Los ingresos de los deportistas: una brecha enorme cuya cura escuece a algunos hombres
- Solo dos mujeres están entre los 100 deportistas mejor pagados del mundo
- En tenis, entre polémicas declaraciones de organizadores y jugadores, se igualan los premios
- En los grandes deportes de equipo las diferencias salariales son astronómicas
La deportista mejor pagada del mundo ocupa el 40º puesto en la lista de Forbes. Serena Williams tiene por encima tiene a 39 hombres, entre ellos a cuatro compañeros de pistas: Roger Federer, Novak Djokovic, Rafael Nadal y Kei Nishikori. Y eso en tenis, que entre los deportes más profesionalizados es el que menos diferencias registra.
Entre los 100 atletas que más dinero ganan solo hay otra mujer, la también tenista María Sharapova. Su caso es además uno de los más llamativos por la desproporción entre lo que cobra propiamente como tenista con respecto a lo que factura por publicidad: por cada dólar en premios ingresa diez en patrocinios, según la revista económica estadounidense.
De hecho, entre las estrellas del tenis, los derechos de imagen suponen la mayor parte de sus ingresos y por tanto, de diferencias entre géneros. Detrás de esta desigualdad hay muchos factores, anclados en el patriarcado, y que exceden al ámbito estricto de la competición. Pero sobre los premios o la distribución de los ingresos que generan los distintos deportes se puede debatir con precisión.
Por volver al caso del tenis, los cuatro principales torneos (Grand Slam) ya han igualado sus premios. Y en los de siguiente nivel la mayoría han dado ese paso en los últimos años. Pero no todos.
"El Abierto de Italia parece ser uno de los últimos bastiones de chauvinismo machista”, afirmó Andy Murray Clarín—en declaraciones recogidas por Clarín— cuando anunció antes de disputar el torneo italiano el año pasado que no iba a cobrar más de lo que correspondiese a una mujer por los mismos resultados.
Murray frente a Djokovic
El escocés, actual número uno del mundo, ganó en la final al que entonces era el primero de la lista mundial, Novak Djokovic, y que unas semanas antes no había tomado en serio esa lucha por la igualdad.
A cuenta de las declaraciones machistas del entonces director del Masters de Miami —según el cual las tenistas “debían arrodillarse cada noche y dar gracias a Federer y Nadal” porque ellos habían logrado hacer avanzar al deporte y consecuentemente sus ingresos— el serbio aludió a las “hormonas” femeninas para justificar también no se sabe bien qué tipo de comportamientos o diferencias y para declararse en contra de la igualdad de premios. Luego Nole tuvo que pedir disculpas y el organizador del torneo estadounidense dejó su puesto.
Además del tenis, otros deportes con menos repercusión mediática también se han destacado en la igualdad de premios: el squash, el vóley, las maratones de atletismo o el surf, según la propia Forbes.
En cuanto a los grandes deportes por equipos, donde los salarios suelen tener mayor peso que los patrocinios, se dan algunas aberraciones.
Lo ilustra bien la situación del baloncesto estadounidense. Allí, el salario mínimo de los hombres es más de diez veces mayor al de las mujeres. La liga masculina (NBA) genera muchos más ingresos que la femenina (WNBA), pero incluso descontando este factor persiste la desproporción.
Según un análisis del medio digital Vice, los baloncestistas se reparten la mitad de los ingresos que genera la NBA mientras que ellas se llevan solo un tercio de su tarta.
Los expertos también citan como barreras principales para a la igualdad salarial las legislaciones en materia de contratación o la acción (u omisión) de las federaciones deportivas. En definitiva, una cultura machista en la que los medios de comunicación también tenemos una importante responsabilidad.