacional español, de 25 años, pone fin al pulso que ha mantenido desde el primer día con el técnico luso, a cuyas órdenes cayó en desgracia y pasó de ser la estrella del equipo a un suplente habitual. Mata fue elegido mejor jugador del año por los aficionados del Chelsea las últimas dos temporadas, y firmó 21 goles y 29 asistencias la pasada campaña, pero ninguno de esos méritos le sirvió para encajar en los planes de Mourinho.
El portugués ya admitía en octubre que Mata estaba en una "situación difícil" dentro de su vestuario y, aunque le ponía como ejemplo ante sus compañeros por su actitud ante el trabajo, nunca llegó a ver en él una pieza útil para su engranaje, que requiere perfiles más defensivos. A pocos meses para el Mundial de Brasil, Mata veía con preocupación su falta de minutos: esta temporada ha contemplado desde la banda la mitad de los partidos de la Premier y tan sólo ha disputado tres encuentros completos.
El español estaba cansado de ver cómo el cuarto árbitro mostrara invariablemente su dorsal número diez en la pizarra de los cambios, y estalló, furioso, el pasado 1 de enero, cuando en el minuto 7 de la segunda parte ante el Southampton (0-3 para el Chelsea) Mourinho lo mandó sentarse de nuevo. Ese episodio fue un punto de inflexión tanto para Mata, que puso en marcha los mecanismos para buscar un nuevo club, como para su entrenador, que no ha vuelto a sacarlo al campo desde entonces.
El Manchester United estuvo atento a los acontecimientos en el vestuario de Stamford Bridge y no ha dudado en poner sobre la mesa 37 millones de libras (45 millones de euros) para llevarse a uno de los centrocampistas ofensivos que más elogios ha recibido en la isla en los últimos tiempos. Los problemas de Mata en Londres no podían llegar en mejor momento para el técnico David Moyes, que dirige a un United desorientado desde la marcha del veterano Alex Ferguson, quien se jubiló antes del verano tras 27 años al mando.
Moyes ve en Mata a un posible relevo para su actual número 10, el inglés Wayne Rooney, con quien mantiene una relación tensa y que intentó sin éxito salir de Manchester en agosto. El español, acostumbrado a coordinar el ataque desde el centro, ocupa de forma natural la misma posición en el campo que Rooney, si bien podría convivir en el campo con el inglés desde un papel algo más escorado hacia las bandas.
Mata competirá además por su puesto con centrocampistas como el belga Adnan Januzaj y japonés Shinji Kagawa, si bien todo apunta a que Moyes planea que el español sea un titular habitual que actúe como el revulsivo que necesita el equipo para encontrar el brillo que le ha faltado hasta ahora.