García Bragado, el adiós del patriarca
- El marchador español se despide en Río de sus séptimos Juegos
- Se retira con un campeonato del mundo y tres subcampeonatos en su haber
En su último acto como atleta el español Jesús García Bragado abrió las piernas para no embarrarse del vómito de líquido que soltó, se puso una chamarra en la espalda y, ya recuperado, lanzó un piropo a su amor eterno, la caminata.
"Gracias a ella mi vida fue más feliz en estos 25 años, hoy intenté terminar bien pero en los finales la tiranía del pulso me mandó bajar el ritmo y ahora solo quiero agradecer una vida tan larga en el deporte", dijo García Bragado, una especie de patriarca de los Juegos Olímpicos, en los que estuvo siete veces, más que ningún otro atleta masculino del mundo.
Este viernes pocos después del mediodía de Río de Janeiro, el madrileño apareció deshidratado en el kilómetro final, entonces asumió que estaba sintiendo sed, náuseas y dolor por última vez y se dejó llevar, consciente de su vida milagrosa.
“Hoy ha sido duro, pero celebro haber estado en siete Juegos Olímpicos“
Es uno de los deportistas españoles más triunfadores de la historia, campeón mundial en 1993 y subcampeón en 1997, 2001 y 2009, pero reconocido más por su manera humanista de ver la marcha, que practicó desde niño hasta el día de hoy cuando terminó en el puesto 19 de los Juegos Olímpicos con 3h 50:53.
"La edad no se refleja en una baja de rendimiento, sino en que tardas más en recuperarte y no puedes entrenarte igual; hoy ha sido duro, pero celebro haber estado en siete Juegos Olímpicos, algo que nunca se me ocurrió que podría pasar", dijo.
Compitiendo contra sus "hijos"
Con dos operaciones de cadera, numerosas lesiones, la última hace dos meses cuando le trataron con células madre una lesión de isquitibiales, García Bragado compareció en el circuito olímpico para medirse con chicos que por edad podrían ser sus hijos.
Pasó la mitad de la prueba en el lugar 35. A partir de ahí aceleró y por momentos hizo recordar a aquel marchista paciente que solía hacer la segunda mitad de la prueba a más velocidad.
Después del kilómetro 45 el cuerpo de edad matusalénica de "Chuso" (46 años) comenzó a protestar, pero a pesar de eso remontó 16 lugares en la segunda parte de la prueba. Cinco minutos después de llegar vomitó la bebida hidratante que tomó, pero no tuvo problemas adicionales y atendió a los medios entero de salud.
"Soy un tipo con suerte, el deporte generalmente lo abandona a uno, que se va lesionado o con una bajada de nivel; en mi caso yo he decidido irme y eso es tener mucha fortuna", cuenta.
Si mira para atrás recuerda a Alemania y México como dos de los países en que mejor le fue, pero recuerda con cariño a Pekín donde ocupó su cuarto lugar olímpico en 2008. Si de rivales se trata evita referirse a ellos como contrarios.
Reta a Martín Fiz
"Fueron mis amigos, el polaco Robert Korzenowski, el ecuatoriano Jefferson Pérez, los italianos; a veces compartimos mucho, supe cómo vivía, cómo eran, fuera de la marcha.
Este viernes, el español alcanzó a la jamaicana Marlene Ottey como los únicos con siete Juegos Olímpicos y se despidió no solo de ellos, también del atletismo de alta competición.
"Quiero devolverle todo lo que me dio, como entrenador o con una escuela para formar un grupo que pueda acompañar a Miguel Ángel López a ser de los mejores del mundo", dijo.
A diferencia del velocista Usaín Bolt que anoche besó la pista en su despedida, García Bragado pasó por ella como si fuera un parcial y es que el retiro definitivo no puede llegar para un hombre obsesionado con el acto de andar que Joaquín Sabina equiparó con una manera de soñar.
"Nunca me iré de verdad, por lo pronto haré marcha a cinco minutos por kilómetros y cuando llegue a los 50 años quizás rete al campeón mundial Martín Fiz para una carrera de maratón; ya hice Nueva York hace seis años y marqué 2h 47", dice y confirma su deseo de mantenerse como patriarca, ahora de su propia felicidad.