La falta de pegada de España aplaza su billete para el Europeo sub-21
- La selección española empata a cero frente a la de Serbia en partido de ida
- La Rojita se jugará el pase al torneo en el Ramón de Carranza de Cádiz
Ficha técnica:
0 - Serbia: Dmitrovic; Petkovic, Veljkovic, Pantic, Petrovic; Radoja, Srnic (Cvric, min. 67); Kovacevic (Mijailovic, min. 82), Causic, Kostic; y Pesic (Djurdjevic, min. 87).
Seleccionador: Radovan Curcic.
0 - España: Kepa; Manquillo, Sergi Gómez, Muniesa, Alberto Moreno; Saúl Ñíguez (Oliver Torres, min. 76), Sergi Roberto; Deulofeu (Sarabia. min. 70), Isco, Muniain; y Morata.
Seleccionador: Albert Celades.
Árbitro: Sergei Karasev (Rusia). Mostró cartulina amarilla a Saúl Ñíguez (min. 34) y a Morata (min. 96) por parte de España y a Causic (min. 53) y a Pantic (min. 65) por parte de Serbia.
Incidencias: Partido de ida de la eliminatoria previa de acceso al Europeo sub-21 de la República Checa disputado en el estadio Gradski de la localidad serbia de Jagodina ante unos 10.500 espectadores. Ángel María Villar, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), presenció el encuentro desde el palco.
La selección española sub 21 empató 0-0 ante la de Serbia en partido de ida de la eliminatoria de clasificación para la Eurocopa y, con un dominio aplastante pero con una falta de pegada evidente, aplazó para el encuentro de vuelta en el estadio Ramón de Carranza de Cádiz su clasificación para el torneo que se disputará en la República Checa.
Viajar a Río de Janeiro no va a ser una tarea fácil. Hay pocas plazas y el camino es largo. Todo se resumía en 180 minutos. Un error podía ser definitivo, no había hueco para fallos y menos en una eliminatoria a doble partido. Y en Jagodina, había mucho en juego. No sólo los Juegos, también participar en el próximo Europeo de la República Checa, el torneo que da un billete a Brasil siempre que se alcancen las semifinales.
El técnico español, Albert Celades, llamó a los mejores futbolistas de los que pudo disponer. Por eso, de la absoluta regresó Isco Alarcón, a quien dio los mandos del partido. Su calidad estuvo por encima de los otros 21 jugadores y cada vez que el jugador del Real Madrid tocaba la pelota, hacía valer su técnica.
Suyo fue el ritmo que impuso a un duelo que en la primera parte dominaron hasta la extenuación los chicos de Celades. Retuvieron el balón sin descanso, moviéndolo de un lado a otro del campo y bailando a los serbios, que corrieron muchos kilómetros detrás de la pelota.
Sin embargo, ese dominio fue estéril. Como muchas veces pasa con este estilo acaparador, las ocasiones brillan por su ausencia. España, pese a acaparar todo el protagonismo, pecó de falta de verticalidad y algunos jugadores de excesivo individualismo. A Isco, por ejemplo, casi siempre le sobró uno o dos toques para soltar el balón con velocidad. Y a Gerard Deulofeu, uno o dos regates para crear más peligro.
Con todo ese dominio, España no creó ninguna ocasión de claro peligro en toda la primera parte. Sólo algunas opciones tímidas crearon incertidumbre en Serbia, pero las oportunidades españolas no dieron ningún miedo. Las dos fueron de Álvaro Morata, con un cabezazo y un disparo flojo que detuvo el portero Marko Dmitrovic con mucha facilidad.
Solo dos ocasiones claras
Curiosamente, fue Deulofeu quien estuvo más cerca del gol en un acercamiento que no acabó ni en disparo. El extremo del Sevilla regateó a varios rivales y se enredó en su serpenteo para desperdiciar la que fue la mejor ocasión de España. No hubo nada más y los hombres de Celades se marcharon con las manos vacías al vestuario.
En la segunda parte, Serbia subió las revoluciones y el choque se convirtió en una lucha cuerpo a cuerpo que endureció el partido. El fútbol de la selección española se transformó, dejó el toque a un lado y en ocasiones el encuentro fue más rápido y vertical.
Sin embargo, ni con esas España fue capaz de crear ocasiones claras. Serbia, tampoco. Celades intentó desatascar el duelo con Oliver Torres y Pablo Sarabia, que para los últimos veinte minutos sentaron en el banquillo a Iker Muniain y a Gerard Deulofeu, respectivamente.
Entonces, llegaron las dos únicas oportunidades claras para España. La primera, la protagonizó Sarabia, con un disparo lejano que rozó la escuadra balcánica. La segunda, fue de Saúl Ñíguez, que a punto estuvo de marcar con un cabezazo tras un saque de falta del mismo Sarabia.
Al final, nadie fue capaz de hacer un buen tiro entre los tres palos. La batalla de Jagodina acabó en tablas. España ganó a los puntos, pero no tuvo nada de pegada. Mucho toque, mucho dominio, pero cero peligro.
El martes, Cádiz será la tumba de Serbia o de España. En la ciudad andaluza se decidirá el nombre del dueño del billete para el Europeo. Y, en el horizonte, queda Río. Dos grandes premios se decidirán en 45 minutos.