Miami Heat se impone a Indiana Pacers y alcanza la final de la NBA por cuarto año consecutivo
- LeBron James y Chris Bosh lideran a los Heat con 25 puntos cada uno
- Los vigentes campeones ganan 117-92 en el sexto para poner el 4-2 en la serie
- La final, a partir del 5 de junio, contra el vencedor entre Spurs y Thunder
Un año más, como todos desde la unión del 'Big Three' en Miami, los Heat han logrado proclamarse campeones de la Conferencia Este, lo que da acceso a la gran final de la NBA.
Bajo el liderazgo de LeBron James, Dwayne Wade y Chris Bosh, y con las aportaciones puntuales de tres veteranos como Ray Allen, Rashard Lewis y Chris Andersen, el conjunto de Florida se ha impuesto con claridad a Indiana Pacers por 4-2 en la final del Este y se hace un hueco en la historia.
Tan solo Los Angeles Lakers (1982-1985) y Boston Celtics (1984-1987) consiguieron como estos Heat llegar a cuatro finales consecutivas. Mención aparte para la década dorada de los Celtics, que no faltaron a una final desde 1957 a 1966.
En el sexto y definitivo encuentro de esta serie, Miami ha avasallado a Indiana desde el inicio para un engañoso 117-92 final, maquillado por los Pacers en un último cuarto "de la basura". Al final del tercer período, los Heat mandaban 91-58, por lo que el técnico Erik Spoelstra ha podido dar descanso a sus estrellas y minutos a los no habituales.
Cuando el calor aprieta, Miami gana
Diez series, o lo que es lo mismo, tres postemporadas, llevan los Heat sin dejar escapar una eliminatoria. El liderazgo del otrora venido a menos en partidos importantes LeBron James ha convertido a Miami en un equipo soberano, indiscutible e intratable cuando el balón quema en las manos.
Y esta no ha sido diferente. Tras una temporada irregular, los Heat sabían que el enfrentamiento con Indiana (líderes de su Conferencia y rivales directos) iba a ser el más duro de sus retos para llegar a la final. Una motivación que casi se ha convertido en obsesión y ha permitido a Miami sobreponerse al 1-0 inicial para robar el factor cancha en el segundo, y superar la derrota en el quinto (con un pésimo partido de James) para aplastar a Indiana en el sexto.
Enchufados desde el inicio y anulando las "tácticas de combate" de Stephenson por los Pacers, el primer cuarto de 'King James' (11 puntos) y los suyos ha sido un golpe de autoridad que se ha reafirmado en el segundo, para irse al descanso con el partido solucionado. El 60-34 en el marcador en el ecuador y la diferencia de 60%-37% en el acierto de los tiros ponían a los Heat con un pie en la lucha por el anillo.
Los Pacers se han mostrado inoperantes en ataque, con Roy Hibbert desaparecido una vez más, Lance Stephenson más centrado en destruir que en construir, y un Paul George que solo dio la cara cuando no había nada que hacer.
Enfrente, la superioridad manifiesta de la pareja James-Bosh, con 25 puntos cada uno, a los que se han sumado por momentos Lewis y Wade (13 puntos cada uno) y el siempre combativo 'Birdman' Andersen (9 puntos sin fallo en el tiro y 10 rebotes en solo 12 minutos).
Miami luchará a partir del 5 de junio por el ansiado Three-Peat (tres títulos seguidos) ante el vencedor del Oeste, que saldrá del duelo entre San Antonio Spurs y Oklahoma City Thunder.
La relativa decepción de Indiana
No es fácil, y quizá tampoco justo, hablar de decepción al referirse de un equipo que dominó su conferencia durante el 95% de la temporada regular y que se ha quedado a tan solo dos victorias de luchar por el título.
Pero el nivel mostrado por Indiana en la primera mitad del curso parecía presagiar el fin de lo que habría sido una breve dinastía Heat. La sensación, sin embargo, tras esta eliminación es que aquellos prometedores Pacers fueron un espejismo.
Roy Hibbert, que en los Playoff de 2013 parecía presentar su candidatura a pívot dominante en la NBA, ha desaparecido paulatinamente desde el mes de febrero, para terminar haciendo una postemporada preocupante (9 puntos, 5 rebotes, 44% en tiros para un hombre de 2.20 metros), acumulando hasta cuatro partidos sin anotar.
Tampoco ha cumplido con las expectativas Paul George, que opositó a MVP en los primeros meses, pero cuya capacidad de liderazgo parece aún muy lejana a la otras grandes estrellas presentes en las finales, como Kevin Durant, LeBron James o Tony Parker.
Muchos son los rumores de mal ambiente en el vestuario de Indiana, con rencillas personales entre compañeros y luchas de egos, especialmente desde la llegada de Evan Turner (que apenas ha contado en estos Playoff) a cambio de Danny Granger, así como descontento con la mala gestión de la plantilla del entrenador Frank Vogel.
La única gran esperanza de estos aspirantes a todo parece ser mítico Larry Bird, presidente de los Pacers y una de las figuras más respetadas en la historia de la NBA. Solo su templanza, su disciplina y su ética de trabajo puede sacar lo mejor de un equipo plagado de diamantes embrutos aún por explotar.