Halep destaca entre los contrastes rumanos del Madrid Open
- La de Constanza gana a Mladenovic 7-5, 6-7, 6-2 y revalida el título
- Rumanía tiene una presencia muy llamativa en la Caja Mágica
Una final de contrastes ganada por una jugadora de contrastes en un torneo de grandes contrastes. La rumana Simona Halep podría ser un epítome del Abierto de Madrid, que este sábado ha ganado por segunda vez consecutiva, ajena a polémicas.
La pequeña tenista de Constanza (1,64 metros) ha sido la única capaz de frenar la racha de Kristina Mladenovic, imponiendo su peloteo frente al estilo más ofensivo de su alta rival (1,84 m). Lo ha hecho en 7-5, 6-7 (5) y 6-2.
La rumana, a la que describen como la “trabajadora silenciosa”, pero que grita en cada golpe, es la mejor jugadora de un país con una presencia muy destacada en la Caja Mágica durante estos días de deporte y relaciones sociales al más alto nivel.
Empezó la defensa de su título el pasado domingo en la pista central vapuleando a su primera rival. Dos días después regresaba de nuevo al estadio Manolo Santana, pero la grada presentaba un pobre aspecto y alicientes no faltaban ni para los aficionados al tenis en general ni para los rumanos en particular.
En otras pistas secundarias jugaban más rumanos casi en familia. Y justo a continuación, y accesible con la misma entrada, se disputaba el partido estrella de la jornada que enfrentaba a Andy Murray con otro rumano, Marius Copil. Media docena de banderas escocesas hacían visible el apoyo en las gradas al número uno del mundo frente a tres rumanas.
Había muchas más en los marcadores oficiales del torneo al lado de cada competidor de este selecto cuadro final ¿Pero cómo había tantos? Pues en algunos, como el de Copil o Sorana Cirstea, se debe a las invitaciones que la organización del torneo otorga libremente a jugadores que no se han clasificado por méritos propios.
Son las conocidas wild cards, objeto de una controversia en esta misma edición, en concreto para la fase previa del torneo. Pablo Vivero ganó el pasado octubre el Campeonato de Madrid Absoluto y el título iba acompañado de una invitación para disputar la fase de clasificación del torneo de profesionales. Sin embargo, la Federación Madrileña de Tenis le comunicó solo unos días antes que no tenía la invitación prometida. Según admitió la propia institución, los organizadores del Madrid Open, la empresa del rumano Ion Tiriac, podían desentenderse de ese premio.
El jugador se mostró indignado con ambas organizaciones y argumentó: "No pido un trato de favor. Los wild cards son difíciles de conseguir (porque) hacen falta muchos contactos, pero este me lo he ganado yo".
En los palcos frecuentados por esos “contactos”, Tiriac no parece haberse inmutado por nada. Tampoco por la otra gran polémica que se conoció justo un día antes del torneo: la denuncia a la Fiscalía Anticorrupción presentada por miembros del actual equipo de gobierno municipal de Ahora Madrid por los pagos a Tiriac acordados por la anterior corporación del PP.
Es más, no ha evitado potenciales nuevos conflictos, como invitar a su viejo rival en las pistas a comienzos de los 70, el ahora capitán del equipo rumano de tenis femenino Ilie Nastase, pocos días después de que la Federación Internacional le expulsara de la Copa Federación tras proferir insultos y comentarios machistas en plena competición.
Tan grave fue el altercado que Roland Garros y Wimbledon han vetado su presencia. No así el Open de Madrid, donde ha presenciado varios partidos.
Preguntada por RTVE.es acerca de su presencia, Simona Halep dijo el viernes que “aquí está muy relajado” “Se dirige a mí muy bien; ha estado apoyándome todo el tiempo por tanto está muy bien tenerle aquí”. “También me alegra la compañía de Nadia (Comaneci)”, la mítica gimnasta que también se ha dejado ver en los palcos VIP de la Caja Mágica.
“Aquí me siento como en casa. Hay muchos rumanos. Incluso en la lavandería, en los restaurantes... ¡los que cuidan las pistas también son rumanos!”, añadía la diestra.
No hay que olvidar que la rumana es la comunidad extranjera más numerosa en Madrid, con unas 180.000 personas. Unos pocos se han dejado ver mucho. Y una con todo merecimiento: la bicampeona Simona Halep.