España firma un oscuro final a un ciclo insuperable
- La estrepitosa eliminación del Mundial abre paso a una renovación
- Dos derrotas y siete goles en contra entierran a la campeona
- Varios de los pesos pesados dejarán la selección tras el Mundial
- Crónica del España 0 - Chile 2 | España 0 - Chile 2Así te lo contamos, minuto a minuto
Una Eurocopa, un Mundial y otra Eurocopa. Los tres ganados de forma brillante y con un dominio pocas veces visto en el mundo del fútbol. España se había puesto el listón muy alto y el reto de Brasil 2014 La mejor generación de nuestra historia tenía la oportunidad de cerrar un círculo mágico con una gran actuación en el país del fútbol, pero nada ha salido como se esperaba.
Los 'achaques' de los mejores hombres del equipo habían encendido las señales de alarma, pero Del Bosque decidió confíar en los jugadores que le habían dado todo. Ni Xavi, ni Xabi Alonso, ni Casillas, ni Piqué llegaban en el mejor momento de su carrera. Y, los que lo hacían, tampoco han respondido. El batacazo ha sido global y tras la vuelta a casa llegará el momento de reflexionar.
El final de ciclo ha caído como una losa sobre la selección española. Dos derrotas en dos partidos y siete goles en contra han emborronado la impecable hoja de resultados de España en los últimos seis años. Un final oscuro para un equipo al que, presumiblemente, ya no volverán jugadores que se recordarán toda la vida como Xavi o Villa, y que podría ser el punto y final de Del Bosque como seleccionador.
El juego de la Roja, el estilo que tan lejos le ha llevado, no se ha dejado ver en Brasil. Lentos y faltos de ritmo en la creación, o la escasa intensidad en la presión, varias de las señas de la campeona del mundo, se han echado en falta en este Mundial, donde Del Bosque acabó con el 'falso nueve' que tantas críticas generó para dar paso a Diego Costa, el hispanobrasileño que bregó sin éxito en sus actuaciones.
La renovación, a partir de septiembre
Del Bosque, que dejó caer tras el partido su marcha, ya había dejado entrever la entrada de savia joven a la selección a partir de septiembre, cuando España comience la clasificación para la Eurocopa de 2016 en Francia. A partir de entonces se verá el camino que tomará la renovación de la selección, a la que se asoman como jugadores importantes los Thiago, Jesé, Deulofeu, y otros que ya han ido integrándose al actual grupo como De Gea, Koke o el habitual Javi Martínez.
Después de tanta victoria, a la selección le toca ahora gestionar una derrota dura e inesperada para sacar adelante un grupo que ha metido a España entre los grandes del fútbol mundial. En manos de las próximas generaciones estará mantenerse entre ellos y que la gloria de estos últimos seis años no quede como un recuerdo lejano. De hecho, no es la primera campeona que cae en similares circunstancias y acaba levantándose.
La maldición de los campeones
Como si de una maldición se tratase, el final de generaciones como esta suele llegar de forma brusca. Esta situación ya la vivió la Francia de Zidane en el Mundial de Corea y Japón 2002, cuando se despidió en la primera fase después de ganar el Mundial del 98 y la Eurocopa del 2000. Dos derrotas ante Senegal y Suiza, y un empate contra Uruguay dejaron a los 'bleus' fuera del campeonato.
La maldición de los campeones también afectó a Italia en Sudáfrica, cuando se marchó de vuelta tras acabar última de su grupo don dos empates frente a Paraguay y Nueva Zelanda, y una derrota contra Eslovaquia. Incluso la precursora de la mitificada Brasil del 70, ya con Jairzinho, Garrincha y Pelé en sus filas, acabó fuera en la primera ronda en 1966 tras ganar cuatro años antes.
Negros finales para grandes campeones que cayeron del cielo al suelo sin planear, como la España actual, que se ha dado de bruces contra una realidad inevitable, la de un equipo mermado físicamente y sin el hambre de títulos de antaño. Una mezcla explosiva que ha terminado con España como la primera campeona que llega a la tercera jornada de la fase de grupos sin opciones de clasificación. Un final, en definitiva, que nadie quería ni esperaba de un grupo que había conseguido sobrepasar todos los límites.