Simeone privó al Bernabéu de ver cómo luce el nuevo Madrid
- Los de Ancelotti controlaron el balón pero el equipo colchonero dominó el juego
- La telaraña rojiblanca entre la defensa y la medular volvió a ahogar a la 'BBC'
- El primer tiro a puerta de los locales no llegó hasta el minuto dos de la 2ª parte
- Crónica del Real Madrid 1 - Atlético de Madrid 1
Después de la exhibición del Real Madrid en la final de la Supercopa europea en Cardiff, muchos pensaban que el nuevo Madrid de Kroos sería una máquina imparable en su camino hacia los seis títulos. Sin embargo hay un equipo que le tiene tomada la medida al equipo blanco y ese es, juegue quien juegue, el Atlético de Madrid. [Crónica del Real Madrid 1 - Atlético de Madrid 1
En la Supercopa de España, Diego Simeone lo ha vuelto a hacer. Como ya hiciera en las dos últimas temporadas, la tela de araña y el entramado de ayudas que monta entre sus defensas y sus centrocampistas ahogó al Real Madrid. [Datos y estadísticas del Real Madrid 1 - Atlético de Madrid 1
Eso convirtió a la ida de la Supercopa de España en un partido denso y pesado en el que el espectador —ayudado por el horario— bostezó más que vibró. "Jugamos más como quisimos nosotros que como quisieron ellos", reconoció el 'Cholo' en rueda de prensa.
La primera diferencia entre el partido contra el Sevilla y el partido contra el Atlético la dio Toni Kroos. El alemán, que venía de sumar un 95% de pases acertados en Gales, cosechó dos errores en el pase antes de que se cumpliera el minuto 10 en el Bernabéu.
Otro ejemplo estuvo en la delantera. Cristiano Ronaldo acabó desesperado ante Juanfran, siempre que encaraba aparecían Gabi o Saúl para ayudar al lateral. Benzema contó los balones que tocó en todo el partido con los dedos de una mano y Bale, que se enfrentaba al único nuevo en defensa (Siqueira), pudo crear más peligro cuando recibía con mucho espacio por delante hasta que aparecía Godín.
El trabajo de Mandzukic y de Saúl, destacable
Además de Siqueira, había dos jugadores que se estrenaban en un derbi y eran el croata Mario Mandzukic y el canterano Saúl Ñíguez.
El delantero se estrenó en partido oficial con el equipo rojiblanco con la confirmación de que es mucho más que remate, porque pelea, presiona, despeja y defiende como el que más. Muy al gusto de Simeone.
Además de ser la referencia ofensiva en el once, apoyó defensivamente a sus compañeros y se ocupó de hacer una labor fundamental, la de vigilar en muchas de las jugadas del alemán Toni Kroos. En los córners en contra también tuvo un papel imprescindible.
La otra cara nueva fue Saúl. Después de triunfar como cedido en el Rayo en las posiciones de mediocentro y de central, Simeone le colocó en la banda derecha. Ahí supo ponerse el traje de faena y bregar con los centrocampistas y atacantes, al mismo tiempo que se sumaba al ataque en cuanto podía. En sus botas tuvo el 0-1 pero su poca experiencia de cara a gol ayudó a Casillas a resolver la situación.
El mejor premio a su buen partido estuvo en las palabras de su entrenador: "Buscaba tener gente en el medio que cierre pasillos centrales, invitando al Madrid a jugar por fuera. Creo que hizo un buen partido e hizo dos ocasiones, por sus características es muy similar a Koke en sus inicios, nos puede echar una mano este año y ojalá siga creciendo como lo está haciendo", indicó el ‘Cholo’ al tiempo que alabó el trabajo del croata Mandzukic. "Gran trabajo, tuvo situación clara ante Casillas, trabajó defensivamente, por eso contamos con Madzukic y Saúl para tapar la salida", añadió.
James y Di María, los únicos capaces de sorprender
Tras el descanso y tras la entrada de James Rodríguez, primero, y Di María, después, el Real Madrid comenzó a asomarse a la portería defendida por Moya.
El primer disparo entre los tres palos del conjunto blanco llegó en el minuto 47 con un disparo de Bale que desvió a córner Moyá. La entrada del colombiano en sustitución del tocado Cristiano Ronaldo aportó la sorpresa al ataque blanco que el equipo necesitaba. Él mismo fue, con la ayuda de Ansaldi, el autor del único gol blanco de la noche.
A esa sorpresa se sumó luego el descaro y el desborde que aporta un ovacionado Di María. El argentino saltó al césped entre aplausos de la afición merengue en el minuto 77. Todos los balones que le llegaron se los jugó por la banda izquierda y siempre sacó o un centro al área o una falta peligrosa a favor.
"El segundo tiempo fue más de lo mismo, posiblemente con mejor juego de medio campo y ataque del Real Madrid, ya con la entrada de Di María, lógico, es el mejor jugador que tienen", expresó su compatriota Simeone en rueda de prensa. Un dardo envenenado, la última maniobra del experto en hacer sufrir al Real Madrid.