Brasil se impone en un duelo de contraataques frenéticos en París
- Varane adelantó a los galos en una jugada de estrategia
- Óscar, Neymar y Luiz Gustavo dieron la vuelta al marcador (1-3)
Ficha técnica:
1. Francia: Mandanda; Sagna, Varane, Sakho, Evra; Schneiderlin, Sissoko (m.74, Kondogbia), Matuidi (m.84, Giroud); Valbuena (m.82, Payet), Benzema, Griezmann (m.74, Fakir).
3. Brasil: Jefferson; Danilo, Thiago Silva, Miranda, Filipe Luis; Luiz Gustavo, Elías (m.91, Marcelo); Neymar, Oscar (m.85 Souza), Willian (m.84, Costa); Firmino (m.87, Luiz Adriano).
Goles: 1-0, m.21: Varane. 1-1, m.40: Oscar. 1-2, m.57: Neymar. 1-3, m. 69: Luiz Gustavo.
Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia).
Incidencias: Partido amistoso disputado en el Stade de France. Lleno. Minuto de silencio por las víctimas de la tragedia del A320 en los Alpes franceses.
A toque de corneta, Brasil se llevó de París una victoria de prestigio frente a Francia (1-3), en una noche en la que sus contraataques comandados por Neymar fueron demasiado para unos anfitriones tiernos y diezmados en defensa, en un choque que, sobre todo en la segunda parte, se vivió a un ritmo endiablado.
Los primeros minutos del partido fueron de tanteo, sin un dominador claro, pero con dos equipos con una premisa similar, que se iba haciendo más evidente conforme pasaban los minutos: robar el balón y poner la directa hacia la portería contraria.
Sobre el césped, jugadores en los tres cuartos más dotados para el vértigo que para la elaboración, como Griezmann y Valbuena por los locales, o Willian y Neymar en los brasileños.
En el minuto ocho, Francia ya dejó claro que sus córner se iban a convertir en un suplicio para Brasil, cuando Jefferson, portero del Botafogo carioca, tuvo que sacar sobre la raya un cabezazo de Benzema en el segundo palo que parecía condenado a entrar.
Brasil concentraba sus ataques por la derecha con Willian, pero pronto fue Neymar quien tomó la iniciativa, empeñado en conducir sin encontrar demasiada colaboración en sus compañeros.
Reinaban las imprecisiones en el centro del campo, algo que aprovechó Oscar para servir al barcelonista dentro del área, que remató abajo y sacó con una mano Mandanda, arquero del Marsella.
Solo un minuto después, en el 21, Valbuena sacó un córner, como siempre con peligro. Varane, implacable en las alturas, entró como una locomotora y su cabezazo fue dentro sin que Jefferson pudiese hacer mucho más que mirar.
El Stade de France cantó entonces a Varane. La gloria que se le resiste en el Real Madrid se la lleva el espigado central en su país, donde ya se le considera uno de los pilares de esta Francia que aspira a todo en el futuro.
A sus 21 años, el madridista suma ya 18 presencias con los 'bleus' y dos goles, aunque no viviera su mejor noche en defensa. Con el tanto, se vino arriba Francia, que olía a gol cada vez que se acercaba al área.
En el minuto 30, trató de replicar, con un disparo duro desde fuera del área, Firmino. El delantero del Hoffenheim alemán no parece a priori un nueve llamado a marcar época en la "Verdeamarelha", más en la estela de los Fred o Luis Fabiano que en la de leyendas como Romario o Ronaldo.
La insistencia brasileña halló recompensa diez minutos más tarde, cuando Oscar, tras hacer una pared con Firmino, se internó en el área sin apenas oposición ante una defensa blanda y empató el partido de disparo raso.
La segunda parte se abrió con dominio francés. Fue un espejismo: en el minuto 56, Thiago Silva casi consigue remachar un córner y uno más tarde Willian dirigió una contra por el centro y abrió a su izquierda, por donde le acompañaba Neymar, que embocó de un gran tiro por lo alto.
A partir de ahí, los franceses fueron casi un muñeco en manos de los contragolpes brasileños y, sobre todo, de Neymar, que se movía por todo el frente de ataque asociándose con sus compañeros y causando el pánico en la zaga local.
Tuvo un atisbo de reacción Francia mediado el segundo tiempo, pero los intentos de Benzema y Griezmann se fueron por muy poco.
En el minuto 69, un cabezazo a placer de Luiz Gustavo a la salida de un córner acabó con la resistencia gala, y llevó a los numerosos aficionados brasileños presentes a corear con olés las jugadas de los suyos.
Un carrusel de cambios con el partido ya decidido puso el final a un choque vivido a ritmo vertiginoso, y que sirvió como una gran puesta a punto para Brasil, de cara a la próxima Copa América en junio.