La zaga azulgrana continúa mostrándose errática
- Los errores de concentración impiden la remontada frente al Athletic
- La expulsión de Piqué acabó de decantar la victoria bilbaína
- En tres partidos oficiales, el Barça ha encajado nueve goles
- Crónica: Aduriz deja al Barcelona sin una Supercopa que se va a Bilbao (F. Fernández)
Tras los alarmantes ocho tantos recibidos en los dos últimos encuentros frente al Sevilla y al Athletic de Bilbao, esta vez el titular Bravo tampoco ha podido mantener su portería a cero. La zaga blaugrana ha vuelto a repetir los fallos de concentración que en los últimos días condenaron a su guardameta.
Graves críticas recibió el equipo culé tras la derrota sufrida el pasado viernes por 4-0 en el encuentro de ida, pero si hubo un foco de esas recriminaciones fue la defensa. Los errores de concentración y, en ocasiones, la escasa intensidad provocaron la amplia goleada. Esto, unido a los otros cuatro encajados frente al Sevilla, hizo saltar las alarmas en el club catalán.
El partido de vuelta comenzó con una zaga blaugrana más atenta y pendiente de no conceder ninguna ocasión al ataque bilbaíno comandado por Aduriz. Además, el mediocampo aumentó su intensidad en defensa, impidiendo que los centrocampistas visitantes pudieran combinar con facilidad. Pero esto duró apenas la primera media hora.
“La expulsión de Piqué marcó la segunda mitad“
Un error en el pase de Mathieu puso de nuevo el problema sobre la mesa. Esta acción pudo suponer el primer tanto de Eraso, pero el centrocampista envió el balón al lateral de la red. Pero si hubo un error que condenó al Barcelona, este fue el comportamiento de Piqué con el linier. El central reclamó con aspavientos lo que él pensó que era un fuera de juego, y Velasco Carballo decidió expulsarle. Flaco favor el que el defensa hizo a su equipo.
Y, por si esto no fuera poco, cuando el equipo culé estaba enfrascado en la búsqueda de su segundo gol, la escasa concentración de la zaga acabó por culminar la victoria bilbaína. Eraso pudo cabecear con total tranquilidad y ceder a Aduriz para que este, completamente solo, anotara a placer el empate aunque tuviese que disparar dos veces. Mientras tanto, Mascherano y el resto del equipo azulgrana miraban expectantes el desenlace de la jugada.
Luis Enrique deberá trabajar la concentración e intensidad de su defensa si es que no quiere tener problemas a lo largo de la temporada que ahora comienza.