Argentina gana en los penaltis a Holanda la semifinal del miedo
- La semifinal, un choque de escaso fútbol entre dos equipos ultradefensivos
- Sergio Romero, héroe de los argentinos, para dos penaltis en la tanda decisiva
- Argentina volverá a jugar, 24 años después, con Alemania la final de un Mundial
- Así hemos contado el Holanda 0 - Argentina 0 (2-4), por Antonio Serrano
Ficha técnica:
0 - Holanda: Jasper Cillessen; Bruno Martins Indi (Daryl Janmaat, m.46), Stefan De Vrij, Ron Vlaar; Dirk Kuyt, Daley Blind; Georginio Wijnaldum, Nigel de Jong (Jordy Clasie, m.62), Wesley Sneijder; Arjen Robben y Robin Van Persie (Jan-Klaas Huntelaar, m.96).
Seleccionador: Louis van Gaal.
0 - Argentina: Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Martín Demichelis, Ezequiel Garay, Marcos Rojo; Enzo Pérez (Rodrigo Palacio, m.82), Lucas Biglia, Javier Mascherano, Ezequiel Lavezzi (Maxi Rodríguez, m.101); Lionel Messi y Gonzalo Higuaín ('Kun' Agüero, m.82).
Seleccionador: Alejandro Sabella.
Tanda de penaltis: 0-0: Vlaar, para Sergio Romero. 0-1: Leo Messi. 1-1: Arjen Robben. 1-2: Ezequiel Garay. 1-2: Wesley Sneijder, para Sergio Romero. 1-3: Sergio Argüero. 2-3: Kuyt. 2-4: Maxi Rodríguez.
El árbitro Cuneyt Cakir (TUR) amonestó a Martins Indi (44), a Huntelaar (105) por Holanda y a Demichelis (49) por Argentina
Incidencias: estadio Arena Corinthians de Sao Paulo, ante 63.287 espectadores
La selección de Argentina derrotó a la de Holanda en la decisiva tanda de tiros desde el punto de penalti (4-2) y se clasificó para la final del Mundial. Fue la semifinal del miedo, disputada entre dos conjuntos ultradefensivos, que apenas crearon ocasiones de gol y con un juego insulso, donde el fútbol brilló por su ausencia. Maxi Rodríguez anotó el último tanto de la tanda, en la que el héroe fue el guardameta argentino Sergio Romero. Argentina vuelve a una final 24 años después y lo hará ante Alemania, el rival que le ganó el título en 1990. [Así hemos contado el Holanda 0 - Argentina 0 (2-4) del Mundial, por Antonio Serrano]
El recuerdo a Alfredo di Stéfano, en forma del minuto de silencio que guardaron en su memoria Argentina y Holanda, fue lo más emocionante en todo un partido entre dos equipos más preocupados de no perder, que de buscar la victoria de forma franca, como lo hacía don Alfredo.
Con tales prevenciones, la prórroga estuvo cantada desde el comienzo y el tiempo añadido no cambió nada, aunque Holanda mostró un ligero afán ofensivo, inédito en los 90 minutos anteriores. Fue cuando apareció Robben, con cuentagotas. Como lo hizo Messi, solo con tiro de falta.
En el único error de la zaga holandesa, Palacio tuvo la semifinal en el minuto 115, pero su cabezazo fue muy flojo. Un minuto después, Maxi Rodríguez también golpeó mal un centro de Messi. Tuvo que decidir la tanda de tiros desde el punto de penalti.
Romero fue el gran protagonista. El portero argentino le paró a Vlaar el primero y Messi marcó el suyo. Robben no falló el segundo, al igual que Garay. Romero volvió a despejar el de Sneijder y Agüero no perdonó el suyo. Kuyt cumplió, pero Maxi Rodríguez la 'rompió' y clasificó a Argentina para la final, en la que se verá las caras con Alemania, como ocurrió en 1986 (triunfo argentino) y 1990 (triunfo alemán).
La contención fue la tónica general de esta semifinal, tan distinta a la que protagonizaron alemanes y brasileños en el día anterior. El 4-4-2 de Sabella y el 5-3-2 de Van Gaal produjeron una intensa 'guerra de guerrillas' en el centro del campo y mucha dificultad para entrar por las bandas.
El maestro holandés sorprendió con De Jong, recuperado de su lesión, como titular, pero esta vez no jugó la carta del portero Krul para los penaltis. El técnico de la albiceleste sacó a Enzo Pérez por el lesionado Di María, Pérez estuvo activo, pero Argentina echó de menos al 'Fideo'.
Mucha artillería, poca dinamita
Ambos conjuntos arriesgaron lo mínimo, dedicados a desgastar al contrario. La única ocasión del primer tiempo la protagonizó un desaparecido Messi, a balón parado. Fue una falta de Vlaar a Enzo Pérez, el sustituto del lesionado Di María. Lugar idóneo para Messi, que mandó un trallazo que Cillessen atajó a duras penas.
Principio y final de las oportunidades, frustradas por el juego de estrategias y de anulaciones de las respectivas estrellas contrarias. Los holandeses colgaron algunos balones, pero el peligro de Sneijder o Van Persie fue mínimo. En la segunda mitad, no hicieron ni eso.
El susto de la primera mitad lo dio Mascherano, conmocionado tras un salto con Wijnaldum en el que se golpeó la cabeza. El 'jefecito' fue el 'jefazo en la zaga argentina, que controló la artillería europea. El otro golpe, en la prórroga, se lo llevó Zabaleta en un choque con Kuyt.
La lluvia, caída con profusión en el segundo tiempo, tampoco refrescó las ideas ofensivas de sudamericanos y holandeses. Los errores de cobertura casi no existieron, al igual que las internadas por las bandas.
Tímidos intentos de Argentina
En una de ellas, en el minuto 57, Lavezzi centró a Higuaín, pero se anticipó Janmaat, que había entrado en el descanso por Martins Indi. El tedio en el que cayó el encuentro fue superior a la incertidumbre por el resultado en una semifinal del Mundial.
La languidez se rompió en la mejor ocasión del partido. Ya era el minuto 74, cuando Lavezzi sirvió a Higuaín, que entró en carrera y tocó con el exterior, pero su balón se fue desviado por muy poco.
Dentro de las enormes precauciones, fue Argentina la que buscó algo la puerta contraria, como en el trallazo que metió Rojo y que atajó con solvencia Cillessen. Holanda no tiró ni una vez entre los tres palos. Ni siquiera pudo hacerlo en su única jugada elaborada, que se produjo en el minuto 90. Sneijder habilitó de espuela a Robben, que superó a la zaga y que se aprestaba a tirar cuando se le anticipó Mascherano. Nadie evitó la prórroga.