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Euroliga | Real Madrid 93 - CSKA Moscú 79

El Real Madrid doblega al CSKA en una segunda parte magistral

  • Rudy Fernández lidera una victoria de altos vuelos ante el equipo moscovita
  • Los de Laso les ganan en el coeficiente particular y serán primeros de grupo

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Sergio Rodríguez (d) intenta avanzar frente al base norteamericano Aaron Jackson (i).
Sergio Rodríguez (d) intenta avanzar frente al base norteamericano Aaron Jackson (i).

Rudy Fernández, autor de 28 puntos, ha liderado al Real Madrid para conseguir una victoria de altos vuelos, por 93-79, ante un CSKA Moscú al que igualó los catorce puntos de ventaja con que los rusos ganaron en la primera vuelta (85-71), para ser primero de grupo y conseguir matemáticamente el pase al 'playoff' de cuartos de final.

El Real Madrid salió más centrado que el CSKA Moscú y la prueba es que a los dos minutos, Ettore Messina, entrenador de los rusos, tuvo que pedir árnica, es decir tiempo muerto, para reorganizar las ideas de sus jugadores y, sobre todo, para frenar al Real Madrid que había subido un 8-2 al marcador. Tres minutos después, el CSKA ya había recuperado el tiempo perdido y se puso por delante en el marcador, 10-11, gracias a un hiperactivo Jeremy Pargo.

Pablo Laso, entrenador del Real Madrid, comenzó a utilizar las defensas alternativas, en zona tras contraataque o triple, pero los ataques se impusieron con claridad sobre las defensas, hasta que el primer cuarto decretó igualdad total con empate a 24.

Tras la efervescencia anotadora del primer cuarto llegó la dictadura de las defensas. Se estrechó el cerco y en las batallas desde la línea de 6,75 metros nadie volvió la cara, aunque los tiradores de ambos equipos contaron con poco margen para armar el brazo.

Sonny Weems fue de los más acertados en el segundo período junto a un Rudy Fernández que se multiplicó en defensa y en ataque ante la capacidad atlética de sus pares.

El marcador fue un auténtico toma y daca para los dos equipos, aunque al descanso fue el Madrid el que se marchó al vestuario con una pírrica ventaja, 42-41. Cada balón, cada posesión, cada bloqueo, cada pase, cada corte comenzaba a tener un mayor peso específico, conforme pasaban los minutos, en la balanza entre dos equipos que aspiran a todo al final de la competición.

Laso y Messina, Messina y Laso, jugaron su particular partida de ajedrez reservando jugadores para los minutos finales y lanzando peones para desbastar las fuerzas del rival. Las ausencias de Milos Teodosic en el equipo ruso y Jaycee Carroll en el madrileño, no hubieran sino engrandecido la colosal batalla que sus equipos dilucidaron.

La vuelta a la pista significó, por tercera vez consecutiva, una mejor puesta en escena del Real Madrid, por lo que a los cincuenta segundos y tras un 4-0 (46-41), Messina solicitó tiempo muerto para recapitular. Messina no estaba dispuesto a conceder un solo contragolpe de su exequipo y no dudó en frenar el partido casi en cada ocasión que esto sucedió. Tras el minuto técnico, el CSKA respondió con un parcial de 0-7, para volver a ponerse por delante en el luminoso, 46-48.

Por si alguien no se había enterado a estas alturas de partido que estaban en pista dos de los mejores y más laureados equipos de Europa (14 títulos continentales entre ambos, 8 de ellos del Real Madrid), Rudy se encargó de recordarlo a los cuatro vientos, liderando una explosión de juego, velocidad y acierto. El Madrid descerrajó a su rival un parcial de 12-0 en apenas dos minutos y medio para un global de 58-48 en el minuto 25.

El técnico italiano volvió a reunir a sus jugadores y Laso a prepararse con una zona en defensa de las acometidas del CSKA encabezadas por un Weems pletórico de fuerza y eficacia. Al final del tercer cuarto, el Real Madrid pudo preservar la mitad de la ventaja con un 66-61.

El inicio del periodo de la verdad volvió a ser favorable para los intereses del Real Madrid, con Rudy inconmensurable, para alcanzar otra vez la decena de puntos de ventaja (73-63, min. 32,30). Tras la ya larga batalla, cualquier otro equipo hubiera arrojado la toalla, pero el CSKA demostró su gen ganador y a cada revés que sufrió volvió a la carga con más fuerza y más acierto.

Con lo que no contó Messina fue con la mejor versión de Rudy, en ataque y en defensa, capaz de liderar a un equipo entregado en cuerpo y alma en pos de la victoria y alentado por 13.192 gargantas para disfrutar de una victoria de altos vuelos.

A falta de cuatro minutos, el trabajo de Reyes y la inventiva del 'Chacho' Rodríguez permitió al Real Madrid superar la barrera de los 14 puntos (la diferencia por la que perdió en Moscú en la primera vuelta, 85-71) con un 85-70. Los rusos por medio de Weems, quien si no, volvieron a la trinchera con otro parcial de 0-5, 85-75 a falta de menos de tres minutos.

Con la victoria prácticamente asegurada, la diferencia se antojó menos importante, aunque también eso se consiguió al final. El Madrid se clasificó para los cruces de cuartos de final y mantiene sus opciones de ser primero de grupo ya que ambos equipos tienen que jugar en Tel Aviv contra el Maccabi, que puede ejercer de juez de la contienda.

El Madrid empató el primer cuarto y ganó los otros tres dando un golpe de autoridad en la competición y sellando su candidatura al título.