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Baloncesto | Euroliga

El Madrid derrota al Maccabi y Unicaja cae en Atenas

  • Dos triples de Llull en el último minuto dan vida al Real Madrid (74-68)
  • El equipo de Laso sufrió para derrotar a Maccabi en un duelo de altura
  • Unicaja continúa con su lastre frente a Olympiacos (73-55)

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Sergio Llull entra a canasta en el partido contra Maccabi de Tel Aviv.
Sergio Llull entra a canasta en el partido contra Maccabi de Tel Aviv.

El Real Madrid sufrió para ganar a un gran Maccabi Tel Aviv por 74-68 y lo hizo en base a la defensa y, sobre todo, a la inspiración de Sergio Llull que a la hora de la verdad, en el último minuto, consiguió ocho puntos, con dos triples seguidos que dieron la victoria a su equipo.

Con empate a 66 y tres minutos por delante, la victoria era incierta para cualquiera de los dos equipos, dos colosos que se enfrentaron como tales y que dejaron claro que ambos aspiran a llegar a la Final a cuatro de Milán. Pero en esos momentos de incertidumbre apareció la figura de Llull con dos triplazos y ocho puntos para sentenciar la victoria.

Real Madrid y Maccabi hicieron honor a su más de medio siglo de enfrentamientos épicos en la elite europea. Los de Pablo Laso, salieron aleccionados al respecto y con el tono defensivo alto, aunque la potencia atlética de Alex Tyus mantuvo al Maccabi en el marcador en los primeros compases, 6-6 (min.4). Dos contragolpes seguidos, fruto de una buena defensa, dieron como resultado las primeras ventajas locales de consideración (16-8, min. 6), momento en el que David Blatt, entrenador del Maccabi, decidió dar entrada a la mole de Sofoklis Schortsanitis.

La entrada del mastodóntico pívot griego tuvo unos efectos devastadores para el Real Madrid, hasta el punto de que acabó el primer parcial en desventaja, 19-20. Blatt conoce a la perfección a su equipo y sabe administrar los pocos minutos que Schortsanitis, por sus características físicas y técnicas, puede permanecer en pista.

Pasado el impacto inicial, el Real Madrid dejó de obsesionarse con el pívot y se puso a defender. Aún así tardó todavía cuatro minutos en recuperar el mando en el marcador, 26-25 (min.14). La tensión comenzó a crecer en el partido con un Maccabi duro, rocoso atrás, en el límite del reglamento, y con continuos cambios de defensa, pero con un denominador común, no conceder un centímetro al rival.

Laso se desesperó por momentos y sus protestas le valieron una técnica (36-31, min.18.30). El partido estaba ya lanzado con dos grandes equipos sobre la cancha dispuestos a demostrar su calidad y su supremacía a estas alturas de la temporada. Nikola Mirotic, en el primer cuarto, y Sergio Llull y Rudy Fernández se encargaron de liderar a sus compañeros en el apartado anotador, mientras que Marcus Slaughter, Felipr Reyes y Dontaye Draper mantuvieron al equipo en defensa.

La ausencia de Jaycee Carroll (molestias en la rodilla) se dejó notar por momentos en la rotación de tiradores, toda vez que Sergio Rodríguez no estuvo tan fino como acostumbra. Al descanso, 39-35 y la promesa de que la batalla continuaría hasta el final.

La salida de Schortsanitis en el inicio del tercer periodo volvió a tener efectos balsámicos para su equipo que a los tres minutos recuperó la paridad, 44-44. Con el trabajo cumplido el pívot pasó al banquillo, pero el acierto desde la línea de tres puntos de los israelíes les permitió volverse a adelantar, 46-50 (min. 24.20). Y llegar a un máximo de 7 puntos, 48-55 (min. 24.40).

Slaughter volvió para reforzar la contención y Rudy para dar mordiente en la ofensiva. También entró Felipe Reyes para acabar de completar la mezcla óptima de defensa y ataque. Blatt siguió administrando sus recursos con la precisión de un cirujano, mientras Laso tiró de manual y de la calidad y experiencia de sus jugadores, pero el acierto de Pnini, 5 de 6 triples en los primeros 30 minutos, retrasó los planes del preparador madridista. La defensa en zona 1-2-2 y el liderazgo de Rudy permitieron llegar al final del tercer cuarto con el marcador en un puño, 56-57.

En los minutos de la verdad, en el último cuarto, el Madrid se aferró a la defensa, sabedor de que sólo por ese camino podía llegar al triunfo. Un triple de Rudy volvió a adelantar al Real Madrid, 60-59 (min. 34). Y Laso comenzó a desandar el camino de la garra por el de la calidad, pero manteniendo a Slaughter y la zona; lo mismo que Blatt a Schortsanitis y a Pnini. Maccabi mantuvo la igualdad del luminoso, 64-64 (min. 36) y 66-66 (min.38). Hasta que apareció el efecto Llull, con 8 puntos consecutivos y dos triplazos en el momento de la verdad que acabaron con la resistencia de un notable Maccabi, 74-68.

Unicaja continua con su lastre en el pabellón de la Paz y de la Amistad (73-55)

El Unicaja aguantó dos periodos ante el bicampeón de Europa Olympiacos y sucumbió tras el descanso en un partido en el que cometió excesivos errores en ataque, defensa y rebote, que no le permitieron competir ante un gran equipo en el que su estrella, el base Vasilis Spanoulis, solo anotó dos puntos, y eleva a ocho sus derrotas como visitante al pabellón de la Paz y la Amistad.

Los dos primeros cuartos fueron muy igualados, sobre todo el primero 17-17, con un conjunto malagueño muy serio tanto en defensa como en ataque con el ala-pívot estadounidense Nik Caner-Medley como máximo anotador con seis puntos. Fueron unos primeros diez minutos de tanteo entre ambos equipos, donde resaltó la actuación del escolta Sergi Vidal como base por la lesión de su compañero Earl Calloway.

El técnico del Unicaja, Joan Plaza, rotaba a sus jugadores, que frenaban a un equipo griego donde el base Vasilis Spanoulis, llevaba cero puntos. El único que destacaba era el ex del conjunto malagueño el pívot Printezis, que hacía daño en el rebote ofensivo y desde la línea de 6,75. El propio Printezis puso a su equipo por delante con un triple 29-26, minuto 18, y desde ese momento, el Unicaja bajó el ritmo, cometió excesivos errores en ataque y el rebote, arma principal, iba siempre a las manos de los jugadores del equipo griego. Al final 37-31.

El Unicaja había perdido la brújula de los primeros dieciocho minutos, solo en dos, y no aguantó porque tras el descanso, el conjunto malagueño dio su peor versión e imagen y fue perdiendo protagonismo ante un Olympiacos crecido, que anotaba, defendía y era muy superior 53-38, minuto 29. Diez puntos anotó el conjunto cajista en el tercer cuarto, veinticuatro entre el segundo y el tercero. Escasos para luchar por una victoria contra el actual Campeón de Europa. Y definitivamente en el cuarto periodo se derrumbó y el Olympiacos jugó a placer, sin sufrir y consiguiendo una victoria cómoda por 73-55.