El Atlético le toma la delantera al Madrid

• El conjunto rojiblanco se impone en el partido de ida en el Calderón por 2-0
• Raúl García, de penalti, y Giménez anotaron los goles del Atleti
• El equipo de Ancelotti encaja su segunda derrota consecutiva
• Datos y estadísticas del Atlético de Madrid 2 - Real Madrid 0

El centrocampista del Atlético de Madrid, Raúl García (d), celebra tras marcar gol frente al Real Madrid

Ficha técnica:

2 - Atlético de Madrid: Oblak; Gámez, Giménesz, Godín, Lucas; Mario; Raúl García, Gabi, Saúl (Arda Turan, m. 67); Griezmann (Mandzukic, m. 74) y Fernando Torres (Koke, m. 59).

0 - Real Madrid: Keylor Navas; Arbeloa (Carvajal, m. 83), Ramos, Varane, Marcelo; Khedira, Kroos, Isco; James (Cristiano Ronaldo, m. 63), Benzema (Jesé, m. 74) y Bale.

Goles: 1-0, m. 58: Raúl García, de penalti. 2-0, m. 76: Giménez cabecea un saque de esquina de Gabi.

Árbitro: Clos Gómez (C. Aragonés). Amonestó a los locales Jesús Gámez (m. 61), Griezmann (m. 65), Gabi (m. 73) y Godín (m. 87) y a los visitantes Marcelo (m. 27), Khedira (m. 31) y Ramos (m. 57).

Incidencias: partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 51.000 espectadores.

El Atlético de Madrid toma ventaja sobre el Real Madrid tras ganar 2-0 en el partido de ida de la eliminatoria de octavos de Copa del Rey.

Desde la final de la Champions, el campeón de Europa no ha sido capaz aún de ganar al campeón de Liga en cuatro partidos. Además, es la segunda derrota consecutiva de los blancos después de la racha de 22 ganados.

Los goles de Raúl García, de penalti, y José María Giménez, de cabeza en un córner, otorgan a los rojiblancos una nada desdeñable renta con noventa minutos aún por jugarse en el Bernabéu.

Los entrenadores apostaron de inicio por las novedades. El local, Diego Simeone, incluyó al recién llegado Fernando Torres y el visitante, Carlo Ancelotti, optó por dejar en el banquillo a Cristiano Ronaldo. También estaba Ramos, quien era duda por problemas físicos y a punto estuvo de marcar en el primer córner del partido.

La paró Jan Oblak, meta copero del Atlético como a partir de ahora lo será Keylor Navas en el Madrid. Este no tuvo tanto trabajo de inicio porque los suyos salieron a controlar el partido y hacer que se jugara de la mitad de campo hacia la meta colchonera.

No obstante, el mayor peligro llegaba a balón parado. A Bale le anularon un gol por fuera de juego en un saque lateral de falta y en la contra siguiente la tuvo Griezmann, que se encontró con los guantes de Navas.

Si el cabezazo de Ramos marcó el inicio del dominio del Madrid, el intento de Griezmann posibilitó que el Atleti adelantara un poco más las filas.

El partido ganaba en intensidad e igualdad, pero no se iba de madre en cuanto a limpieza por parte de ninguno de los dos equipos. En lo que no ganaba era en ocasiones de gol, por culpa de las defensas. Algunos como Benzema se veían obligados a probar desde larga distancia.

Fugaz y providencial aparición de Torres

Pero eran Griezmann y James los que más activos se mostraban en ataque por uno y otro equipo, y así continuaron al inicio de la segunda parte. Torres, desaparecido hasta que robó un balón a Ramos para montar una contra peligrosa.

Fue el preludio del penalti de Ramos sobre Raúl García por un absurdo agarrón. El propio jugador navarro fue el que lo transformó (minuto 58). Así se pudo marchar el 'Niño' Torres sustituido por Koke con la sensación del deber mínimamente cumplido.

Ancelotti también movió ficha y sacó a Cristiano Ronaldo en lugar de James, cubriendo la banda derecha en lugar de cambiarse con Bale.

El cambio no arregló la cara del Madrid en el partido, pero el Atlético se encontró más cómodo y puso el partido de cara como mejor sabe, a balón parado con un cabezazo del central uruguayo Giménez en un córner (minuto 75).

La recta final se pareció a la de Lisboa en cuanto al acoso del Madrid se refiere, aunque con una renta mayor a favor del Atleti. La otra diferencia fue que no se movió el marcador y los rojiblancos se marcharon a casa con el regusto de otra victoria sobre el eterno rival.