Beto y su disfraz de Palop prolongan la maldición del Benfica
- Tercer trofeo de la Europa League para los hispalenses en ocho años
- El éxito de Turín se suma a los de Eindhoven (2006) y Glasgow (2007)
- El equipo portugués pierde su octava final europea consecutiva
- Crónica de la Final de la Europa League: Sevilla 0 (4) - Benfica 0 (2)
El Sevilla conquistó su tercera Europa League de manera agónica tras vencer al Benfica en la tanda de penaltis (4-2) gracias a las dos paradas del cancerbero portugués Beto en la tanda de penaltis y a un Rakitic tocado por la varita mágica del talento.
Se alargó por tanto la maldición que Béla Guttmann —fallecido en 1981— lanzó contra el Benfica allá por 1962, reflejada de nuevo en un equipo cuya mala fortuna comienza a ser excesiva.
El Benfica, que no ha perdido en toda la edición de la Europa League, acumula un infausto recuerdo de la segunda competición continental. Dos finales consecutivas y ningún título. El Sevilla, por su parte, ha jugado tres y las ha ganado todas. La de Turín se suma a las de Eindhoven (2006) y Glasgow (2007).
Los lanzamientos desde los 11 metros de Bacca, Mbia, Coke y Gameiro cerraron un título que, como no podía ser de otra forma, está dedicado a Antonio Puerta, un doble ganador de esta competición.
De nada hubieran servido los cuatro goles si en la portería no hubiera emergido la figura del cancerbero. Esta vez no era Palop como en Glasgow 2007. Recién retirado del fútbol como jugador profesional, Palop estaba en la grada de Torino como un aficionado más pero su disfraz se lo enfundó el portugués Antonio Alberto Bastos 'Beto'. Con sus decisivas intervenciones durante el partido mantuvo su portería a cero y con sus paradas en la tanda hizo que el trofeo viaje ahora a la capital andaluza.
El Sevilla entra en el selecto club de tricampeones
El Sevilla FC, merced a su victoria, ha entrado en el selecto club de equipos que han conseguido este torneo en tres ocasiones. Se une a los italianos Inter de Milán y Juventus de Turín, y al Liverpool inglés, ya que eran los que acumulaban en su palmarés tres trofeos de campeón de la segunda competición continental de clubes.
Hito que engrandece la historia reciente del club hispalense, que con la entrada del siglo XXI se ha ganado un nombre en el fútbol europeo después de que lograra la entonces denominada Copa de la UEFA de la edición de 2006 ante el Middlesbrough ingles con un rotundo 4-0 logrado en Eindhoven (Holanda) y que al año siguiente superara al Espanyol en la ciudad escocesa de Glasgow tras acabar el partido y la prórroga con empate a dos y que en los penaltis el valenciano Andrés Palop se convirtiera en el héroe con sus paradas.
El Benfica pierde su octava final europea consecutiva
La derrota cosechada ante el Sevilla supone la octava final europea perdida de forma consecutiva, una mala racha que se alarga desde el año 1962, cuando los lisboetas ganaron la Copa de Europa.
Después de vencer en la máxima competición continental dos años seguidos (1961 y 1962), el club portugués más laureado del país decidió prescindir del entrenador húngaro Béla Guttman por unas divergencias sobre las primas económicas a recibir. El enfado de este le llevó a maldecir al club y pronunciar una profecía que aún perdura: "El Benfica no volverá a ser campeón europeo sin mí".
Desde entonces no han logrado ningún entorchado continental, pese a las numerosas oportunidades para hacerlo. Claudicó en la final de las Copas de Europa de 1963 (Milan), 1965 (Inter), 1968 (Manchester United), 1988 (PSV Eindhoven) y 1990 (Milan); y perdió en las finales de Liga Europa -antes conocida como Copa de la UEFA- disputadas en 1983 (Anderlecht), 2013 (Chelsea) y 2014 (Sevilla).
A lo largo de sus 110 años de historia, el Benfica ha disputado diez finales europeas y sólo ha podido ganar las dos primeras.