El Atlético, sin pólvora ante el Athletic
- Empate sin goles en el duelo rojiblanco jugado en el Calderón
- Los colchoneros pueden ver recortada su ventaja en la lucha por la tercera plaza
- Datos y estadísticas del Atlético de Madrid 0 - Athletic de Bilbao 0
Ficha técnica:
0 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Miranda, Godín, Siqueira; Raúl García (Arda Turan, m. 56), Gabi, Tiago (Saúl, m. 87), Koke; Griezmann y Torres (Mandzukic, m. 56).
0 - Athletic Club: Iago Herrerín; Bustinza, Etxeita, Laporte, De Marcos; Iturraspe (Gurpegui, m. 84), San José, Mikel Rico; Iraola (Unai López, m. 58), Kike Sola (Guillermo, m. 67) y Williams.
Árbitro: Jaime Latre (C. Aragonés). Expulsó por doble amarilla a Bustinza, del Athletic, en el minuto 92. Amonestó a los locales Fernando Torres (m. 42) y Godín (m. 87) y a los visitantes San José (m. 70) y Laporte (m. 82).
Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo quinta jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 52.000 espectadores.
El Atlético de Madrid cosecha un empate sin goles en casa ante el Athletic de Bilbao en partido de la 35ª jornada de Liga en Primera División.
El resultado no altera la posición de los de Diego Simeone, terceros, pero pueden ver recortada su distancia respecto al Valencia, su inmediato perseguidor, así como ver alejarse al dúo de arriba.
Incapaces de perforar la portería del Athletic, sin embargo los rojiblancos vieron anulados dos goles a lo largo del partido por fuera de juego.
Todo entre una intensidad altísima. Sabe el Atlético que esa es una de las esencias de su salto hacia lo más alto en los últimos años. Y sabe el Athletic que es una cualidad fundamental para competir contra el conjunto madrileño. Entre el despliegue en ese sentido de uno y otro, el partido surgió con enorme exigencia física.
Presionó bien el Atlético como también lo hizo el Athletic. No había espacio para la duda en ninguno de sus futbolistas ni margen para el adorno en el imponente ritmo al que se movía un choque vertiginoso con y sin balón, condicionado a la segunda jugada o a combinaciones rápidas ante el acecho reiterativo del adversario.
Si el Athletic encontró vías ofensivas entre líneas, entre el medio campo y la defensa local, el Atlético perfiló sus ataques hacia los costados, en un duelo agitado en todos los lugares del terreno de juego menos en las áreas durante más de media hora, con más facilidad para el robo que para la creación en uno y otro.
Siempre fue más insistente el conjunto local sobre la portería contraria, generó unos cuantos córner que provocaron temor en el equipo bilbaíno y terminó la primera parte en el campo rival, con un testarazo centrado de Raúl García, un ágil remate de Torres, que pidió penalti, y un gol bien anulado al francés Antoine Griezmann.
Todo en el tramo final previo al intermedio, en el que el Atlético arrinconó por momentos al Athletic. La llegada del descanso fue entonces un alivio para el equipo visitante, que, entre la ambición de su contrincante, ya se había diluido. Comenzó bien, asustó con un par de remates y acabó empujado hacia su propio área.
Ya no paró el Atlético. Siguió y siguió en el segundo tiempo el conjunto madrileño, con otro gol anulado a Griezmann, en una acción sensacional de Tiago, con una sucesión de centros sobre el área rival, con la entrada de Arda Turan y Mario Mandzukic, por Raúl García y Fernando Torres, y también con riesgos en su retaguardia.
Ahí también tuvo sus ocasiones el Athletic, con un par de remates tan claros como fallidos de Kike Sola y Etxeita prácticamente en el área pequeña, el último ya sin Andoni Iraola sobre el campo. Pidió el cambio por lesión en el minuto 58, al que el partido llegó con todo abierto. El Atlético, al ataque; su oponente, al contragolpe.
El equipo madrileño se lanzó a la carrera a por la victoria, rebelde e inconformista con el empate, directo a por los tres puntos y sin mirar hacia atrás. Hubo otro gol anulado al Atlético, un tanto legal de Tiago como lo había sido el segundo de Griezmann, y luego apareció magnífico Iago Herrerín para frenar un remate del francés, la última ocasión de un buen partido sin premio para los locales.