Carlos Soler desatasca a España en Tallin
- Un tremendo disparo del valencianista supone el 0-1 final en Estonia
- Dani Ceballos se recuperó de su esguince cervical
Ficha técnica:
0 - Estonia: Igonen, Magi, Lukka (Kuusk, m.74), Kaldma (Klein, m.86), Lilander, Sinyavskiy, Slein, Ainsalu, Liivak, Riiberg (Poom, m.67) y Jarva.
1 - España: Sivera; Carmona, Unai Núñez, Meré, Aarón Martín; Carlos Soler, Mikel Merino, Rodrigo, Ceballos, Oyarzábal (Pedraza, m.36) y Borja Mayoral (Marc Gual, m.77).
Gol: 0-1, M.65: Soler.
Árbitro: Glenn Nyberg (SWE). Amonestó a Ainsalu.
Incidencias: Partido del grupo 2 de la fase de clasificación para el Europeo de Italia y San Marino 2019 disputado en el Le Coq Arena de Tallin.
Un tremendo disparo del valencianista Carlos Soler desatascó a España en Tallin, donde cumplió con la tradición de ganar de forma más ajustada de la debida (0-1) dada su superioridad e infinidad de ocasiones y comenzó con triunfo su andadura en el Preeuropeo de Italia y San Marino 2019.
Como le ocurrió en anteriores comparecencias en Le Coq Arena a la sub'21 española no le resultó fácil asegurar los tres puntos pese a su absoluto dominio y sus constantes llegadas.
El equipo local construyó un muro delante del meta Matvei Igonen, que se multiplicó cuando sus compañeros dieron opción a los pupilos de Albert Celades, a los que les faltó acierto en los metros finales.
España, actual subcampeona europea, pudo definitivamente contar con su nuevo capitán, el madridista Dani Ceballos tras superar el esguince cervical leve que sufrió en el amistoso de Toledo contra Italia. Celades prácticamente repitió equipo, ya que tan solo entró Carmona en el lateral diestro en lugar de Pol Lirola.
No tuvo en esta ocasión la claridad ni la precisión que exhibió frente la 'azzurra' y el partido se le empezó a enredar, como las otras veces que jugó en Estonia. No porque los locales hicieran peligrar la meta de Antonio Sivera, sino porque se multiplicaban atrás y España no daba con la tecla. Además perdió tocado al donostiarra Oyarzábal.
En el segundo periodo intensificó si cabe la presión en la salida del balón de Estonia y trató de jugar con más velocidad. De nuevo el dominio fue abrumador y las oportunidades reiteradas, pero seguía sin haber acierto y hasta fortuna.
Soler, que había fabricado una internada que acabó en el palo izquierdo de la meta de Igonen (m.52), puso el punto y final a la sequía a los 65 minutos con un magnífico disparo desde fuera del área al que ahora ya no pudo responer el portero estonio.
Los hombres de Karel Voolaid, pese a los cambios, no cambiaron su actitud y mantuvieron su absoluta vocación defensiva. Tan solo su referencia en ataque, al que apenas se vio, inquietó a once minutos del final la portería española, pero su disparo se marchó al lateral de la red.
Fue el único momento que Estonia soñó con algo. Y es que España estuvo muy concentrada para evitar que los bálticos pudieran combinar y les crearan peligro, a la par que le faltó acierto en el remate, porque en esos últimos momentos volvió a disponer de magníficas ocasiones para incrementar la ventaja.