El Valencia destrona al Real Madrid y hace historia con su primera liga
- Los 'taronja' se imponen por 87-76 y ganan la serie final 3-1
- Los de Pedro Martínez ponen la guinda a una temporada espectacular
Ficha técnica:
87 - Valencia Basket (19+29+19+20): Diot (11), San Emeterio (7), Sastre (19), Sikma (8), Dubljevic (1) -cinco titular- Sato (10), Thomas (12), Vives (3), Rafa Martínez (9) y Oriola (7).
76 - Real Madrid (20+11+25+20): Llull (23), Rudy Fernández (8), Taylor (7), Reyes (6), Ayón (10) -cinco titular- Nocioni (6), Doncic (2), Randolph (1), Carroll (11) y Maciulis (2).
Árbitros: García González, Conde y Peruga. Sin eliminados.
Incidencias: cuarto partido de la final de la Liga ACB disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis ante 8.500 espectadores, inlcuido Ximo Puig, president de la Generalitat valenciana.
--Efe--
El Valencia Basket cumplió este viernes el sueño de su vida y se proclamó campeón de la Liga ACB al ganar al Real Madrid, campeón los dos últimos años, por 87-76 en el cuarto partido de la final, en el que arrolló al equipo blanco en el segundo cuarto y tuvo la madurez suficiente para resistir el largo asedio de su rival que le obligó a sufrir para convertirse en un grande del baloncesto español.
Pese a la histórica oportunidad que tenía delante, el Valencia inició el choque con relativa calma. Y eso que el Real Madrid protagonizó una solvente puesta en escena con su cinco inicial reforzado con la presencia de Reyes y Taylor.
Pero la presencia de San Emeterio, el trabajo de Sikma, las asistencias de Dubljevic y los puntos de Sastre le permitieron hacerse con la primera renta (17-14, m.8).
Pero el Madrid no se vino abajo, el despliegue físico de Gustavo Ayón le permitió aguantar el tirón de los locales pero cuando el mejicano y Reyes, la batalla por el rebote acabó de desnivelarse del lado valenciano y los triples de Will Thomas y Rafa Martínez encendieron la Fonteta (39-23, m.15).
Trató Pablo Laso de recomponer su equipo con un triple cambio para recuperar a buena parte de sus titulares pero el Real Madrid estaba absolutamente desquiciado. Errático en el tiro, desaparecido en el rebote ofensivo e incapaz de frenar las transiciones de un Valencia al que desató Guillén Vives hasta lanzarle a los veinte puntos de ventaja (43-23, m.17).
Entre protestas
Llull trató de poner en pie a su equipo a base de garra pero, más preocupado de protestar a unos colegiados que les dejaron hacerlo, el Real Madrid perdió unos minutos preciosos para su remontada y apenas pudo recortar tres puntos (48-31, m.20).
Cinco puntos seguidos de Joan Sastre, un mate y un triple, abrieron el tercer cuarto y desactivaron la presumible salida en tromba del Madrid, que trató de endurecer su defensa pero que, falto de costumbre, le costó hacerlo sin faltas, lo que volvió a enfrentarle con los árbitros.
Cuando trató de cambiar el ritmo de los locales con una defensa zonal, un triple de Diot y un par de tiros libres de Rafa Martínez y San Emeterio permitieron al Valencia dejar correr el tiempo. Pero se fue poniendo nervioso al no conseguir leer la defensa y ver cómo Llull aceleró para estrechar la ventaja de los locales que se obcecaron en tirar de tres (67-56, m.30).
La tenacidad del conjunto madrileño tuvo su premio y pese a que Sikma empezó a desentrañar la zona visitante, el menorquín rebajó la barrera de los diez puntos y el Madrid entró en el tramo final con sus opciones casi intactas.
Pero el Valencia no se vino abajo. Un triple de Romain Sato y los rebotes de Sikma y Dubljevic dieron vida a los locales y un palmeo del centroafricano hizo enloquecer a la Fonteta.
El Madrid no dejó de buscarlo pero los locales no perdieron la calma hasta que al final un mate de Sastre cerró la final y puso una preciosa rúbrica a un día histórico.
De esta forma, el equipo mediterráneo se ha desquitado de las finales perdidas este año en Copa del Rey y Eurocup, ambas en el último suspiro ante Real Madrid y Unicaja, respectivamente; y suma el título más importante en sus 30 años de historia.
Los cuatro anteriores fueron la Copa del Rey de 1998, cuando dio la sorpresa y ganó la competición como debutante (imponiéndose en la en la final al Joventut) y tres en la segunda competición continental (en 2003, al ganar al esloveno Krka Novo Mesto; 2010, ante Alba Berlín; y 2014, ante Unics Kazan).