Mireia Belmonte toca la gloria y aún le queda el 800 libre
- Con el oro en el 200 mariposa, la de Badalona ya acumula cuatro preseas olímpicas
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Mireia Belmonte hizo historia y se convirtió en la primera nadadora española en colgarse una medalla de oro olímpica, tras imponerse este miércoles en la final de los 200 mariposa de los Juegos Olímpicos de Río. A la nadadora de Badalona aún le queda otra opción de medalla, en el 800 libre, donde ha ganado su plaza en la final, donde ha conseguido el mejor tiempo de su serie y octava en la puntuación total de las finalistas.
Un triunfo que premió el trabajo infatigable de una nadadora siempre dispuesta a explorar sus límites tanto físicos como metales, a romper la zona de confort, el paso que distingue a los buenos deportistas de los campeones.
Para ello, Mireia se ha sometido a un intenso entrenamiento durante los últimos cuatro años, que nos solo ha fortalecido su cuerpo, sino que ha endurecido su mente, hasta convertirla en la voraz competidora que se colgó el oro en Londres.
Una fortaleza mental que le permitió no desmoronarse ante el fortísimo arranque de la australiana Madeline Groves, su máxima rival por el oro, convencida de que su táctica, esa ya clásica forma de nadar siempre de menos a más le llevaría a la victoria.
Para ya nada ni nadie pudo impedir que la española tocara el cielo, que cumpliera su sueño de proclamarse campeona olímpica, y tocó la pared con tan sólo 3 centésimas de ventaja sobre la australiana, apenas un suspiro.
Tres centésimas que permitieron a Mireia Belmonte a cambiar la plata que logró hace cuatro años en Londres por el oro, que le permite entrar a sus 26 años en la leyenda, a convertirse en la primera nadadora española en pisar lo más alto de un podio olímpico.
La evolución de Mireia
Una evolución física y técnica a la que se une una fortaleza mental que ha ido forjando a base de competir con las mejores. Mireia ha nadado más que nadie. Contra todas y en todas partes. No ha rehusado ningún combate. Piscina corta, larga, Copa del Mundo, Europeos, Mundiales. Siempre luchando por lo máximo hasta convertirse en una competidora implacable.
Exigencia que ha obligado a Mireia Belmonte a someterse a una preparación extenuante. Jornadas de entrenamiento inacabables. Trabajo en la piscina, en seco, concentraciones en altura, con inclusiones en las más variopintas especialidades como el esquí, la carrera de montaña o, incluso, sesiones de boxeo.
Todo bajo el más estricto control. Nada ha quedado a la improvisación. Desde ponerse las zapatillas cada vez que salía de la piscina a las horas de sueño o la alimentación. Todo ha estado medido, pautado. Ningún detalle es intrascendente.
Un trabajo que ha permitido a Mireia Belmonte sumar a las dos medallas de plata que se colgó hace cuatro años en los 200 mariposa y los 800 libre en los Juegos de Londres dos nuevos metales en Río tras colgarse el bronce en los 400 estilos y el oro que logró en los 200 mariposa.
El escenario donde Belmonte luchará por volver a subir al podio en los 800 libre, la última prueba que le queda por disputar en la cita olímpica.
Para ello, Mireia Belmonte seguirá fiel al camino trazado. Cada día es un nuevo reto, cada prueba una oportunidad de ofrecer lo mejor. No caer atrapada en la complacencia del éxito, ni anclarse en la decepción de la derrota. Soñar, seguir soñando, buscar la magia, escapar de la zona de confort.
Belmonte se une a un selecto grupo
La nadadora española Mireia Belmonte entró este miércoles en el selecto grupo de cuádruples medallistas olímpicos españoles tras conquistar la medalla de oro en los 200 metros mariposa en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
La de Badalona sumó este éxito al bronce que logró el pasado sábado en los 400 metros estilos y las dos platas, en los 200 mariposa y en los 800 metros libres, que conquistó hace cuatro años en Londres.
De este modo, Belmonte alcanzó en número de medallas olímpicas al ciclista balear Joan Llaneras, que consiguió dos oros, en Pekín y Sydney 2000, y dos platas, en Pekín y Atenas; a la tenista Arancha Sánchez-Vicario, que se colgó dos platas y dos bronces entre Barcelona y Atlanta; y a la nadadora de sincronizada Andrea Fuentes, con tres platas, dos en Pekín y una en Londres, y un bronce en la capital inglesa.
Ahora, el objetivo, complicado, para la nadadora española será el de intentar alcanzar al palista gallego David Cal, el olímpico español más laureado con cinco metales, un oro y cuatro platas. Para ello necesitaría ganar una presea en la última prueba que le queda por competir en Río, los 800 libres donde ya fue plata en 2012.