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Fútbol | Atlético de Madrid

Momentos únicos del Calderón

  • La afición rojiblanca despide al estadio repasando los mejores recuerdos vividos en él
  • Destaca la Intercontinental, las goleadas 4-0 al Madrid o el 'Doblete'
  • "El Atlético de Madrid no son los títulos, si no lo que vives aquí adentro", destacan

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Momentos únicos del Calderón
El Atlético de Madrid despidió el estadio con un último 'tifo' en el que se podía leer "Paseo de los Melancólicos, Manzanares, Cúanto te quiero".

"Mamá, ¿por qué van a derribar el Calderón?" Esta es la pregunta que mi hijo Pablo, de 4 años, no para de repetirme, una y otra vez, desde que se enteró que el estadio del Atlético de Madrid cerrará sus puertas al final de esta temporada.

Y es que Pablo, a pesar de su corta vida, le tiene un cariño especial a ese recinto. Lo vemos cada tarde cuando vamos al parque y además, antes de cumplir los tres años Pablo ya había disfrutado de su primer partido en el Vicente Calderón.

Fue el 6 de febrero de 2016 y para él fue más que especial porque Fernando Torres, su jugador favorito, marcó su gol número 100 como rojiblanco.

El Atleti ganó ese partido 3-1 frente al Éibar y aunque Pablo había disfrutado muchísimo con los dos primeros goles, con el tercero se vino arriba. No paró de cantar ‘Fernando Torres, lo, lo, lo, lo, Fernando Torres’ en toda la vuelta a casa. Y ese día es, sin duda, mi mejor momento en el Calderón. Ver su cara de sorpresa cuando llegó a la grada, su alegría festejando los goles, notar su sentimiento de orgullo y pertenencia a unos colores… no lo puedo explicar. No lo pueden entender.

La despedida del Vicente Calderón, en imágenes

Repasa los mejores momentos del Vicente Calderón, en imagenes

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  • Despedida del Vicente Calderón

    Despedida del Vicente Calderón

    Pablo, un pequeño hincha rojiblanco, disfrutó con su equipo en el último choque liguero del Calderón.
  • Despedida del Vicente Calderón

    Despedida del Vicente Calderón

    La plantilla y el cuerpo técnico del Atlético de Madrid posa por última vez en el césped del Calderón.

Ahora, cuando pienso que la próxima temporada no pisaré el Calderón, me entra la nostalgia y recuerdo los grandes momentos vividos en este estadio desde que hace más de 13 años me hice abonada del Atlético de Madrid. Y como yo, los miles de seguidores rojiblancos que cada jornada acuden a animar a su equipo. Todos tienen su momento único en el Calderón.

Goleadas 4-0 al Real Madrid

“El 10 de abril de 1975, cuando ganamos la Intercontinental con goles de Irureta y Ayala. Yo no estuve porque era muy pequeño, pero mi padre sí y me lo contó tantas veces que es como si hubiera estado en el Calderón”, rememora Ángel un seguidor atlético “desde que tengo uso de razón”.

Cuando ganamos la Intercontinental con goles de Irureta y Ayala

Para Fernando su recuerdo especial fue “un gol de falta, desde fuera del área, de Panadero Díaz contra el Madrid” en la temporada 76/77. “Ese día les ganamos 4-0. Hace ya 40 años, pero lo recuerdo como si fuera ayer”, añade este hincha rojiblanco que también vivió el 4-0 contra los madridistas de hace dos temporadas.

“El 7 de febrero de 2015 es especial para todos los atléticos, pero para mí más porque era la primera vez que vine al Calderón. Te puedo decir el once titular de ese día y los goleadores que fueron Tiago, Saúl, Griezmann y Mandzukic”, recuerda Diego, de 13 años.

"Los goles de Simeone y Kiko para ganar el Doblete"

Alberto tampoco tiene dudas: “Mi recuerdo más importante del Calderón es del sábado 25 de mayo de 1996, cuando el Atlético se proclamó campeón de Liga al vencer 2-0 al Albacete con goles de Simeone y Kiko”.

El alirón del Atleti en la Liga de 1996

Lograba así el famoso ‘Doblete’ pues ya había conquistado la Copa del Rey el 10 de abril ante el Barcelona.

Todo lo que viví aquella tarde fue mágico, incluyendo el final en Neptuno. Pero siempre recordaré que, horas antes del inicio del partido, cuando aún no habían abierto las puertas, los alrededores del Vicente Calderón estaban absolutamente abarrotados. Yo creo que todos los que íbamos a asistir al encuentro queríamos empezar cuanto antes a vivir una noche mágica”, añade Alberto.

