Maracaná, el templo del fútbol mundial
- El 'Maracanazo', el triunfo de Uruguay en 1950, marcó la vida del estadio
- Pese a reducir su aforo a 74.738 espectadores, es el más grande de Brasil
- España se juega la vida contra Chile en un lugar apto para gestas
Si uno escucha el nombre de Mário Filho, poco o nada le vendrá a la cabeza. Sin embargo, si escucha Maracaná, su cabeza se trasladará de inmediato al universo de las leyendas futbolísticas. Construido en 1950 para asombrar al mundo, el estadio más grande de Brasil fue bautizado con el nombre de un renombrado periodista deportivo brasileño que apoyó con empeñó su construcción.
Autor de grandes páginas la historia deportiva brasileña, Filho siempre ha estado oculto tras el nombre de Maracaná, el barrio de Río de Janeiro que acoge el estadio. Un barrio situado al norte de la populosa 'Cidade Maravilhosa', conocido en el mundo entero por acoger muchos de los partidos de la selección brasileña y de los de los grandes equipos de Río: Flamengo, Fluminense, Vasco de Gama y Botafogo.
Con 64 años cumplidos este mismo martes, el estadio de Maracaná vive su segunda juventud en su segundo Mundial. Totalmente renovado para la Copa del Mundo de 2014, el estadio ha visto reducida la apabullante capacidad del antiguo coliseo, que llegó a albergar a unos 200.000 espectadores en la recordada final de 1950 frente a Uruguay, a los 74.738 actuales, sentando a sus miles de fieles en butacas con los colores de la equipación de Brasil.
Si Mário Filho relató grandes hazañas deportivas, los responsables de la construcción del estadio nunca imaginarían que su primera gran hazaña sería la mayor tragedia del fútbol brasileño, el 'Maracanazo'. Nunca un estadio se hizo célebre por una derrota, hasta que llegó el Maracaná y la gesta de Uruguay, donde, curiosamente, se recuerda mucho menos que en el país del 'futebol'.
Renovarse o morir
Pero los 'cariocas', tan poco rencorosos que hasta le han dedicado una placa a su derrota, buscan momentos para cerrar aquella herida que solo pasará a la historia si Brasil reconquista el Mundial en su querido estadio. Mientras tanto, pueden presumir de estrellas en el pecho y en el campo. Uno de sus grandes mitos y su máximo goleador con 333 tantos, Arthur Antunes Coimbra 'Zico', volvió a pisar el césped del campo que le hizo grande este martes, con motivo del cumpleaños del recinto.
"Mi vida, desde niño, está unida a este estadio. Recuerdo mucho que en 1963, con 10 años, asistí a la decisión del título entre el Flamengo y el Fluminense, con un récord de público de 177.000 espectadores. Recuerdo lo que me impresionó subir en el elevador hasta el sexto piso. Ver todos esos colores. Nunca lo olvidaré y fue una extraordinaria alegría porque el Flamengo fue campeón".
Los recuerdos se agolpan entre los muros de esta suerte de platillo volante en el que brillaron Garrincha, Pelé, Rivelino, Romario o el propio Zico. Grandes protagonistas del fútbol carioca y brasileño, que han dado lustre a un recinto que se había quedado obsoleto. "Es importante que se sepa que hace mucho tiempo que ya no iban al campo 90.000 ni 100.000 personas, era imposible. Hubo partidos con 15.000 personas", explica Zico, defensor de la reforma integral del Maracaná.
Para acoger siete partidos del Mundial 2014, Maracaná se ha dado un 'lifting' total. Respetando su proyecto original, se demolió el anillo interior y se colocó una nueva grada, se mejoraron rampas, se renovaron asientos y, el mayor reto de la reconstrucción, se instaló un nuevo y espectacular techo. Salvo la fachada, protegida por Patrimonio, todo se ha renovado por completo.
El gol de Zarra
Todo, para volver a ser el gran estadio de Brasil, para seguir siendo el segundo punto turístico más visitado de la ciudad tras el Corcovado, y, sobre todo, para cerrar su herida de nacimiento. Aunque antes, España se jugará aquí la vida este miércoles contra Chile. El escenario, como ya saben, es perfecto para gestas. Aquí, por cierto, marcó Zarra el histórico gol a Inglaterra en 1950. No es mal presagio.