Vincenzo Nibali, 'il patrone' del Tour 2014

• Se convierte en el sexto hombre en la historia que gana las tres grandes vueltas
• El siciliano ha peleado por la victoria desde el segundo hasta el último día
• Italia no veía a uno de sus ciclistas vestir de amarillo en París desde 1998
• Blog 'En Ruta': Obligado a refrendarlo
• Blog 'En Ruta': La fatiga ha podido más que las ganas

Imagen del ciclista italiano del Astana, Vincenzo Nibali, en el podio del Tour.

Dicen en Sicilia que el volcán Etna es 'il patrone', toda la vida en la isla depende de él debido a las veces que a hecho temblar la tierra o ha entrado en erupción. [Blog 'En Ruta': Obligado a refrendarlo

A partir de ahora ese título se lo va a poder discutir metafóricamente un ciclista nacido en la misma 'isola del sole': Vincenzo Nibali (Messina, 14/11/1984). [Blog 'En Ruta': La fatiga ha podido más que las ganas

El italiano se convertirá en París en el sexto hombre en la historia que gana las tres grandes carreras del panorama ciclista internacional: Vuelta a España (2010), Giro de Italia (2013), y Tour de Francia.

Este hito solo lo han conseguido antes cinco colosos como son Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Felice Gimondi, Bernard Hinault y Alberto Contador. Y todo se cimentó, en palabras del propio ‘tiburón’ de Messina en la vuelta ciclista a España: "La Vuelta ha sido mi triunfo más importante porque fue el primero en una prueba grande y me dio la fuerza para comprometerme en el Giro y Tour", dijo.

Acompañado por los franceses Christophe Pèraud y Thibaut Pinot, Nibali inscribe de nuevo el nombre de un italiano en el palmarés de la ronda gala 16 años después de que lo hiciera Marco Pantani. "Aquella victoria de Marco fue totalmente diferente, él se vistió de amarillo cuatro días antes del final y yo en la segunda etapa", comentó.

Amo y señor de la carrera desde el segundo día

Como él dice, desde la segunda etapa Nibali opositó a la victoria. En la mismísima Gran Bretaña de Chris Froome, el italiano se apuntó la victoria y se enfundó por primera vez el maillot amarillo.

En la quinta etapa, en la misma que abandonara Froome, fue el mejor de los favoritos sobre el temido pavé.

La confirmación llegó en la montaña, el mismo día que Alberto Contador decía adiós, Nibali dejaba clara su superioridad en la Planche de Belles Filles. A ese triunfo le seguirían el de la etapa reina de los Alpes, con final en el Col du Chamrousse, y el de la etapa de más peso histórico de los Pirineos, con Tourmalet y final en Hautacam.

Mucho se ha hablado y se hablará de cómo hubiera sido la carrera de haber estado Nibali cara a cara con Froome y con Contador pero el que gana la Grande Boucle al fin y al cabo es el que mejor supera todas las adversidades, no solo el que más rápido pedalea.

“¿Con ellos no sería líder? ¿Por qué?“

"¿Con ellos no sería líder? ¿Por qué? El año pasado gané casi todas las carreras en las que coincidí con ellos. Pero no corrí el Tour", dijo el ciclista del Astana hace unos días visiblemente enfadado por una pregunta que se le repetirá siempre.

Ahora ya solo nos queda disfrutar del fin de fiesta en París y cruzar los dedos para que el año que viene podamos ver un duelo de poder a poder entre Nibali, Froome, Contador y Quintana.

Mientras llega ese día y no, nuestra obligación es reconocer el mérito de este siciliano que ha entrado ya en la historia.

"No pensaba en entrar en la historia, solo busco la victoria. Siempre ha sido así. Aquí, lo que me motivaba era llegar de amarillo a los Campos Elíseos, ver al público de París, la torre Eiffel...", así lo ve el propio Nibali.