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Final Champions Real Madrid - Atlético de Madrid

Una final de Champions para bolsillos muy diferentes

  • Desde el lujo extremo hasta el bocadillo, hay muchos presupuestos
  • Miles de aficionados han llegado el mismo sábado, sin entrada
  • Otros muchos han dormido en una ciudad donde no hay ni una plaza hotelera

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Pasión en las zonas de aficionados en Lisboa

Las calles de Lisboa, desde primera hora de la mañana del sábado, se han comenzado a llenar con los miles y miles de aficionados que han acudido para vivir la final de Champions entre Real Madrid y Atlético. Muchos ya estaban en la ciudad desde hacía días.  Pero la mayoría ha llegado el mismo sábado, y este ha sido el verdadero momento en el que la ciudad entera se ha convertido en una gran fiesta donde el protagonista absoluto es el fútbol.

Muchos de los que han acudido el mismo día del partido no tienen entrada. Su plan ha sido salir de madrugada desde cualquier punto de España, llegar a primera hora a Lisboa, disfrutar todo el día del ambiente de la ciudad, ver el partido en las 'fan zones' habilitadas, y después quedarse toda la noche rematando la faena o bien salir de vuelta nada más terminar el partido. Esta es, sin duda, la opción más económica.

David y Jorge son dos hermanos estudiantes de 16 y 22 años que proceden de la localidad madrileña de Colmenar Viejo. Su equipo del alma es el Atlético de Madrid. Han llegado a las 08:00 de la mañana a la ciudad, en dos autobuses fletados por peñas atléticas que salieron a la 01:00 de la mañana. No hace mucho que han desembarcado, y se les nota cansados.

No tienen entradas y su intención es ver la final en la 'fan zone' del Atlético. Para evitar que no se dispare su presupuesto, han traído bocadillos, porque su intención es gastarse 20 ó 25 euros cada uno, y preferentemente en "diversión". En cuanto termine la final, volverán a Colmenar Viejo.

Este modelo de viaje, con la variante del autobús o el vehículo propio, ha sido el preferido por los miles de aficionados de uno y otro equipo para vivir este momento histórico, apoyar a su equipo y que no se les dispare el presupuesto.

Rosa, Rafa y Gustavo también son atléticos y han llegado a las 05:00 de la mañana en su propio coche desde Madrid, aunque viven en Ciudad Real -Rosa y Rafa- y en Fuenlabrada -Gustavo-. El presupuesto que manejan es de 100 euros cada uno. Tampoco tienen entrada y aún no saben dónde verán el partido, pero piensan acercarse al estadio para ver el ambiente allí y además salir toda la noche de marcha por Lisboa, gane o no su equipo.

Pero no todos han llegado el mismo día del partido. Las plazas hoteleras de la ciudad llevan agotadas desde hace semanas, y aprovechando la coyuntura los precios han tendido a ser entre elevados y prohibitivos.

Lujo asiático en Lisboa

El Ritz Four Seasons Hotel pasa por ser uno de los mejores hoteles de Lisboa, y también se ha llenado con motivo de la final de Champions. Uno de los trabajadores de este hotel, que prefiere no dar su nombre, nos cuenta que este día sus clientes son rusos, británicos, indios, chinos, qataríes, dubaitíes... "Todos han venido a ver el partido, y son de muchos sitios menos de España", asegura. "Llegan con un paquete comprado que incluye ver el partido en los palcos Platinum y Golden del estadio; y se gastan muchos miles de euros. Pero muchos", explica.

Sin llegar a estos extremos, en todo caso, dormir en Lisboa (o cerca de ella) y poder ver la final de Champions en el estadio resulta caro. Una familia, a la que acompañan unos amigos, nos cuenta que ha dormido en un hotel rural de Évora ( a 130 kilómetros de la capital) y que sí tienen entradas para el partido. Proceden de Madrid, Valencia y Sevilla, y el presupuesto de su viaje es de aproximadamente 500 euros cada uno.

"Hemos venido a divertirnos"

Otros ocho amigos de Bilbao, Valladolid y Madrid se han alojado en dos apartahoteles muy céntricos, que les han costado 360 euros por noche. Como son 8, tocan a 45 euros por noche. Han tenido suerte, porque este fin de semana las plazas hoteleras se cotizan a precio de oro.

Han hecho el viaje en dos coches, y son de los miles de aficionados que no tienen entrada. "No vamos al partido ni nos importa, porque hemos venido aquí a divertirnos", cuentan, y lo tienen muy claro: "No sabemos cuánto nos vamos a gastar, pero casi todo será en beber y en comer".