Chile renuncia al rally Dakar 2016
- El Gobierno toma la medida por los daños del temporal en el norte del país
- Empleará el dinero previsto en la reconstrucción de las zonas afectadas
- Uruguay o Paraguay, posibles relevos para el trazado oficial del 16 de abril
Chile renunció a formar parte del rally Dakar 2016 debido a los contratiempos que provocó el temporal en el norte del país, según anunció la ministra del Deporte, Natalia Riffo.
Riffo explicó que el Gobierno empleará el dinero que tenía previsto invertir en el rally en la reconstrucción de los lugares afectados por los aluviones, que arrasaron algunas localidades en las regiones de Atacama y Antofagasta, escenarios habituales del Dakar.
La ministra sostuvo que se analizaron diferentes factores antes de tomar la decisión, como el impacto económico o la imagen del país, aunque la catástrofe en el norte fue lo más determinante.
"Evaluamos distintos elementos; variables económicas, de imagen país, el tema deportivo, el cuidado del medio ambiente y el patrimonio, pero el detonante es la situación en el norte", afirmó.
El Gobierno chileno ya comunicó su decisión a la empresa ASO, la organizadora del rally, que desde que hace siete años se trasladó a América Latina siempre había pasado por el desierto de Atacama chileno.
Riffo dijo que los organizadores "entendieron que no estaban las condiciones" para incluir a Chile en el trazado de 2016 y dejó abiertas las puertas para que la carrera más dura del mundo regrese al país andino en próximas ediciones.
ASO anunciará el 16 de abril en París el trazado del Dakar 2016 y su intención era incluir de nuevo a Chile, considerado el corazón del rally debido a la exigencia y la espectacularidad del desierto.
A falta del anuncio oficial ha ganado enteros la posibilidad de incluir un nuevo país en el trazado, que podría ser Uruguay o Paraguay, además de algunos por los que el rally ya ha pasado en años anteriores, como Argentina, Bolivia y Perú.
La posibilidad de que Chile quedara fuera del próximo rally era un secreto a voces incluso antes del temporal de lluvias y aluviones que azotó el norte del país hace dos semanas.
El Gobierno dudaba por el monto que tiene que pagar a los organizadores -entre 4 y 6 millones de dólares- y la oposición de grupos que protestaban por el supuesto daño que la carrera provoca al medio ambiente y a restos arqueológicos que reposan en el desierto.