El atletismo español rompe en un día doce años de maldición olímpica
- De un cubano nacionalizado a otro: la última medalla era la de Joan Lino en longitud en 2004
- Orlando Ortega logró el primer título español en una carrera en pista desde 1996
- Los jóvenes Bruno Hortelano y David Fernández batieron sendos récords de España
- La experiencia de Ruth Beitia y García Bragado puede traer nuevos metales
Era la imagen de la jornada: Orlando Ortega rompía a llorar ante las cámaras de TVE mientras celebra la ansiada medalla de plata en los 110 metros vallas.
"Estoy seguro que van a venir muchos éxitos más para España", aseguraba en referencia a su futuro -tiene 25 años- pero también se podría decir lo mismo de otros dos corredores de juventud insultante, Sergio Fernández (23 años) y Bruno Hortelano (24), que rompían en esa misma jornada sendas plusmarcas nacionales.
Con su actuación el pasado 16 de agosto en el Estadio Olímpico de Río, los tres han despejado un panorama de 12 años de nubarrones sobre el atletismo español no solo por la medalla de Ortega -uno de los últimos en conseguir un metal fue precisamente otro cubano nacionalizado, Joan Lino en Atenas 2004- sino por el optimismo competitivo que desprenden en una cita donde tradicionalmente el 'bloqueo' ha podido incluso con nuestras mejores opciones.
Vencer el 'bloqueo' olímpico
Para comprobarlo solo hay que echar la vista a la prueba de 20 kilómetros marcha, donde el campeón mundial, el español Miguel Ángel López, no fue capaz ni siquiera de rascar diploma olímpico.
A la mala actuación de López le ha seguido casi un pleno de eliminaciones de españoles en las series, tanto femeninas como masculinas, tanto carreras como concursos.
Todo eso se rompió el 16 de agosto, donde Ortega consiguió medalla, Hortelano pasó a semifinales de 200 deslumbrando y Fernández no logró colarse en la final de 400 vallas pero a cambio rompió un récord de 29 años de antigüedad. Hasta el declinante medio fondo español puso su grano de arena y Bustos se metió por tiempos en la siguiente ronda de 1.500 metros.
Aunque los últimos resultados del atletismo español en campeonatos del mundo no está cerca de los éxitos de los años 90 y principios del 2000 -cuando se superaban los dos dígitos en número de finalistas y arañar solo una medalla era un fracaso- lo cierto es que siempre se ha sumado algún metal, algo que no ha ocurrido ni en Pekín -aunque se lograron hasta 11 puestos de finalistas- ni en Londres, donde López y Ruth Beitia se quedaron a las puertas de la medalla.
Pendientes de Hortelano y Beitia
Ahora, la gran esperanza se llama Bruno Hortelano, el rostro de la renovación del atletismo español, una apuesta en la velocidad frente al tradicional medio fondo que ha batido dos veces el récord nacional de 100 (10.08 y 10.06, ambos en Madrid) y tres el de 200 (20.39, 20.18 y ahora 20.12).
A la espera de que Hortelano tenga su cita con la historia en los 200 metros frente a Bolt en semifinales y -esperemos- la final, López y Beitia vuelven a ser la gran esperanza para igualar las tres medallas conseguidas en Atenas.
El primero compite en los 50 kilómetros marcha, que no es su prueba, pero quiere desquitarse del fracaso en los 20 kilómetros. Le acompaña el veteranísimo García Bragado, que lleva luchando por una medalla olímpica desde Barcelona 92 (fue cuarto en Pekín y quinto en Atenas).
Beitia, por su parte, lo ha ganado todo a nivel europeo y ha sido bronce en un mundial, pero se ha quedado siempre a las puertas de la medalla olímpica. Río es su última oportunidad de colgarse una medalla, que esperemos que sea de oro como la lograda este mismo años en los europeos de atletismo. De lograrlo, sería histórico: la primera atleta española en lograrlo.