Alemania - Argentina, una final histórica con tintes de revancha
- Löw cuenta con todos sus efectivos para intentar tomar la tercera estrella
- Di María no ha sido capaz de recuperarse a tiempo y no será titular
- La última final entre ambas selecciones fue en Italia 90, ganó Alemania 1-0
- Alemania - Argentina en vivo este domingo a las 21:00h. en RTVE.es
Posibles onces:
Alemania: Neuer; Lahm, Hummels, Boateng o Mertesacker, Höwedes; Schweinsteiger, Khedira; Müller, Kroos, Özil y Klose. Seleccionador: Joachim Löw
Argentina: Romero; Zabaleta, Demichelis, Garay, Rojo; Di María o Enzo Pérez, Biglia, Mascherano, Lavezzi o Agüero; Messi e Higuaín. Seleccionador: Alejandro Sabella
Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia)
Estadio: Maracanã
Hora: 21:00 horas
Alemania y Argentina lucharán por levantar la Copa del Mundo de Brasil 2014 y tomar así el relevo de España, cuatro años después. Ambos combinados saben lo que es levantar el trofeo mundialista, pero desde la última vez que ocurrió ha pasado mucho tiempo.
Los germanos, precisamente, ganaron la última final en el Mundial de Italia 1990 a la Argentina de Maradona, gracias al solitario gol de Andreas Brehme. Desde entonces, solo los alemanes regresaron a otra final, la de Corea y Japón en 2002, cuando perdieron ante la Brasil de Ronaldo. Entre ambas selecciones suman cinco títulos, tres para los europeos y dos para los sudamericanos.
Los teutones parten como favoritos para alzarse como campeones tras la exhibición que dieron en las semifinales ante la anfitriona, a la que le endosaron un contundente 1-7 en la peor derrota de la historia el torneo en unas semifinales.
No solo la contundencia del resultado postula a los de Löw con ventaja en las apuestas, sino que el juego que desplegaron es otro punto a su favor. Una férrea defensa y un mejor centro del campo, con Khedira, Schweinsteiger y Kroos; repartiendo el juego a Müller y compañía asegurarán un partido vistoso.
Jochim Löw pordrá contar con todo su plantel para afrontar la que será su segunda final como seleccionador del combinado germano. La primera fue la de la Eurocopa de 2008, que perdieron ante la España de Luis Aragonés.
En todo el Mundial se había visto a un equipo que hubiese planteado el control pleno de un partido de principio a fin, hasta que por fin Alemania decidió dar un 'golpe de estado' en la casa de Brasil. Los germanos dominaron los 90 minutos de juego y dieron una auténtica exhibición de acierto de cara al gol.
Hasta ese momento, los hombres de Löw habián jugado con lucidez inusitada en determinados momentos de algunos partidos. Su debut ante Portugal, a la que dominaron en el juego y marcador (0-4) fue algo engañoso, ya que la temprana expulsión de Pepe desequilibró un choque del que se esperaba algo más.
Los problemas llegaron ante Ghana, partido que pudieron perder (2-2). En el último choque de grupo se impusieron por la mínima a Estados Unidos, en un resultado que les valió el pase a ambas.
Alemania, la selección más equilibrada
Los octavos ante Argelia, con sabor a revancha por parte de los africanos por el recordado partido de la vergüenza de hace 32 años, fueron una muy dura prueba de superar para los de Löw. El partido táctico que planteó Vahid Halilhodzic, a punto estuvo de acabar con la euforia rival. El cansancio de los 'zorros del desierto' les pasó factura en la prórroga.
El de cuartos ante Francia se decidió por la mínima para Alemania (0-1), en un choque de dejó mucho que desear. El golpe de autoridad lo dio el combinado teutón en las semis ante Brasil. La decisión de Löw en la alineación tuvo mucho que ver con esto.
El entrenador alemán apostó en los primeros partidos del Mundial por utilizar a Lahm en el medio centro, la nueva posición que le descubrió esta pasada campaña Guardiola en el Bayern. Además, Khedira no contó mucho por culpa de la larga lesión que tuvo con el Madrid y que a punto estuvo de dejarle sin Mundial.
