Nadal sucumbe ante un magnífico Federer en una legendaria final en Australia
- El español no pudo con Roger Federer, que se impuso 6-4, 3-6, 6-1, 3-6 y 6-3
- Federer suma su 18º título de Grand Slam en una final llena de alternativas
- Así te hemos contado el Rafael Nadal - Roger Federer
Rafa Nadal no ha podido con Roger Federer en la final del Open de Australia 2017, que se ha resuelto a favor del suizo por 6-4, 3-6, 6-1, 3-6 y 6-3 en un partido inolvidable que superó las enormes expectativas levantadas por dos de las leyendas del tenis mundial. Un duelo titánico que se fue a los cinco sets y que volvió a encumbrar al suizo como ganador de un Grand Slam, el primero que conquista desde 2012.
El mejor tenista de la historia volverá al 'top ten' de la ATP gracias a una resurrección que se había cruzado con la del propio Rafa Nadal, al que no había logrado ganar en un partido de Grand Slam en la última década. Pero esta vez la moneda cayó del lado del suizo. La elegancia y la técnica de Federer se impuso esta vez al tesón de un Nadal que manejó con maestría su poder físico y táctico.
Tanto Federer como Nadal tuvieron sus opciones y el partido tuvo su final soñado, con un set de desempate fabuloso que el suizo acabó con mayor confianza que su rival. Roger, tras su triunfo, terminó llorando al confirmar su regreso a lo más alto del tenis mundial. Rafa, contrariado por la derrota, se mostró orgulloso por su vuelta: "He trabajado duro para estar aquí y lucharé muy duro toda la temporada. Creo que Roger se merecía más este título que yo".
Federer, por su parte, devolvió el guiño a su rival: "Quiero felicitar a Rafa por su retorno a las pistas. Ninguno de los dos creíamos que podíamos llegar a esta final, y hubiese sido igual de feliz ganando o perdiendo. Creo que Rafa se merecía también ganar este torneo", señaló durante la entrega de trofeos.
Una lucha de estilos
Nadal, tras su mala racha, ha vuelto a pelear por la victoria en un Grand Slam y estuvo muy cerca de volver a levantarlo. Lo intentó de todas las formas posibles, pero esta vez la apuesta de Federer fue la vencedora. El suizo no quería puntos largos e consiguió llevarse el partido a su terreno, con un buen servicio, juego en la red y sus 73 'winners', por los 35 de Nadalm que intentó contrarrestar con juego profundo y desgaste físico.
De esta manera, el primer set fue para Federer, pese al explosivo inicio de Nadal, que se apuntó el primer juego en blanco. El partido discurría con velocidad y en el séptimo juego el de Basilea rompió el saque de su rival. Federer aceleró y afianzó su rotura con un juego en blanco. Nadal no consiguió levantar el 'break' y Federer se apuntó la primera manga con un saque directo.
Sería el primero de los 20 'aces' que conectó en todo el partido ante un Nadal obligado a levantarse. Federer jugaba cómodo y pleno de confianza cuando el tenista español comenzó a plantar cara en el segundo set. Con cuatro juegos consecutivos, Nadal cambió el guión del partido. Sus armas: bolas profundas y fuerza con su revés cruzado. Pese a que Federer llegó a conseguir un 'contrabreak', el segundo set se fue para Manacor.
Federer detiene al mejor Nadal
Nadal volaba y comenzó el primer juego de la tercera manga como una bala. Puso a Federer contra las cuerdas con tres bolas de rotura, pero el suizo se revolvió con tres 'aces'. La impresionante respuesta de Federer supuso un punto de inflexión en la final. Del mejor momento de Nadal se pasó al vendaval del suizo, que sí consiguió romper el saque en el segundo juego y afianzarlo con el tercero en blanco. El 3-0 dio alas a Federer, muy sólido en su servicio. Estaba imparable y, pese a los intentos de Nadal, se apuntó el 2-1 con un inapelable 6-1.
Urgía un 'plan antiFederer' y Nadal, cómo no, lo encontró. Parecía inabordable el suizo, salvo para un tenista como Rafa Nadal, que a su fuerza mental añadió su variedad de soluciones tácticas. Cambió su saque y buscó el cuerpo de Federer, lo que le causó muchos problemas al de Basilea, que se resquebrajó y cedió su servicio en el cuarto juego del penúltimo set. Nadal tomó la iniciativa e igualó el choque, llevando la final al esperado quinto y definitivo set.
Tras el paso de Federer por el vestuario para recibir atención médica, la épica se hizo dueña de la legendaria final del Open de Australia 2017. No pudo empezar mejor para Nadal, que consiguió romper el servicio a Federer en el primer juego. Nadal insistió con sus paralelos y Federer cedió, pero convirtió cada juego en una auténtica batalla.
Nadal sudaba para conservar su saque ante un Federer cada vez más agresivo. Quería volver al cielo el suizo pero Nadal se mantenía en pie. Hasta el sexto juego. Ahí apareció el fabuloso revés a una mano de Federer. Excelso, el tenista suizo consiguió recuperar la rotura y lo afianzó con un juego en blanco cerrado con un increíble 'ace' de segundo saque.
Desenlace para la historia
Llegó el octavo juego. Un juego crucial para ambos con 4-3 favorable a Federer en el marcador. Servía Nadal y casi sin darse cuenta se colocó 0-40 con una doble falta que hacía temer lo peor al mallorquín. Pero Nadal sacó fuerzas de flaqueza y levantó las tres bolas de 'break'. El partido estaba en su punto más algido y ambos disputaron el mejor punto del torneo con 26 golpes memorables. Fue para Federer, que consiguió la ventaja y su cuarta bola de rotura. No lo conseguiría entonces, pero sí en la quinta con un ángulo inverosímil que le puso el partido en bandeja.
Federer había tomado una ventaja casi definitiva, con 3-5 en el marcador y su saque por delante. Nadal respondió con un 'pashing' cruzado corto al primer servicio del suizo, que mandó largos el segundo (0-30). Tras un nuevo 'ace' de Federer, Nadal mandó un potente revés cruzado y dispuso de dos bolas de rotura. Federer las salvó con otro saque directo y una derecha fantástica.
El suizo se asomaba a la gloria y la rozó en su primera bola de partido. Primero salvó una doble falta con un ojo de halcón, pero una segunda esfumaría su opción de triunfo. No se vino abajo Federer, que tras un 'ace' dispuso de su segunda bola de torneo y esa no la desaprovechó con un golpe muy ajustado que Nadal reclamó esta vez sin éxito. El Open de Australia volvía a las manos de Roger Federer por quinta vez tras un titánico encuentro contra un enorme Rafael Nadal.