Tourmalet y Hautacam: dos mitos para despedir a la montaña en este Tour
- La 18ª etapa visita el Tourmalet primero y el Hautacam en meta
- Última etapa de montaña, dos trenes a los que agarrarse para los escaladores
- Nibali llega como líder, con Valverde segundo y Thibaut Pinot tercero
La última cita con la montaña del Tour de Francia 2014 es una traca final que incluye el ascenso a dos mitos, primero el Tourmalet y en la meta el Hautacam.
Dos puertos fuera de categoría que han creado la leyenda del Tour y que dejarán este jueves la clasificación general lista para que la definitiva contrarreloj del próximo sábado ratifique los puestos del podio.
Tras dos jornadas pirenaicas con siete cotas de primera o especiales al final de la carrera, con las piernas ya muy cansadas tras más de dos semanas de competición, llega una última etapa de montaña, no muy larga, de 145,5 kilómetros entre Pau y Hautacam.
La jornada comenzará suave, con dos cotas de tercera categoría. A partir del kilómetro 78, empezará la ascensión al Tourmalet, con 17,1 kilómetros al 7,3 % de pendiente media.
Su cima está situada a 50 kilómetros de la meta. El descenso es largo y tras una zona de transición desemboca en la subida al Hautacam, 13,6 kilómetros al 7,8 % y con rampas por encima del 12 %.
El Tourmalet, la montaña del Tour
El Tour llega al mítico Tourmalet, una montaña de "mal retorno", según la lengua gascona, un lugar de culto que guarda como un tesoro la épica de la carrera y del ciclismo, un símbolo que se inventó para poner a prueba los límites humanos.
Napoleón III ordenó en 1984 despejar un camino entre la corta vegetación de la zona para tener acceso a manantiales de agua que tenían propiedades curativas. Una primera incursión hacia la leyenda.
En 1910 comenzó el mito en relación con el Tour. Un periodista de L'Auto, Alphonse Steines, precursor del actual L'Equipe, recibió un encargo de su jefe, Henri Desgranges, organizador del Tour en 1910, ávido de incluir en la carrera terrenos para la épica.
Steines se adentró en la carretera de tierra rumbo a lo desconocido, en un entorno donde aún habitaba el oso pardo y el lobo. La nieve le cortó el paso al vehículo, así que el explorador echó a andar y a pesar de que la noche se le echó encima anduvo muchas horas hasta que apareció al otro lado de la montaña.
Cuando llegó a la localidad de Bareges, al pie del Tourmalet, Steines fue a la oficina de telégrafos y le mandó un mensaje a Desgranges: "He cruzado el Tourmalet. La carretera es buena y transitable".
"El camino de mal retorno" daba así un paso decisivo para convertirse con el tiempo en la montaña de las montañas del Tour, donde cada vez que se visita se llena de cientos de miles de peregrinos de la bicicleta.
En la cima, a 2.115 metros de altitud, un monumento recuerda a Jacques Goddet, director del Tour de 1936 a 1947, y se rinde homenaje a todos aquellos ciclistas y aficionados que nunca olvidan hacerse una foto en tan insigne cima.
El primer conquistador del Tourmalet fue Octave Lapize, en 1910, año en el que además ganó el maillot amarillo en París. Este campeón fue precisamente uno de los mitos que cayeron en la I Guerra Mundial de la que este año se conmemora el Centenario.