Nadal se somete a una cuestión de confianza en Madrid

• Rafa defiende título en el Masters 1000 en un momento de dudas
• El tenista español se muestra pesimista sobre su posición en el ránking
• Recupera su antiguo modelo de raqueta para ganar en control de golpeo

El tenista español Rafa Nadal, durante el entrenamiento en la Caja Mágica

Rafa Nadal inicia este miércoles la defensa del Masters 1000 de Madrid, cuarto de la temporada, con un debut a priori accesible ante el estadounidense Steve Johnson, número 54 del mundo.

Sin embargo, la inesperada derrota ante Fognini en el Conde de Godó ha supuesto un paso atrás, al menos en cuanto a la preparación mental, en el camino del balear.

A finales de 2014, cuando regreso a las pistas de entrenamiento tras operarse de apendicitis -última de una serie de impertinentes dolencias en la temporada- se puso como objetivo volver a competir y así lo explicó a los micrófonos de RNE.

El camino fue largo y no precisamente de rosas. Solo un título en Buenos Aires y una mejoría basada en sensaciones. Dichas sensaciones eran óptimas en el Masters 1000 de Indian Wells y en el de Montecarlo, donde cayó ante Raonic en cuartos y ante Dojokovic en la semifinal, respectivamente.

Peor fue el balance que se llevó del Open de Australia y del Masters 1000 de Miami. Pero ha sido en el Conde de Godó donde se ha llevado un mazazo moral de mayor envergadura.

La derrota ante Fabio Fognini tuvo varios componentes que contribuyeron a ello. El italiano, número 31 de la ATP, le vencía por segunda vez consecutiva y segunda en toda su carrera. La fama de inestable emocionalmente que tiene el de San Remo no contribuye, para colmo, a digerir el traspié para todo un número uno, que actualmente es número cinco y no se muestra especialmente optimista en adelante.

Fuera del 'top 5'

"Es evidente que saldré del 'top 5' y veremos hasta dónde es la caída después de Roland Garros. Es parte del deporte. Después de seis meses sin jugar, son seis meses con cero puntos en el ordenador", dijo Nadal en rueda de prensa en Madrid.

No son los mejores ánimos para afrontar un torneo donde defiende 1.000 puntos. Aunque el hecho de mentar el Grand Slam que ha ganado nueve veces y meter la palabra "caída" en la misma frase indican que algo no anda bien. Son, además, los 600 de la final de Roma y los 2.000 del abierto parisino. Demasiado bagaje, aunque luego tiene seis meses por delante para ganar puntos más que perder.

"Al fin y al cabo, los deberes no están hechos hasta día de hoy. Cuando uno no hace los deberes antes, uno no puede esperar que en dos semanas tenga más presión. Sé que defiendo esos puntos", añadió.

No queda claro si con deberes se refiere a la adaptación a la nueva raqueta, esa que estrenó en Montecarlo y que le aporta mayor profundidad de golpeo, aunque menos control. La explicación en rueda de prensa fue que había tenido una preparación muy corta y necesitaba la de siempre para controlar el golpeo en la altitud de Madrid.

Sea como fuere, queda la imagen de un paso atrás, de dudas y de falta de confianza en un momento clave de la temporada. Eso sí, Nadal ha salido de situaciones peores y en la Caja Mágica tendrá algo a su favor. La cercanía de su afición.