La subdirectora de la UNESCO, en contra del cierre de las gradas: "El castigo colectivo no es justo. Hay que individualizar las sanciones"
- RTVE.es entrevista a Nada Al-Nashif, de la agencia de la ONU para la Educación, Ciencia y Cultura
- La subdirectora aboga por la “responsabilidad colectiva” de las aficiones y de todo el mundo del deporte contra el racismo
- La organización apela también al poder de los medios de comunicación para difundir los valores de la tolerencia
“No es tan obvio ver juntos a Florentino y Barto”, dijo el presidente de la Juventus, Andrea Agnelli, en alusión a sus homólogos del Real Madrid y FC Barcelona en el acto en el que estos se sumaron al apoyo que ya presta el club italiano a una campaña auspiciada por la UNESCO contra la discriminación en el deporte.
También presente en Madrid para la ocasión, la subdirectora general de Ciencias Sociales y Humanas de esa agencia de la ONU, Nada Al-Nashif, admitió que incluso para su organización por sí sola hubiera sido difícil reunir a los mandatarios de los dos equipos más importantes del fútbol español.
Como ella mismo recordó, ha sido un grupo de comunicación el que ha podido hacerlo, en concreto Prisa, que presentó este martes la iniciativa 'Sin respeto no hay juego' y que anunció que organizará charlas en 200 colegios de toda España hasta el mes de mayo.
En ese contexto, ante numerosos medios de comunicación y directivos deportivos, un público que parajódicamente era muy poco diverso (simplemente por los perfiles más obvios de raza y género: todos blancos y muy pocas mujeres), Al Sharif advirtió de la responsabilidad de los medios de comunicación y se mostró orgullosa de difundir junto a ellos el informe ¿Color, qué color? [pdf], en el que rechaza los castigos colectivos y aboga por la "responsabilidad colectiva" para hacer frente a la intolerancia en el deporte. RTVE.es entrevisó a la subdirectora de la UNESCO al término del acto.
¿Qué dice ese informe en síntesis?
El informe ha intentado radiografiar el problema, viendo lo que ya se hace para atajarlo y qué obstáculos nos encontramos, dónde se ha registrado más violencia… Y después trata de clasificar toda esta serie de desafíos, repasa cuáles son las respuestas (legales o de incentivos) en base a lo que se está haciendo en algunos países, ciudades o clubes. En defitiva, refleja el alcance del problema y algunas de las soluciones en las que seguir trabajando.
¿Cuáles son los objetivos que se marca la UNESCO es este campo y en concreto después de este informe?
La UNESCO, dentro del sistema de Naciones Unidas, se encarga del deporte. Convocamos a los minitros de Deportes y, lo que es más importante, apoyamos programas de educación física y de estrategias nacionales para el el deporte en todo el mundo. Al mismo tiempo trabajamos por los derechos humanos, la justicia social y no dejar a nadie atrás. Y donde estos dos mundos convergen es en el deporte, como en la cultura o la educación, campos en los que tratamos de mejorar las condiciones globalmente. Parte de nuestro trabajo es identificar dónde hay que luchar contra muchos tipos de discriminación y los comportamientos negativos, y dónde podemos promocionar la inclusión y la integridad. En definitiva, dónde hay que permitir el desarrollo de la ciudadanía. Por tanto, es una agenda muy amplia.
En julio de este año, los ministros de Deportes de todo el mundo están convocados por la UNESCO, y parte de lo que queremos hablar es sobre la integridad y el buen gobierno en el deporte.
¿Cree que hay suficiente compromiso de los Gobiernos para acabar con el racismo? ¿Y en España en concreto?
En España hay muy buenos modelos, en ciudades como Barcelona, y también por parte de clubes con un gran compromiso, como se ha visto en este acto. El Gobierno también está liderando el camino, con el Observatorio de la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte. El racismo es solo un tipo de violación de los derechos humanos y hay otros tipos de discriminación, incluida la de género. Quiero decir que tenemos que avanzar: este es un primer paso en una larga agenda. Últimamente hemos sufrido una serie de conmociones en el mundo del deporte que hacen que la (buena) gobernanza sea muy importante: los escándalos de la FIFA, las cuestiones de la corrupción y el dopaje, el amaño de partidos están mucho en nuestra agenda. No queremos centrarnos en lo negativo: lo miramos siempre como una oportunidad.
El Consejo de Europa [organización internacional fuera del sistema de la Unión Europea que promueve la democracia en el continente] está trabajando muy decididamente; a finales del año pasado, ministros europeos aprobaron sendas declaraciones muy contundentes sobre amaño de partidos y dopaje. Sí, hay una agenda global que se mueve en la buena dirección y tenemos muchos aliados en los gobiernos, la academia y la sociedad civil. Por tanto somos optimistas.
Sin embargo, cada vez se conocen más casos. Puede ser porque hay organizaciones que los recogen (como FARE
En conjunto es difícil ser objetivos. La investigación no ha hecho más que comenzar. No tenemos investigaciones de los últimos 20 años. Y, francamente, este ha sido el estudio más importante que se ha realizado en Europa. Por tanto no puedo generalizar sobre otros lugares. El secretario de Estado para el Deporte [José Ramón Lete] ha dicho que las cifras no son preocupantes. Lo que yo puedo decir es que no nos preocupan tanto esas cifras como las tendencias. Y la tendencia es que hay más conciencia.
Al mismo tiempo tenemos que entender que vivimos tiempos con desafíos crecientes: en el mundo hay más temor, hay más violencia… Los recientes acontecimientos en Europa nos lo han demostrado. El enfrentamiento es una parte cotidiana de nuestras vidas y la gente a veces reacciona en parte con ignorancia y miedo lo que genera resultados como esos. No se puede generalizar. Incluso si hay solo uno o dos casos, uno o dos por ciento, la consigna es “tolerancia cero”. Hay que trabajar en esa línea y hay muy buenas prácticas y acciones con jóvenes de todo el mundo que nos animan.
También hay que corregir la desigualdad entre Europa y otros continentes. Tenemos que estar en Sudamérica o África, donde hay menos recursos, y menos conciencia. Pero todos estos grandes clubes se han comprometido también con los países en desarrollo y ese es el camino.
Le expongo dos casos de intolerancia ocurridos en España en los últimos tiempos. En un estadio [el Santiago Bernabéu en 2014] se exhibió una esvástica, el club condenó los hechos y anunció medidas para que no se repitan, la UEFA le sancionó con el cierre de una parte de la grada y (el Real Madrid) recurrió. Algo parecido ocurrió en el primer partido de Liga de esta temporada, en el que un grupo de aficionados que realizaron cánticos racistas. El encuentro se paró, el club [Sporting de Gijón] condenó los hechos con contundencia... pero cuando llegó la sanción, la directiva también recurrió. ¿Qué opinión le merece?
No conozco los hechos concretos, aunque por supuesto me suena el fenómeno. El castigo colectivo es una cosa muy mala. El informe, de hecho, aboga por la supresión de los castigos colectivos. No es justo que todo un colectivo sea castigado por una acción individual. Es bastante fácil, por ejemplo, impedir la entrada a los recintos a esas personas concretos. Es necesario ser más preciso en la sanción a las personas que ensucian el juego y dañan la reputación del club. Los clubes tienen que ser más vigilantes. También hay muchas organizaciones [comprometidas], incluso dentro de los propios grupos de aficionados y hay personas que filtran información [whistleblowers en inglés]... La gente tiene que denunciar inmediatamente a la persona que a su lado saca una esvástica. La responsabilidad colectiva es muy importante.