Oblak, Griezmann y el sufrimiento rojiblanco, las claves del Bayern-Atlético
- El portero del Atlético fue el héroe de su equipo en el Allianz Arena
- La eficacia de Griezmann y la fortaleza mental hicieron el resto
- Crónica del Bayern 2-1 Atlético de Madrid, por Felipe Fernández
El Atlético de Madrid ya está en la final de la Champions, tras dejar en el camino en semifinales al Bayern de Múnich, que pese a imponerse en la vuelta por 2-1, se queda fuera de la competición. [Crónica del Bayern 2-1 Atlético de Madrid
Desde la intensidad defensiva hasta la efectividad de Griezmann, pasando por la soberbia actuación de Jan Oblak, repasamos las claves de la clasificación atlética para su segunda final de la máxima competición europea en los últimos tres años.
Infranqueable Oblak
Infranqueable, providencial, fue el héroe de un Atlético que soportó el asedio alemán en el Allianz Arena durante 95 largos minutos. Sobrio, seguro y felino, fue la peor pesadilla de los jugadores del Bayern. Entre sus múltiples intervenciones, detuvo un penalti a Müller que frenó la euforia local y sacó un disparo de Alaba en el 90 con una complicada estirada. Estuvo perfecto y no pudo hacer nada en los dos goles que encajó el Atlético.
Batalla sin descanso
La intensidad fue la principal característica de un partido de infarto. Tanto Bayern como Atlético disputaron una auténtica batalla sin tregua en la que apenas hubo tiempo para incidencias y de la que salió vencedor el Atlético de Madrid.
El rodillo del Bayern
Tras el 1-0 de la ida, el Bayern estaba obligado a marcar y llevó la iniciativa desde el comienzo del partido, convirtiendo el choque en un asedio continuo a la portería rojiblanca. Lo intentaron por todos los lados, con disparos lejanos de Vidal, Alonso o Lahm, con balones al área para Lewandowski o con las internadas de Ribéry y Douglas Costa por las bandas. Consiguieron dos tantos, pero no fue suficiente. Fue la prueba definitiva de la solidez atlética.
Los errores de Giménez
El central uruguayo fue la nota más negativa del Atlético de Madrid en Múnich. Sus errores pudieron salirle caros al Atlético de Madrid. En el primer gol bávaro, la falta lanzada por Xabi Alonso le pasa por debajo de las piernas y la desvía a las redes. El central se sale del partido y tres minutos después comete un claro penalti sobre Javi Martínez que luego detendría Oblak. Pese a que después estuvo acertado al corte, se le vio sobrepasado por las circunstancias.
Certero Griezmann
"Ganó el equipo que fue más certero a la hora de concretar". Lo dijo un contrariado Vidal al término del partido, lamentando el gol de Griezmann que, a la postre, sería fundamental para la clasificación rojiblanca por su valor doble al ser fuera de casa. El francés no hizo nada más. Ni falta que hizo. Culminó una contra perfecta iniciada por Koke y continuada por Torres en el único despiste del Bayern en defensa. Griezmann ya es historia colchonera.
Los penaltis
Hubo dos penaltis en el partido, uno para cada equipo. El primero, a favor del Bayern, resultó clave para el devenir del partido. Con 1-0 a favor de los locales, Giménez se llevó por delante a Javi Martínez en el área. Un 2-0 ponía al Bayern en la final pero Oblak adivinó las intenciones de Müller y detuvo la pena máxima... y al Bayern. A los de Guardiola les costó encajar el golpe y relajaron su dominio desde entonces. En la segunda parte, el Atlético pudo sentenciar con un penalti sobre Torres. El delantero cayó fuera del área y Cakir señaló la pena máxima pero esta vez fue Neuer el que detuvo el disparo del fuenlabreño.
Posesión bávara, pase atlético
El Atlético no esconde sus armas. Simeone evitó hablar de un sistema ultradefensivo y defendió su planteamiento: "tratamos de jugar con las características de nuestros jugadores y potenciando lo que tenemos". El Bayern acumuló más de un 70% de posesión pero el Atlético aprovechó su oportunidad y se llevó el pase a la final. De nuevo se lució el mejor sistema defensivo de Europa, con ayudas constantes de todos sus jugadores, especialmente de un Koke omnipresente.
El arte de sufrir
"Nosotros ya estamos acostumbrados, lo pasan peor los aficionados", dijo con una media sonrisa Antoine Griezmann tras el partido. El Atlético es el único equipo del mundo que no se derrumba aunque tenga delante a todo un Bayern de Múnich cargando una y otra vez en busca del gol y con su afición detrás. El Atlético se mantuvo en pie una vez más, supo sufrir como nunca y salió de Múnich con su tercera final de Champions bajo el brazo. Y sus sufridores seguidores pudieron dormir felices.
Nunca dejes de creer
Ya es más que un lema, es una manera de vivir. Las palabras de Simeone han contagiado a plantilla y aficionados atléticos, unidos en un bloque que aguantó lo que parecía imposible. Parecía increíble, pero el Atlético se ha plantado en la final de Champions tras dejar en el camino a Barcelona y Bayern de Múnich. Nunca dejes de creer.
Venganza consumada
La clasificación del Atlético, además, conlleva tintes históricos. Los rojiblancos llevaban más de 40 años esperando para vengarse de aquella final de la Copa de Europa de 1974 contra el Bayern de Múnich y aquel gol de Schwarzenbeck que esfumó las posibilidades de haber alzado su primer gran título europeo. Por el Manzanares, ahora, ya hablan de consumar en Milán la venganza de la final de Lisboa contra el Real Madrid de hace dos años.