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25 años de Wembley 92

Koeman culminó el sueño azulgrana

  • El Barça logra su primera Copa de Europa con un gol en la prórroga
  • (Crónica de Efe del Barcelona 1-0 Sampdoria del 20 de mayo de 1992)

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La primera del Barça en el mítico Wembley

Ficha técnica:

1 - Barcelona: Zubizarreta, Ferrer, Nando, Koeman, Juan Carlos, Eusebio, Guardiola (Alexanko, min.113), Bakero, Laudrup, Salinas (Goikoetxea, min.64) y Stoichkov.

0 - Sampdoria: Pagliuca, Lanna, Mannini, Vierchowod, Bonetti (Invernizzi, min.71), Cerezo, Katanec, Lombardo, Pari, Mancini y Vialli (Buso, min.100).

Goles: 1-0, M.111: Koeman al rematar una falta sacada en corto por Stoichkov sobre Bakero. El centrocampista dejo el balón parado para que el internacional holandés lanzara un potente disparo.

Árbitro: El colegiado alemán Aaron Schmidhuber. Mostró tarjeta amarilla a Mannini (min.39), Vierchowod (min.65). Bakero (min.74). Mancini (min.117).

Incidencias: Antes del encuentro los seguidores del FC Barcelona elevaron 21.300 cartones, que habían dejado en los asientos los responsables del diario deportivo Sport y que había introducido en el campo la Comisión de Antiviolencia de la UEFA, que permitía leer desde todo el estadio la frase 'Forsa Barsa' y contemplar la bandera de Cataluña.

Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Catalunya; Javier Gómez Navarro, secretario de Estado para el Deporte; Pasqual Maragall, alcalde de Barcelona y Ángel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol, acompañaron al presidente del FC Barcelona, José Luis Núñez en el palco presidencial, en el que también estaba presente el presidente de la UEFA, Lennart Johansson.

El Barcelona vistió camiseta naranja, mientras que el Sampdoria lo hizo con elástica blanca con rayas horizontales azules y roja. Wembley registró una entrada de 70.827 espectadores de pago.

Los postes de Berna y los penaltis de Sevilla rondaron sobre el cielo de Londres y el césped de Wembley durante 111 minutos, los mismos que precisó el Barcelona para imponerse al Sampdoria y lograr la Copa de Europa por primera vez en su historia.

Johan Cruyff sorprendió de salida con la inclusión de Julio Salinas en el once inicial, cuando en los encuentros oficiales que ha participado el Barcelona pocas posibilidades ha tenido el delantero vasco de estar entre los que inician el partido.

La inclusión de Julio Salinas, que se movió por la banda derecha, dejó el centro del ataque a Bakero, mientras que Stoichkov quedó pegado a la banda izquierda, sin que recibiera balones, especialmente porque su suministrador Laudrup estuvo perfectamente anulado por Pari.

Los primeros minutos fueron de tanteo entre ambos equipos, que presentaron la misma táctica, encerrados atrás en su propio campo para lanzar balones largos a sus hombres de ataque, pero no siempre eran precisos los envíos y las respectivas defensas se anticipaban en el corte.

Ferrer se cuidaba del marcaje de Mancini y Juan Carlos de Lombardo, aunque ambos alternaban en sus posiciones cuando los delanteros italianos variaban sus posiciones, mientras que Nando era el encargado de frenar a Vialli.

En el lado contrario, además de Pari sobre Laudrup, Mannini anulaba a Stoichkov, a veces rayando en el límite de los deportivo y Vierchowod se las entendía con Julio Salinas.

El primer disparo a puerta con peligro llegó en el minuto 11, en una falta que lanzó en corto Koeman sobre Stoichkov y el balón devuelto por el búlgaro lo remató el internacional holandés, obligando a un apurado despeje al meta Pagliuca, a lo que respondieron los italianos, en el minuto 17, tras una indecisión de Juan Carlos, con un lanzamiento de Lombardo que salió fuera por poco.

Zubizarreta aportó su granito de arena

Sin embargo, el momento más vibrante del primer tiempo se vivió en el minuto 22, cuando Zubizarreta efectuó una impresionante parada a tiro de Lombardo y en la jugada siguiente Eusebio centra largo y pasado, recoge el balón Stoichkov, pero su cabezazo es despejado apuradamente por el meta genovés.

Sólo una pase de Laudrup, en el minuto 27, al que no llega Stoichkov por poco y en el minuto 40 Vialli deja el balón en corto a Lombardo, que no aprovecha la ocasión y lanza flojo a las manos de Zubizarreta, son las jugadas dignas de mención en los primeros 45 minutos de partido.

En la reanudación el Barcelona salió con mucha fuerza y en seis minutos realizó más jugadas de peligro que en todo el primer tiempo, propiciadas por el cambio que realizó Cruyff en su táctica, al situar a Stoichkov en el centro del ataque y a Laudrup en la izquierda, aunque el primer peligro llegó a los tres minutos de la reanudación obra de Salinas, que se deshizo de tres contrarios, pero el portero logró despejar en última instancia el balón.

Un minuto después Eusebio tiene la oportunidad de lograr el primer tanto, a pase de Stoichkov, pero de nuevo el meta italiano, con la cara, logra evitar el tanto.

El Sampdoria da señales de vida en este período en el minuto 58 en una escapada de Lombardo, que remata Vialli, sin consecuencias.

Stoichkov avisa y Koeman toca el cielo

En el minuto 61 todo el estadio enmudeció cuando Stoichkov lanzó un balón al palo, tras un perfecto servicio de Laudrup, y volvió a quedar sin habla en el minuto 68 cuando Vialli, sólo ante Zubizarreta, cruzó demasiado el balón que salió rozando el poste.

La emoción, con continuos peligros en ambas puertas, no cesó hasta el pitido del final del segundo período, que tampoco tuvo goles y que obligó a jugarse la prórroga.

En los primeros quince minutos de la continuación ninguno de los dos equipos quiso arriesgar nada, aunque el dominio de la pelota fue de los jugadores azulgrana, que intentaban abrir líneas en la zaga contraria, sin conseguirlo.

En la segunda parte todo siguió igual hasta el minuto 111 en que Koeman dio la mayor alegría a los seguidores del Barcelona, con un gol que supone el logro al que se aspiraba desde hace muchas temporadas y que llega a los 93 años de historia.

Tras el gol ya nada importó en el estadio, ni el fallo de Stoichkov, solo ante el meta Pagliuca, porque la tensión que se vivió en las gradas y en el terreno de juego quedó olvidada por el título logrado.