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Fórmula 1

La FIA responsabiliza a Bianchi de su accidente en Japón

  • El informe concluye que no aminoró lo suficiente con banderas amarillas
  • El piloto francés sigue hospitalizado, inconsciente y en estado crítico

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Imagen de archivo perteneciente al piloto francés de Marussia Jules Bianchi.
Imagen de archivo perteneciente al piloto francés de Marussia Jules Bianchi.

El informe de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) reveló este miércoles que el piloto francés Jules Bianchi (Marussia) no aminoró de forma suficiente la velocidad de su monoplaza antes de estrellarse en el Gran Premio de Japón el pasado 5 de octubre.

Bianchi, que desde entonces permanece inconsciente y en estado crítico, ha sido señalado como principal responsable del accidente ocurrido en Japón a comienzos del mes de octubre. La FIA asegura que el piloto francés no respetó del todo las banderas de advertencia que fueron mostradas por los operarios del circuito.

"Bianchi no se detuvo lo suficiente como para no perder el control en el mismo punto de la pista como (Adrian) Sutil", explica el informe de la FIA, un texto que contiene 396 páginas y que ha sido expuesto en la página web de la Federación Internacional.

La lesión de Bianchi ha sido el accidente más grave en la Fórmula 1 desde que falleciese el brasileño Ayrton Senna (1994). El conductor de Marussia continúa hospitalizado en Francia después de haber sido trasladado cerca de su domicilio el pasado mes de noviembre.

El informe señala que el monoplaza de Bianchi impactó con la grúa a una velocidad de 126 kilómetros por hora y añade que los servicios médicos no tuvieron responsabilidad alguna en las secuelas que pueda tener el piloto. "Todo el rescate y los procedimientos médicos fueron correctos y -de hecho- se considera que han contribuido de manera significativa a la preservación de la vida de Bianchi", dijo el informe.

Bianchi impactó contra la grúa que estaba retirando el monoplaza de Adrian Sutil, accidentado vueltas atrás, a falta de siete vueltas para el final del Gran Premio, cuando ya se había decretado el final de la prueba debido a las dificultades metereológicas generadas por culpa de la lluvia.