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Real Madrid-Atlético de Madrid | Final Champions League 2014

Lisboa y su Estádio da Luz, epicentro del fútbol mundial

  • Lisboa se prepara para recibir a los miles de aficionados que acudirán a la final de Champions
  • En el estadio donde se jugará el partido, se trabaja a contrarreloj para que todo esté a punto
  • Final Champions en directo, el 24 de mayo, en La1, HD, RNE y RTVE.es

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Dos operarios trabajan sobre el césped del Estádio da Luz.
Dos operarios trabajan sobre el césped del Estádio da Luz.

Lisboa cuenta ya las horas que quedan para la gran final de Champions entre Real Madrid y Atlético de Madrid mientras la ciudad recibe un continuo goteo de aficionados que se prolongará hasta los instantes previos al partido. [Final Champions en directo, el 24 de mayo, en La1, HD, RNE y RTVE.es].

Es viernes por la mañana y las calles aún no han sido tomadas por madridistas y atléticos.  Los pocos aficionados que ya han llegado se dedican a hacer turismo por la ciudad, luciendo sus colores blancos o rojiblancos, mientras se mezclan con lisboetas que caminan con la prisa de un viernes cualquiera.

Las calles aún conservan una aparente normalidad pero la ciudad respira fútbol por todos los costados. Es su gran cita deportiva y en Lisboa no hablan de otra cosa, porque no recuerdan un evento tan importante desde la final de la Eurocopa que Portugal organizó en 2004.

Y si el fútbol mundial está sacudido por un terremoto que se origina en Lisboa, el Estádio da Luz es su epicentro. A menos de 36 horas para que se juegue allí el derbi madrileño más trascendental de todos cuantos se han disputado hasta ahora, se rematan los últimos detalles para que no falle nada y el recinto esté a la altura.

Considerado de categoría 4 por la Uefa (de élite), el Estádio da Luz se encuentra entre lo más selecto de los estadios europeos. De hecho, solo los que se encuadran en este rango pueden acoger una final de Champions League o de Europa League. Fue reinaugurado en 2003 tras una profunda remodelación. Es propiedad del Benfica, y ha pasado a convertirse en otro más de los símbolos de la ciudad por el que muchos lisboetas se sienten orgullosos.

Hervidero de actividad

Es viernes por la mañana, y el recinto deportivo es un hervidero de actividad. Dos máquinas conducidas por operarios repasan una y otra vez un césped que ya de por sí luce en perfectas condiciones, mientras una legión de delegados de la Uefa inspecciona hasta el último detalle, con el objetivo de que todo esté perfecto.

Los sótanos del estadio son un trasiego constante de camiones que descargan los materiales más diversos, sobre todo cables, componentes electrónicos y comida; mucha comida.

Decenas de técnicos afinan cámaras y el material audiovisual que utilizarán las televisiones de medio mundo acreditadas para el evento. Los pasillos del estadio son una Torre de Babel en la que se habla portugués, inglés, alemán, francés, chino... Y mayoritariamente español, porque es el idioma que hablan los dos equipos que disputarán la final, y será también el que hablen los más de 100.000  aficionados -con entrada y sin ella- que está previsto que desembarquen en la capital portuguesa antes del partido.