El equipo alemán perdía en profundidad y le costaba mucho abrir alternativas por las bandas, cuando los rivales hacían el embudo por el centro con presiones asfixiantes, como le pasó ante Argelia.
El regreso a los orígenes le está dando mejor resultado al equipo, con Lahm en el lateral derecho. Además, Götze ha quedado relegado a un segundo plano, a favor del veterano Klose, que ya es máximo goleador de la historia de los Mundiales.
También ha ganado en portagonismo Khedira, que demostró estar en un gran momento de forma en las semifinales. El plan 'B' de las segundas mitades alemanas pasa por la inclusión de Schürrle. El jugador del Chelsea está teniendo un gran rendimiento goleador, con sus tres dianas, que le sitúan como quinto en la tabla de artilleros.
El defensa Jerome Boateng, con problemas en el abductor, es la preocupación para Joachim Löw para la final. Mientras Mats Hummels demostró estar en condiciones.
La opción de Per Mertesacker, abocado al banquillo en los últimos partidos tras el buen nivel y el asentamiento de la zaga, es la alternativa si el zaguero del Bayern Múnich no está en buenas condiciones para afrontar la final.
En lo que va de Mundial, Alemania ha disputado seis partidos, con un balance de cinco victorias y un empate. Los goles que lleva anotados, 17, expresan el potencial goleador de los teutones, que está bien equilibrado con la defensa. Solo han encajado cuatro dianas.
Argentina, sin Di María
Los argentinos llegan a la final del Mundial con un recuerdo fijado en su mente. La final de 1990 y la dolorosa derrota ante los alemanes que les privó de portar su tercera estrella en el pecho de su querida elástica albiceleste.
El enfrentamiento más reciente entre ambos en un Mundial se remonta a los cuartos de final de Sudáfrica 2010. Entonces, el combinado era dirigido por Maradona y llegó al partido muy crecido en su moral. Alemania, capitaneada desde el banco por Löw, se encargó una vez más de bajar a la tierra a los bicampeones con un contundente 4-0.
Hasta el momento, las victorias de la albiceleste en el campeonato, hasta llegar al partido que les puede dar su tercera estrella, ha dependido en gran medida de las individualidades.
Romero, Messi, Di María, Higuaín o Mascherano se han turnado para aportar esa diferencia que ha necesitado Argentina hasta llegar a la final de Brasil, algo que no ocurría desde hace 24 años.
El cuatro veces ganador del Balón de Oro se encargó de sacar adelante al equipo en la fase de grupos, con aportaciones que le llevaron a marcar la diferencia y dejar clasificaca a Argentina para octavos en el segundo partido ante Irán.
En octavos fue Di María quien tuvo que entrar en escena en la prórroga para deshacerse de los tercos suizos, que no cedieron el terreno hasta casi acabado el tiempo añadido. El 'Fideo' se lesionó ante Bélgica, donde tomó el relevo Higuaín para rescatar a la albiceleste.
En las semifinales ante Holanda, sin Di María y con un Messi apagado, fue Javier Mascherano el que tomó la capitanía del equipo para no dejarse morder por los 'oranjes'. Su discurso motivador a Romero antes de los penaltis sirvió al meta para amargar la noche a Van Gaal.
Argentina no ha desplegado un gran fútbol y se encuentra más cómoda jugando en la contención, dejando las posibilidades ofensivas a la magia y estado de gracia de la artillería que tiene arriba.
La gran ausencia en el equipo del Sabella, que dejará la selección tras el Mundial, es la baja en el once de Di María, que no se ha recuparo a tiempo de su lesión muscular. Tampoco saldrá desde el incio Agüero.
El balance de Argentina este Mundial denota los complicado que es hacerle goles. En los seis partidos que lleva en Brasil, la albiceleste ha ganado cinco y empatado uno, pero las diferencias goleadoras son bastante distantes. Los de Sabella solo han anotado ocho goles y tan solo han recibido tres.