Catar gana a Polonia y jugará la final de 'su' Mundial
- El equipo catarí se asegura una medalla por primera vez en la historia (29-31)
- El técnico español Valero Rivera jugará su 2ª final mundialista consecutiva
- España - Francia, en directo, 19:00h en La1 y RTVE.es
Ficha técnica:
29 - Polonia: Szmal; Daszek (3), Rojewski (1), Michal Jurecki (9), Grabarczyk (-), Jurkiewicz (5) y Krajewski (-) -equipo inicial- Wyszomirski (ps), Orzechowski (-), Bielecki (1), Wisniewski (2), Bartosz Jurecki (3, 2p), Maslowski (-), Syprzak (2), Szyba (3) y Chrapkowski (-).
31 - Catar: Stojanovic; Memisevic (2), Markovic (5, 1p), Mallash (6), Capote (6), Hassab Alla (5) y Fernández (1) -equipo inicial- Saric (ps), Mabrouk (-), Roine (3), Al-Karbi (-), Damjanovic (-), Benali (1), Madadi (-), Hamdoon (2) y Zakkar (-).
La selección de balonmano de Catar, dirigida por el español Valero Rivera, jugará la final del Mundial de Balonmano que se disputa en su país por primera vez en su historia. Su victoria 29-31 sobre Polonia en las semifinales le aseguran una medalla, plata u oro. [España - Francia, en directo, 19:00h en La1 y RTVE.es]
En el combinado local fue determinante la actuación del explosivo central Kamalaldin Mallash. Como si fuese una respuesta a las múltiples críticas recibidas, el héroe de la clasificación de los de Valero Rivera, que el domingo disputará su segunda final consecutiva de un Campeonato del Mundo, no fue uno de sus múltiples nacionalizados, sino un joven local.
Mallash, que en la primera jornada del torneo del campeonato acabó en el hospital tras quedar conmocionado en la pista, evidenció que además de mucho dinero y fichajes, tras el éxito de Catar está el duro trabajo de Valero Rivera, un sinónimo de exigencia máxima. La misma que permitido a éste hasta ahora desconocido central de 23 años, que milita en el Eljaish catarí, convertirse con sus seis goles y sus eléctricas jugadas en el gran protagonista de la clasificación de Catar para la gran final.
Un sueño que pareció agrietarse, con las dudas que mostraron de inicio los locales en defensa, el pilar sobre el que Catar cimentó su triunfo sobre Alemania en los cuartos de final, incapaces de dar respuesta a los poderosos lanzamientos de Michal Jurecki.
Tal y como confirman los cuatro goles, la mitad de los de su equipo (8-6), que el lateral polaco, que falló uno sólo de sus siete lanzamientos en la primera mitad, contabilizaba ya a los once minutos de juego.
Goles a los que se encargó de dar respuesta por el bando catarí el jugador de origen cubano Rafael Capote, que obligado por el gris arranque de partido de Zarko Markovic, asumió por completo la responsabilidad ofensiva en los locales. Un Capote que se aprovechó del rigor, a veces excesivo, con el que los colegiados castigaron a los defensores polacos, que a los quince minutos ya acumulaban tres exclusiones por ninguna de los anfitriones, que no recibieron su primera sanción hasta bien entrada la segunda mitad.
Seis largos minutos de superioridad numérica que permitieron a los de Valero Rivera no sólo acortar distancias (10-9), sino, y quizá, lo más importante asentar definitivamente su sistema defensivo.
Una defensa que poco a poco fue reduciendo cada vez más y más los espacios a un Michal Juercki, que no pudo anotar ni un sólo tanto en los últimos nueve minutos de la primera mitad, todo lo contrario que Capote, que con sus seis goles, permitió a Catar llegar al descanso con un renta de tres tantos (13-16).
Diferencia que se encargó de afianzar el portero de origen bosnio Danjel Saric, que sólo había podido atajar tres balones en el primer período, con cuatro paradas casi consecutivas en el arranque de la segunda mitad.
Reanudación en la que Catar demostró que no es sólo un puñado de jugadores nacionalizados con la irrupción del efectivo extremo Mahmoud Hassab Alla y, sobre todo, la del rápido y habilidoso central Kamalaldin Mallash. Una pareja que con sus goles permitió a los asiáticos disparar su renta hasta unos más que inquietantes cinco tantos de diferencia (16-21), que obligaban a reaccionar de inmediato a Polonia si no quería despedirse de la final.
Reacción, que una nueva exclusión, esta vez merecidísima, de Bartosz Jurecki, pareció convertir ya en un imposible para la selección polaca que entró en los últimos diez con un marcador adverso de 19-23.
Sin embargo los polacos, finalistas en el Mundial de Alemania 2007, no estaban dispuestos a rendirse tan fácilmente y llegaron a soñar con la remontada (24-26) con la exclusión de Hassab Alla a menos de cinco minutos para el final. Un tiempo en el que Mallash tomó las riendas del choque con un gol y un penalti, que situaron a Catar a un paso de un triunfo histórico, que se encargo de sentenciar otro jugador local Mahmoud Hassab Alla con un robo de balón final (29-31).