Djokovic vence a Federer y gana el Masters por quinta vez
- El serbio, número uno del mundo, vence al suizo por 6-3 y 6-4 en 80 minutos
- 'Nole' cierra una temporada magistral con 11 títulos, tres del Grand Slam
El serbio Novak Djokovic venció al suizo Roger Federer, en 80 minutos, y se coronó campeón del Masters por quinta vez, cuarta consecutiva.
Djokovic cierra así una temporada formidable en la que ha ganado 11 títulos, entre ellos tres Grand Slams (Abierto de Australia, Wimbledon y Abierto de EE.UU.). La victoria ante Federer en la final del O2 de Londres le supuso un cheque de 2.061.000 dólares (1,93 millones de euros).
Federer había sido el último jugador en vencerle antes de llegar al O2, el 23 de agosto en la final de Cincinnati. Luego, el jugador de Basilea también le derrotó en la fase de grupos, pero este domingo, Djokovic se vengó sin pestañear para ganar el título 59 de su carrera y acabar la temporada con 82 victorias y solo seis derrotas.
El suizo, hombre récord del Masters con seis títulos, que finalizará la temporada en el segundo puesto de la lista mundial, tomó tarde la decisión de acudir a la red como único auxilio ante el demoledor juego de Djokovic desde el fondo. Le había ido bien el martes quedándose atrás y tal vez por eso decidió no atacar en el inicio y esperar agazapado.
Rápidamente comprobó que la estrategia esta vez no serviría de nada. Djokovic, con el mismo implacable revés cruzado con el que derrotó a Nadal, sembró el pánico entre los seguidores del jugador de Basilea, cuando aprovechó su oportunidad en el tercer juego para hacerse con el servicio del ganador de 17 Grand Slams.
Esa rotura fue suficiente para que el de Belgrado se hiciera con el primer set en 39 minutos, y que Federer se diera cuenta de que, o se mostraba agresivo y visitaba la red con más frecuencia, o moría en el intento.
El porcentaje de puntos ganados en la red subió para Federer, que con este giro en su juego mantuvo nivelado el duelo. Pero para ganar cada uno de ellos tenía que arriesgar demasiado y sufrir ante la velocidad de piernas de su rival, capaz de estirarse como si fuera de goma para lograr una devolución más y cansar mentalmente al de Basilea.
Tanta presión y tanta necesidad de arriesgar estuvo a punto de costarle caro a Federer en el octavo juego del segundo set (4-3), cuando "Nole" dispuso de un 0-40. Federer lo sacó adelante impulsándose hacia delante con una gran energía y jugando sin miedo, lanzándose como un kamikaze para detener lo que hubiera significado una rotura definitiva.
Pero en el décimo la batería de golpes de Djokovic surtió efecto. Hubo un punto con 32 intercambios, que el de Belgrado terminó apuntándose y que destrozó anímicamente a Federer. Luego, en la segunda bola de partido, el cerebro del suizo se colapsó para entregar el encuentro con una doble falta final, la segunda del duelo.
Un final inesperado, pero firmado por el hombre que ha dominado a su antojo el 2015 y que amenaza la temporada siguiente con mantener la misma voracidad.