Barça y Real Madrid, al frente de la 'tolerancia cero' con los ultras
- Laporta sacó a los 'Boixos Nois' del Camp Nou en 2003
- El Madrid ha hecho lo propio este año con 'Ultras Sur'
- El Atlético, menos drástico, trabaja en expulsar a sus violentos
- El Ministerio del Interior ha pedido más implicación a los clubes
La muerte de un ultra en una pelea entre aficionados radicales del Atlético de Madrid y el Deportivo de la Coruña es el suceso más grave de los últimos 16 años en el fútbol español. Porque hace 16 años, también en Madrid y también en los aledaños del Vicente Calderón, murió un aficionado de la Real Sociedad víctima de un ataque ultra. Desde entonces, poco ha cambiado en el fútbol español.
Por aquella muerte, la de Aitor Zabaleta, fue condenado a 17 años de prisión Ricardo Guerra, miembro de Frente Atlético que le asestó una puñalada en una de las puertas del estadio. Este domingo, su grupo ha vuelto a ser protagonista de uno de los días más tristes del fútbol español, que cuenta ya nueve fallecidos por violencia desde 1982.
"Yo no soy quién para disolver el Frente Atlético", aseguró este mismo domingo Miguel Ángel Gil, consejero delegado del club rojiblanco, que sí aseguró llevar tiempo trabajando por la expulsión de los miembros más violentos, al tiempo que el presidente del club, Enrique Cerezo, junto con el del Deportivo, alejaba los hechos del Atlético: "Esto no tiene que ver con el fútbol, ni tiene que ver con el Atlético o el Deportivo".
La distancia del Atlético ante sus radicales, salvo grandes excepciones, suele ser la tónica general de los clubes españoles con sus grupos de aficionados radicales. El primero en dar un golpe encima de la mesa fue Joan Laporta. Cuando estaba al frente del Barcelona, el expresidente decidió sacar a 'Boixos Nois' de las gradas del Camp Nou.
El paso al frente de Laporta
Laporta inició su batalla contra los ultras tras su llegada a la presidencia del Barça, en julio de 2003. El proceso fue largo y no estuvo exento de complicaciones, especialmente para el propio presidente, que sufrió un asalto y amenazas continuas. Finalmente, a través de expedientes, expulsiones y el desmantelamiento de las instalaciones que los ultras tenían en el propio Camp Nou, 'Boixos Nois' acabó fuera del fútbol.
Este grupo, responsable de la muerte en 1991 de Frederic Rouquier, un hincha del Espanyol, era uno de los más violentos del panorama futbolístico español. También lo era 'Ultras Sur', el emblemático grupo ultra del Real Madrid, que ha empezado el año fuera del fondo del Bernabéu donde se hizo fuerte.
Como hiciera Laporta, Florentino Pérez decidió tirar la puerta abajo y acabar con la lacra particular de las gradas blancas. Desde este año, el Real Madrid ha vetado la entrada de 'Ultras Sur' a su estadio y, pese a la resistencia del grupo, que también ha presionado al presidente blanco, tan solo acuden al campo algunos de sus miembros a título personal.
El fútbol pide tolerancia cero
Ahora, con una muerte más a cuestas, el fútbol español vuelve a reflexionar por un problema por el que ya han tomado medidas drásticas los dos grandes clubes pero por el que falta mucho por hacer.
La pelea entre dos grupos con graves antecedentes (Riazor Blues también tiene en su expediente la muerte de Manuel Ríos en 2003), y la participación en la reyerta de miembros de facciones ultras de otros clubes evidencia que todavía hay mucho por hacer.
El Atlético, centro de todas las miradas, asegura que lleva tiempo trabajando en ello y Miguel Ángel Gil aseguró que ya ha vetado "de por vida a 13 aficionados por incidentes de menor gravedad". Gil indicó que los hechos de este domingo "manchan todo el trabajo de estos años", aunque, ahora, desde todos los estamentos vuelve a pedirse la tolerancia cero contra la violencia en el fútbol. Interior y la Comisión Antiviolencia ya han pedido más implicación a los clubes.