La paciencia y la intensidad derriban el muro macedonio
- España sigue fiel a su estilo para vencer 4-0 a Macedonia
- SIlva lideró a una España con muchas novedades
- Lopetegui acertó con los cambios en la segunda parte
Se presentaba un partido complicado desde el inicio con una Macedonia encerrada atrás con un dibujo de un 5-3-2 con las líneas bien juntas para complicar la vida a la selección española, sobre todo en la circulación del balón en la zona alta del ataque español. Ese planteamiento les permitía a los balcánicos salir al contraataque no sin peligro como se pudo ver en un remate de cabeza que tuvo que sacar David De Gea poniendo a prueba sus reflejos.
Pero la selección española no se desesperó por esta circunstancia sino que siguió fiel a la filosofía de su juego, trenzando jugadas en el centro del campo y tratando de dar verticalidad a su juego para generar ocasiones, en las que tuvo a Morata como protagonista aunque sin acierto de cara a la portería.
Liderazgo de Silva
Salía España en Granada con muchas ausencias y fue el canario el jugador más activo de los once, asociándose con el resto de sus compañeros tanto en banda izquierda como en banda derecha, tirando paredes y desmarques y dando asistencias que llevaban peligro a la portería macedonia. Sólo le faltó el gol al canario, y lo tuvo a punto en un par de ocasiones pero pecó de generoso y, confiado en su calidad, prefirió dar un último pase antes de tirar a puerta.
Portería a cero
David De Gea hizo bien todo el trabajo que tuvo y no fue poco ya que los macedonios llegaron a sus inmediaciones en más de una ocasión. Sacó un cabezazo a bocajarro en los primeros veinte minutos cuando el marcador iba empate a cero y atajó un balón que iba a la escuadra en la segunda parte. Macedonia estaba agazapada atrás pero se acercó en más de una ocasión con peligro para intimidar al guardameta español que estuvo atento en las intervenciones y muy activo en el juego con los pies ante la presión de los delanteros balcánicos.
La pareja Bartra-Nacho
Tenían la misión de sustituir a Sergio Ramos y Piqué y lo solventaron con gran éxito ya que estuvieron especialmente bien encimando a los delanteros macedonios cuando intentaban montar sus contras. Los dos centrales se anticiparon en todo momento a los atacantes y abortaron así muchas de las intenciones ofensivas de los macedonios. También estuvieron acertados en la salida del balón, conduciendo con criterio en el inicio de las jugadas de ataque.
Presión alta
Una de las virtudes de la selección en el partido fue la presión tras pérdida de balón en la zona defensiva balcánica lo que provocó muchas recuperaciones en esa zona del campo para volver a iniciar de nuevo una nueva jugada de ataque. Los delanteros españoles estuvieron especialmente activos, lo que hizo que los macedonios no pudieran montar sus contras que con tan buen criterio trabajan.
Suerte
El gol que abrió la lata fue de Vellkoski en propia meta, un golpe de mala suerte para los Macedonios pero de justicia por los méritos que estaban haciendo unos y otros, Morata había tenido un par de oportunidades sin suerte y fue precisamente el cabezazo del defensa macedonio el que se alojó en su propia portería e hizo que a partir de ahí España jugara más relajada y pudiera trenzar sus jugadas sin tanta urgencia.
Acierto con los cambios
Julen Lopetegui sacó del campo a Koke y metió a Isco, cambió a Morata por Aduriz en una primera instancia y las sustituciones parecieron funcionarle ya que con esos nuevos jugadores en el campo Vitolo marcó el segundo y Monreal marcó el tercero en un gran remate tras un pase del otro lateral, Carvajal y Aduriz marcó el cuarto tras rematar una gran jugada de la delantera española. Finalmente Callejón saltó al campo sustituyendo a Vitolo.