Chile repite la historia y se lleva la Copa América ante Argentina en los penaltis
- El partido termina en empate (0-0) y se decide en los penaltis
- Leo Messi falló una pena máxima y sigue sin ganar un título con Argentina
- El árbitro expulsó a Marcelo Díaz y Marcos Rojo en la primera mitad
El dios del fútbol es muy caprichoso y quiso repetir del plato que probó un año atrás en Santiago de Chile. La selección chilena se ha impuesto de nuevo en penaltis ante Argentina tras empatar 0-0 durante el encuentro y suma su segundo título de Copa América consecutivo. Leo Messi cuajó un buen partido pero falló un penalti en la tanda final y sigue negado con la selección argentina. La fortuna sigue sin sonreír a la albiceleste que suma ya 23 años sin conseguir un título.
La final de la Copa América Centenario, celebrada en Nueva Jersey, dejó un partido intenso pero a la vez poco vistoso. Dos expulsiones, una por equipo, marcaron el partido desde la primera mitad, y el árbitro fue demasiado protagonista. El ‘gato’ Silva anotó el penalti definitivo y Messi continúa sin lograr un título con la selección a la que capitanea.
‘Tata’ Martino optó por introducir de nuevo en el once a Di María tras salir de su lesión, mientras que Lucas Biglia fue el sustituto del lesionado Augusto Fernández. Por su parte, Pizzi mantuvo el once tipo de Chile, en el que volvía el sancionado Arturo Vidal, aunque no estaba el ‘Tucu’ Hernández tras caer lesionado ante Estados Unidos.
Marcelo Díaz y Rojo, expulsados
La emoción e intensidad que se vivió en este choque se pondría de manifiesto desde el pitido inicial. Banega se encargó de poner el miedo en la hinchada chilena a los pocos segundos con un disparo desde la frontal a los pocos segundos del inicio que se marchó cerca del palo de Bravo.
Pero si hubo algo que caracterizó a la primera mitad fue su intensidad, o mejor dicho, su agresividad. Una dura entrada de Mercado sobre Alexis Sánchez, que no sería sancionada, empezó a calentar el ambiente. El juego apenas contaba con ritmo debido a las numerosas interrupciones por faltas y el árbitro brasileño Heber López comenzaba a convertirse en el protagonista.
Gary Medel se encargó de atraer los focos a continuación al errar en la salida de un balón, permitiendo que Higuaín encarara en solitario a Claudio Bravo con todo a su favor. Sin embargo, el delantero del Nápoles no estuvo acertado y envió el cuero por fuera del palo diestro de la portería chilena. Medel acabaría certificando su jugada ‘horribilis’ al chocar duramente contra el palo al intentar defender el remate del Pipita.
Argentina comenzaba a subir sus líneas y llegar con más peligro cuando el colegiado volvió a salir a la palestra. Marcelo Díaz recibía una rigurosa segunda amarilla por una obstrucción sobre Leo Messi cuando este pretendía encarar la meta de Bravo. Esta discutida expulsión acabaría por hacer saltar la mecha que necesitaban ambos conjuntos.
El nerviosismo era patente en el césped del MetLife de Nueva York, con Argentina empujando al verse con un hombre más y con Chile esperando cerca de su área aún noqueada tras la expulsión del jugador del Celta de Vigo. Messi y Banega organizaban el ataque de la albiceleste y los de Pizzi no se atrevían a salir a la presión como es habitual en ‘La Roja’.
Cuando todo apuntaba a un dominio abrumador de Argentina a lo largo de lo que restaba de encuentro, todo volvió a dar un giro de 180º. Una dura entrada por detrás de Marcos Rojo a Arturo Vidal sería sancionada por el árbitro con una tarjeta roja. El jugador del Manchester United debía abandonar el terreno de juego tras una nueva decisión rigurosa de Heber López, que provocó una posterior tangana que dejaba clara la alta temperatura del encuentro.
Chile domina y el cansancio aflora
Los primeros cuarenta y cinco minutos dejaron por tanto escaso fútbol y demasiado protagonismo de aquel que debe caracterizarse por todo lo contrario, por arbitrar e intentar calmar el ambiente. Una final de la Copa América se merecía algo más, por lo que ambas selecciones necesitaban mejorar ostensiblemente en la segunda mitad si es que querían llevarse el título del Centenario.
Precisamente esto es lo que hizo Chile tras pasar por los vestuarios. Juan Antonio Pizzi debió infringir a sus jugadores la necesidad de volver a recuperar ese estilo de juego que les ha llevado a ser una de las mejores selecciones de la actualidad. Presión alta e intensa y combinaciones rápidas ponían de nuevo a Chile al mando del partido y Argentina pasaba a sufrir las embestidas de Vidal y compañía.
Alexis Sánchez y Vargas eran puñales sobre la testa de Argentina pero las ocasiones claras seguían sin llegar. El cansancio era patente en ambos equipos a medida que avanzaba el choque y el ‘Tata’ Martino decidió dar entrada al atlético Kranevitter y retiró a un Di María que tras su lesión no estaba a un 100%.
Banega daba un paso adelante y se juntaba con Messi e Higuaín en la punta del ataque argentino, buscando que la calidad del exsevillista comandara las ofensivas. Sin embargo, ninguno de los dos equipos parecía tener ni la capacidad técnica ni física para adelantarse en el partido.
Tan solo Messi aparecía en el bando albiceleste y el blaugrana puso un gran balón al espacio para Agüero, pero el delantero del Manchester City no supo aprovechar la ocasión y mandó el balón a la grada. En Chile el dominio del juego provocó ciertas ocasiones para sus delanteros, pero estaba claro que el acierto no quería ser el protagonista del partido.
La fortuna sonríe a Chile en los penaltis
Esta fortuna negada acabaría llevando el partido a la prórroga sin goles en el marcador, como hace un año en la final disputada en Santiago de Chile.
Las fuerzas escaseaban y la imaginación era ya algo desconocido en las dos áreas. Pero si alguien tiene esa magia cuando ya todo parece imposible es Leo Messi. El ‘10’ de la albiceleste puso un centro de lujo para que Agüero cabeceara a la perfección, pero en la meta chilena apareció un gato llamado Claudio Bravo. El guardameta del Barcelona sacó una mano de campeonato para evitar un gol cantado.
Esta intercepción hacía presagiar que este encuentro estaba destinado a acabar de nuevo en la tanda de penaltis. Los minutos pasaban y ninguno de los dos conjuntos encontraba las ocasiones y cuando estas llegaban, la diosa Fortuna no se dignaba a aparecer.
La recta final de la prórroga tuvo a Argentina como claro dominador y con Messi como canalizador del juego, pero la escasez de fuerzas no permitía muchas florituras. Incluso la estrella argentina tuvo un libre directo de esos que tanto le gustan y tanto miedo dan a los porteros, pero la barrera consiguió desviar el disparo de Messi. La suerte quiso que el torneo volviera a decidirse desde los 11 metros.
Y la fortuna de los penaltis volvió a dejar el mismo resultado. Arturo Vidal y Messi comenzaron fallando ambos. A continuación, Castill, Mascherano, Aranguiz, Agüero y Beausejour anotaron. Lucas Biglia no pudo superar a Bravo y Silva acabó anotando el gol definitivo.
Nuevo título para la selección chilena tras el logrado el año pasado y la suerte quiso que los hechos se repitieran del mismo modo. Un encuentro sin goles y el acierto en los penaltis volvió a entregar el título a Chile y negárselo a una Argentina que suma ya 23 años sin ningún título.