Jacobo, un rojiblanco de Lugo, guarda con especial cariño un encuentro ante el Athletic en el año 2000. “Llovía torrencialmente y tuvieron que parar el partido durante más de 10 minutos porque empezó a caer granizo, pero la gente no se fue. Se resguardó bajo las gradas y luego siguió animando”, señala. Fue su primera vez en el estadio y aunque el Atleti perdió el partido Jacobo decidió que quería seguir viviendo esa ‘Bendita locura’ en el Calderón.

Tres años más tarde, cuando vino a vivir a Madrid, cumplió su sueño. “Cogí el dinero que me había dado mi padre, un madridista de pro, para pagar la fianza de mi piso de alquiler y me hice abonado. Después le llamé y le dije: ‘El año que viene me lo pago yo pero este invitas tú’”, recuerda entre risas.

El 'infierno' de Segunda

Antes de eso, el Atlético venía de pasar ‘un añito en el infierno’, que finalmente se convirtieron en dos.

“Yo me aboné cuando estábamos en Segunda y desde entonces he vivido grandes momentos. El debut de Torres contra el Leganés, la vuelta de Aragonés para devolvernos a primera, el día del Centenario, la Supercopa de España contra el Madrid… es imposible quedarme solo con un momento, te diría mil”, repasa Jaime, que lleva 17 años siendo abonado.

Me aboné cuando estábamos en Segunda y desde entonces he vivido grandes momentos

Lorenzo, que también acude cada jornada al Calderón, se queda “con un partido en Segunda contra el Betis”. “Fue espectacular el ambiente. Como si estuviera en ‘La Bombonera’ argentina, estuvimos animando y con papeles todo el partido. Hay muchos más, pero ese fue inolvidable”, rememora.

Homenaje a Jesús Gil en el Calderón, días después de su fallecimiento.

El encuentro entre Atlético de Madrid y el Zaragoza sirvió para rendir un sentido homenaje a Jesús Gil, el ex presidente del club rojiblanco, que falleció dos días antes. n la foto, una de las gradas del estadio Vicente Calderon con un gran dibujo la cara de Gil. EFE

Para David, un momento que tiene marcado fue tras la muerte de Jesús Gil. “Jugábamos contra el Zaragoza y yo llegaba tarde. Sin embargo, mientras subía por las escaleras había un silencio sepulcral, como si el estadio estuviera vacío y solo sonaba una música triste. Cuando llegué a las gradas, me impactó ver la pancarta del Frente con la cara de Gil. Todo el estadio le rindió un respetuoso homenaje a pesar de la relación amor-odio que siempre tuvo con el Atlético”, recuerda.

Orgullosos de ser del Atlético

Germán, por su parte, pisó por primera vez el Calderón cuando tenía 10 años. “Fue en un partido contra el Numancia. Recuerdo que ganamos gracias a los goles de Torres y Pablo y que pasé un frío terrible, pero mereció la pena”, señala.

El Atlético de Madrid no son los títulos, si no lo que vives aquí adentro

“Esos goles ante el Numancia no nos dieron títulos pero sí el sentimiento de orgullo de pertenecer al Atlético de Madrid. Y es que el Atlético de Madrid no son los títulos, si no lo que vives aquí adentro”, afirma con rotundidad este seguidor rojiblanco.

Es la misma idea con la que Simeone despidió el Calderón. “Los demás equipos pueden tener más dinero, alguna copa más que nosotros, pero nunca van a poder igualar el sentimiento que tienen ustedes por este club", aseguró el ‘Cholo’.

Y por todo esto Pablo no quiere que destruyan el Calderón, porque lo que para él supone ser del Atlético de Madrid, lo ha vivido en ese estadio.

El Calderón siempre vivirá en nuestros recuerdos

“Mamá, no quiero que derriben el Calderón. Si lo destruyen… ¿ya no seremos del Atleti?”, me preguntaba justo antes del último partido.

“Que va, Pablo. El Calderón nunca lo destruirán del todo porque siempre estará en nuestros recuerdos… Además, ahora toca mudarnos al Metropolitano para llenarlo grandes experiencias”, le contesto intentando convencerle y convencerme, no nos engañemos.

Porque todos los que hemos disfrutado, vivido y sufrido algún partido en el Calderón tenemos nuestro ‘momento único’ y todos sabemos que un trocito de nuestro corazón se queda ahí, en la ribera del Manzanares.