Nibali vuelve a ganar y abre más brecha con Valverde, que se coloca segundo

Los Alpes reciben al Tour con sol y calor

La jornada se ha cobrado el sexto abandono de un corredor español (de los 20 que arrancaron en Leeds). Esta vez ha sido el corredor del Cofidis Dani Navarro el que ha tenido que bajarse de su bicicleta. El noveno clasificado en el Tour 2013 y líder de la escuadra francesa, se ha bajado en el kilómetro 97, después de vomitar y mostrar síntomas de estar indispuesto y golpeado por el incesante calor.

Antes de afrontar el puerto de primera categoría del Col du Palaquit, Katusha se puso a tirar del pelotón para reducir la ventaja de los fugados. El equipo ruso buscaba arañar algún punto en la cima para su líder 'Purito' Rodríguez. Antes de las primeras rampas, la ventaja pasó de ser superior a dos minutos a casi de un minuto.

Este puerto hizo de filtro y dejó en el grupo a los elegidos para la general, se quedaban atrás los sprínters y algunos nombres propios, como el de Kwiatkowski, sufrían.

Sin embargo, a pesar del ritmo del grupo, De Marchi coronó en solitario, con Bakelants a 1’10’’, el español Maté a 1’37’’ y el pelotón a 2’45’’.

Movistar y FDJ siembran y recogen

Fue en el descenso del Palaquit donde el Movistar se decidió a a tomar las riendas y aceleró el ritmo. Mientras, Nibali tuvo que ver como su escudero más fuerte, Jakob Fulgsang, se iba al suelo en una curva, provocando unas magulladuras mayúsculas en su cuerpo.

Al Movistar le dio el relevo el equipo francés FDJ, que le puso a De Marchi aún más difícil su empresa en solitario.

Ya en el último puerto, el Col du Chamrousse, de categoría especial, Movistar volvió a forzar la máquina nada más arrancar la subida. Ese ritmo de John Gadret hizo descolgarse al líder de la clasificación de la montaña y dejó al maillot amarillo acompañado solo por Tanel Tangert.

El problema fue que Alejandro Valverde se quedó solo a falta aún de 15 kilómetros para la meta y Nibali colocó a Tangert al frente. Nadie se atrevía a lanzar el hachazo.

La táctica de Movistar no parecía la acertada pero todo cambió cuando a falta de 12,5km. se quedaba el segundo clasificado de la general: Richie Porte.

El primero en intentarlo fue el francés Thiabut Pinot y se hizo la selección. Menos de una veintena de corredores quedaban ya en cabeza.

En busca de la etapa saltaron a continuación Konig (NetApp) y Majka (Tinkoff) antes de que llegara el cambio de ritmo de Alejandro Valverde, a falta de 10km para la meta. A su rueda solo resistieron Nibali, Pinot y Laurens Ten Dam (Belkin).

Finalmente Nibali cambió el ritmo a seis kilómetros y medio para la cima y se fue solo. Enlazó con el dúo de Majka y Konig y se fue hacia la victoria en solitario a falta de 3km.

Por detrás Pinot y Valverde se picaban entre ellos pero consiguieron llegar a la cima juntos a unos 50 segundos del vencedor. Valverde ganaba un puesto en la general y Pinot (ahora cuarto a 4'40'') se acercaba al podio al acercarse a su compatriota Bardet, que ganó un puesto y está ahora a 4'24''. El francés del AG2R se aferró a su posición de mejor joven, perdió 1'23'', el mismo tiempo que el estadounidense Tejay van Garderen, que pasa a ser quinto de la general a 5'19''.

Y el sábado la etapa reina alpina

Después del golpe encima de la mesa del líder Nibali —el italiano le ha arrebatado además el maillot de la montaña a 'Purito'— el Tour afronta la etapa reina en los Alpes.

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El segundo capítulo alpino del Tour de Francia, este sábado, tendrá como principal aliciente el ascenso al Izoard, de categoría especial, y la meta situada en el Risoul, de primera.

El segundo capítulo alpino del Tour de Francia, este sábado, tendrá como principal aliciente el ascenso al Izoard, de categoría especial, y la meta situada en el Risoul, de primera.  La etapa cuenta en total con dos puertos de primera y el Izoard, una travesía por los Alpes poco habitual, que se produce con muchos kilómetros en las piernas de los ciclistas y tras haber abordado la llegada a Chamrousse.

Los 177 kilómetros que separan Grenoble de Risoul comenzarán con una primera parte en ligero ascenso constante, hasta que a los 54 kilómetros se inicia el ascenso al interminable Lautaret, 34 tendidos kilómetros con una pendiente media del 3,9 % que desgastará las fuerzas de los ciclistas.

Tras 20 kilómetros de descenso, el pelotón se plantará en Briançon para comenzar a subir el durísimo Izoard, con sus 19 kilómetros al 6 %. Es un lugar ideal para lanzar un ataque largo entre los favoritos para la general.

Quedará su descenso, de unos 30 kilómetros, y la subida al Risoul, un puerto inédito en el Tour pero que ya se ha subido en el Tour del Porvenir y en la Dauphiné. Catalogado como de primera categoría, se trata de una pendiente casi constante, sin duras rampas, pero con 12,6 kilómetros al 6,9 %.