El Olympiacos vapulea al Laboral Kutxa que dice adiós
- Al equipo griego le ha costado cinco minutos escaparse en el marcador (89-59)
- El conjunto vitoriano se queda matemáticamente fuera de los cuartos
Ficha técnica:
89 - Olympiacos (23+22+22+22): Mantzaris (5), Spanoulis (14), Lojeski (16), Petway (6), Shermadini (11)-cinco inicial-, Simmons (10), Sloukas (7), Dunston (7), Kavvadas, Katsivelis, Papapetrou (13).
59 - Laboral Kutxa (20+7+19+13): Heurtel (3), Causeur (7), San Emeterio (5), Mainoldi (12), Pleiss (10)-cinco inicial-, Poeta (2), Nocioni (10) Hanga (4), Diop (4), Van Oostrum (2).
El Laboral Kutxa ha encajado una dura derrota por 89-59 en la pista de Olympiacos, donde no mostró argumentos para plantar oposición más allá de los cinco primeros minutos del partido correspondiente a la undécima jornada de la Euroliga de baloncesto.
En ese instante, 7-15, se esfumaron los vitorianos de la pista. No estuvieron a la altura de la celebración de su partido 300 en la Euroliga y firmaron un flojo partido.
El Laboral Kutxa fue un juguete roto en manos de Olympiacos que agradeció la sonrojante y alarmante debilidad de su rival para completar un entrenamiento de calidad. Lejos de intentar maquillar la histórica paliza, los de Sergio Scariolo bajaron los brazos demasiado pronto y se dejaron llevar.
El acierto en el triple de Mainoldi concedió a Laboral Kutxa una sorprendente ventaja inicial (7-15, minuto 5). La segunda personal de Pleiss y el despertar de Spanoulis para dirigir las acciones de Olympiacos hicieron reaccionar a los griegos para encadenar 14 puntos y llegar dominando al minuto 10 por 23-20.
Compareció la versión más desatinada y alocada del Baskonia en un desastroso segundo acto para olvidar. Los de Scariolo, negados en ataque, fueron incapaces de anotar una canasta en juego y sólo encestaron siete tiros libres, de Nocioni, Pleiss, Hanga, Diop y Heurtel, mientras los helenos aprovecharon las facilidades para sentenciar el duelo al descanso (45-27).
San Emeterio vio la luz después de doce eternos minutos de sequía para romper el gafe y volver a anotar una canasta en juego desde la línea de tres puntos que dejaba el marcador 48-30. No fue más que un espejismo porque, con Spanoulis al mando, los griegos destrozaron a un espectro de equipo que intentó hacer el papel de equipo rival, 53-30, con todavía 16 largos minutos por disputarse.
El técnico griego dio descanso a su gran estrella, Spanoulis, y se dedicó a esperar el bocinazo final procurando no poner en peligro el triunfo y buscando además una jugosa diferencia. El Baskonia siguió deambulando sobre la cancha sin dar una a derechas y mirando angustiado el reloj a la espera de poner fin a la enésima debacle en el presente Top 16 de la Euroliga.
Ni siquiera en el último cuarto, 67-46, los vitorianos mostraron la capacidad para adecentar los guarismos.